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El primer día de clases era una mierda según Mateo.
Era la primera clase del día y a Mateo ya le caía mal el profesor, porque decidió juntar los bancos y sentarlos de a dos para fomentar la "amistad".
El profesor no conocía a Mateo, el no iba a hacer nuevas amistades en ese nuevo colegio, todos le caían mal, aunque no los conozca. El no conocía ni al director del colegio pero todos le caían mal.
No quería sentarse adelante de todo ni en el medio, el quería sentarse al fonde. Miro los asientos de atrás para ver si alguno quería sentarse con el. Pero todos lo ignoraban, miraban nerviosos e incluso algunos se sentaban y ponían sus mochilas en el asiento de al lado como si estuviera ocupado.
De mala gana iba a sentarse en uno de los lugares desocupados de adelante, nadie quería sentarse adelante por eso eran los únicos lugares libres. Pero vio un banco vacío al fondo en la esquina derecha. Miró al costado, había una chica castaña sentado del lado de la pared.
No estaba en sus planes sentarse con una chica pero era eso o sentarse adelante de todo.
Mateo estaba seguro de que esa chica era nueva, porque no solo no lo evitó, sino que incluso le sonrió cuando levantó la vista y lo vió.
Se acercó al asiento y sin decir nada ni preguntar si estaba ocupado se sentó.
-Hola un gusto, soy Emilia. Supongo que nos vamos a sentar juntos.
Mateo estaba muy de mal humor como para aguantar una charla con la "nenita tonta" que le tocó como compañera de banco.
-Si, me voy a sentar acá, yo voy a dormir, y vos vas a cerrar la boca y no vamos a tener ni un problema ¿Bueno? Gracias.
Sin decir nada más, ni dejar que Emilia hable, apoyó sus brazos sobre la mesa para después colocar su cabeza sobre estos y poder dormir.
Pero escuchó una risa y un suave golpe en su brazo.
-¡Sos muy divertido!
_¿Esta esta loquita o no entiende lo que le dije? Pensó Mateo lamentándose no haberse sentado adelante.
Mateo seguía odiando rotundamente su nuevo colegio.
Siempre dormía en clase, ya tiene 10 notas de profesores que lo habían descubierto. A el no le importaba la verdad, solo quería seguir participando en las batallas de freestyle que hacian en la plaza de La Boca. Sus padres ya no lo dejan participar en estas porque dejó de estudiar y ellos no querían que deje la escuela por las batallas.
Y por eso está acá, en una escuela muy distinta a la que el iba antes, sin sus amigos. Eso era lo que mas detestaba del colegio, que sus amigos no estén ahí con el.
Últimamente está empezando a encariñarse con su compañera de mesa, Emilia,no como amigos, el estaba empezando a sentir cosas por ella. Le prestaba atención a todo lo que le decía, aunque sea la mayor pelotudez que haya escuchado en toda su vida.
Siempre hablaban sobre lo que hicieron el fin de semana o sobre cosas randoms sobre sus vidas.
Llegó a clase y estaba esperando a que ella llegue, pero no llegaba, eso era raro de su parte, ella siempre llegaba temprano, casi siempre era una de las primeras en estar en llegar.
Cuando estaba por tocar el timbre, entró ella. Como siempre, con su uniforme limpio y planchado, su pelo ondulado y suelto, pero esta vez tenia algo raro en el ojo. Parecía estar morado.
Se sentó junto a Mateo, como siempre, pero no lo saludó ni miró, ni siquiera le dedicó una sonrisa como saludo, solo se sentó y sacó su cartuchera y su carpeta para comenzar a tomar nota de la clase de biología.
Mateo se dió cuenta de lo que tenía en el ojo.
-¿Quién te golpeó?
-No importa, presta atención, la profe está explicando un tema importante.
Dijo aun sin mirarlo.
-Dale, decime quien fue el que te golpeó Emilia
Ella iba responder, para volver a restarle importancia al asunto, pero la chica de adelante se dió vuelta y le dijo a Mateo:
-Yo lo ví, Manuel se enojó porque ella sin querer se chocó con el y le tiró encima el café que tenía.
Dijo y se volvió a dar vuelta.
Mateo bruscamente se paró de su asiento y se dirigió a la salida del salón
El profesor lo vió
-Palacios ¿A dónde cree que va? Tiene que pedir permiso para salir del salón.
Pero el no le dió bola, solo salió del salón sin importarle lo que la profesara le dijera.
Iba a hacer que Manuel pagara por lo que le hizo a Emilia.
Cuando Mateo entró al salón, ella ya estab ahí y se veía mucho mejor. Se sentó sin mirarla.
-Ey Mateo, ¿Viste lo que le pasó a Manuel ayer?
-Si, le pasó por pelotudp
Emilia se quedó en silencio, y mordió levemente su labio, antes de mirarlo a los ojos.
-¿Fuiste vos?
-Si ¿Y qué tiene?¿Qué vas a hacer si fui yo?¿eh?
Ella solo sonrió y de su mochila sacó un paquete de galletitas, lo abrió y le dió una a Mateo, el le sonrió y comieron las galletitas durante la clase.
