Klaus volvió a su lugar, delante de los niños.
Cada uno tenía una lata de un refresco con una cantidad de azúcar nada recomendable para su corta edad y tenía acceso a una bolsa de grasientos fritos.
Klaus pensó que con suerte sus padres se lo pensarían dos veces antes de volver a dejarle a cargo de tanto niño junto mientras buscaba en su confusa memoria otro cuento para entretenerles.
- Hace mucho tiempo, entre el descubrimiento de la rueda y el del televisor... más o menos, vivía una bella joven en un pueblo de mierda donde cada vez que llovía se iba la luz y no llegaba el wifi. Para entretenerse tenía que leer libros con muchas hojas y sin dibujos.- dijo poniendo cara de aburrimiento solo con pensarlo.
- ¡A mi me gusta leer!.- dijo Dolores y Aidan levanto la mano.- Y a mi.- otros tantos niños levantaron la mano, obviamente Stan comento.- ¡Yo prefiero los videojuegos!
- Si, que bien.- susurro Klaus antes de continuar.- El padre de la chica...
- ¿Cómo se llama la chica?.- pregunto Christofer.
Klaus lo pensó y bufo...Estaba por decirles que se imaginaran ellos uno y dejar un espació en blanco cuando opto por la técnica infalible de su padre para poner nombres a sus hijos.
- Se llama Ocho.
- Ocho no es un nombre, es un numero.- Protesto Fei.
- Pregúntale a tu tío Cinco.- respondió Klaus antes de seguir.- El padre de Ocho era un mal bicho con monóculo que quería que la chica le obedeciera en todo siempre, pero ella solo quería leer y pasaba del viejo. Un día Ocho escucho que había un niño que despareció y como era muy lista descubrió que había viajado al futuro.
- ¿Y se escapo al futuro y luego no pudo volver?.- pregunto Stan.- Ese cuento ya lo hemos oído.
- No sé escapo, ella no tenía poderes... se lo pidió a un hada y le concedió el deseo de encontrarlo.
- El hada la toco con su varita mágica y Ocho despertó en el futuro. No en un futuro bonito, con patines volantes y retretes de esos que te limpian con aguita caliente cuando terminas de soltar lastre. Era un futuro malo a lo Mad Max, con todas las casas rotas, sin árboles ni nada, todo lleno de arena, sucio y sin gente.
- Ocho estaba allí, solita, sin cobertura en el móvil ni para pedir un Uber y sin rastro del niño que estaba buscando.
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The Umbrella Academy: Los cuentos del tío Klaus
FanficUna aburrida tarde de invierno Klaus es sorprendido por la visita de sus DOCE queridos sobrinos, niños encantadores a los que se ve obligado a cuidar en espera del regreso de sus padres y los que por accidente traumatiza a la hora de la merienda. P...