Capítulo 12.- Un final feliz para Klaus.

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Al concluir el cuento la mitad de los niños estaban dormidos y el resto estaban cabeceando, a un segundo de caer, incluso Claire estaba cerca de los brazos de Morfeo. 

Viktor se quedo tapando a los pequeños mientras Klaus pasaba de puntillas en un desesperado intento por escapar de las pequeñas fieras. 

Bajo necesitando una de esas cervezas que había puesto a enfriar para ver un partido que por falta de electricidad se perdería. Se sentó delante de la tele apagada, observando su propio reflejo con la escasa luz que las llamas del fuego de la chimenea le ofrecían.

En ese momento de paz su mente voló fantaseando con su propio príncipe azul, pensando que se bebía lo bastante tal vez pudiera soñar con él. 

Viktor bajo y tomo asiento a su lado

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Viktor bajo y tomo asiento a su lado. 

Klaus le ofreció una de sus cervezas y él la acepto. 

- Es una mierda que en el mundo real los malos ganen y los buenos no tengan su "felices para siempre".- murmuro Klaus.

- La vida real no es justa pero no siempre es así, muchas veces los malos terminan entre rejas y las buenas personas siempre encuentran el modo de ser felices.- comentó Klaus.

- Amén.- dijo Klaus mirando su cerveza, su medio de ser feliz de forma inmediata. 

- No me refería a eso.

- Ya bueno, yo no soy un violista famoso ni tengo al amor de mi vida a mi lado criando bestias del averno con forma humana. Yo tengo alcohol.

- Tienes una familia que te quiere, justo encima de ti tienes doce niños que te adoran.

- ¡Oh, Viktor!, no sabes lo retorcido y asqueroso que ha sonado eso...- murmuro Klaus

Viktor le golpeo suavemente con uno de los cojines del sillón.- Sabes a que me refiero.

- Sí, claro que lo sé. - murmuro. - Es que empezaba a sonar como un borracho depresivo y tenía que arreglarlo. 

Cinco cruzo la puerta entrando en la academia con paso apresurado y un aspecto atroz. Estaba empapado y cubierto de vísceras.

- Cinco ¿Qué te ha pasado?.- pregunto Viktor alertado al verle. 

Klaus se percato del maletín que portaba su hermano, llamando su atención poderosamente.

- Creía que nos habíamos librado de la comisión.- comentó Klaus desconcertado. 

Su hermano le dedico su mejor sonrisa.

- Se presento la oportunidad y dije ¡Que carajo! Yo soy la puta comisión después de todo

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- Se presento la oportunidad y dije ¡Que carajo! Yo soy la puta comisión después de todo.

- Seguro que crees que eso explica mucho... pero no.- dijo Klaus.

- Abre la puerta.- le exigió Cinco.

- ¿Qué?

- ¡Ya me has oído, carajo! Abre la puerta, ¡no es tan complicado!

Klaus se levanto de la comodidad de su asiento y se dirigió a la puerta. 

Una sombra recortada por la luna de la luna le esperaba al otro lado.

- ¿Dave?.- pregunto Klaus sin creer lo que sus ojos veían.

- ¡Klaus!.- exclamo un Dave absolutamente desconcertado.

Dave era real.

No era un fantasma, estaba tal cual recordaba. 

Klaus se lanzo a besar a Dave, fundiéndose en un abrazo bajo la intensa lluvia.


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Gracias a todos los que habéis seguido esta historia hasta el final, especialmente a aquellas personas que lo votaron. 

Espero que les gustara, aunque era un relato ligero de cuentos pensé que Klaus también merecía su "Fueron felices para siempre." y que sería un bonito cierre para la historia. 


The Umbrella Academy: Los cuentos del tío KlausDonde viven las historias. Descúbrelo ahora