RHYMES AT NIGHT
_________________________Valeria
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### Rimas en la Noche
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La música retumbaba en el aire mientras Valeria se encontraba en la primera fila del concierto de Trueno. Las luces iluminaban el escenario, y cada rima que salía de su boca resonaba en su corazón. Era como si cada palabra hablara directamente a ella, tocando sus sueños y anhelos más profundos. La energía del público era contagiosa, y Valeria se dejaba llevar por el ritmo, sintiendo cómo la música la envolvía.
Desde pequeña, Valeria había soñado con ser rapera. Pasaba horas escribiendo letras en su cuaderno, inspirándose en las historias de su vida y las luchas que observaba a su alrededor. Pero siempre había tenido miedo de mostrarlas al mundo. La inseguridad la había mantenido alejada del escenario, y ver a Trueno brillando con tanta confianza solo hacía que sus dudas crecieran.
Cuando el espectáculo terminó, la emoción aún corría por sus venas. El público aplaudía, gritando el nombre de Trueno. Pero Valeria no podía dejar de pensar en lo que vendría después.
Había escuchado rumores de que algunos artistas se reunían en un bar cercano después del show, y su corazón latía con fuerza ante la posibilidad de conocerlo, acercarse a el y poder hablarle.
Con un impulso de valentía, decidió ir. En el camino dudaba si su elección había sido la buena o no. Por momentos paraba de caminar para volver e ir a su casa, pero las esperanzas de conocer a su cantante favorito le ganaban y retomaba si camino hacia el bar.
Al llegar al bar, la atmósfera era relajada y llena de risas. Las luces tenues creaban un ambiente íntimo donde los fanáticos y artistas podían mezclarse sin las presiones del espectáculo. Se sentó en una mesa apartada, intentando no pensar demasiado en la posibilidad de que Trueno estuviera allí.
Mientras tomaba un trago, sintió una presencia familiar. Al levantar la mirada, ahí estaba él: Trueno, con su característico estilo urbano y una sonrisa que iluminaba el lugar. Se acercó a ella con confianza, como si fueran amigos que se encontraron en un bar. Eso no le molestó a la chica, ya que era muy seguro que de los nervios y vergüenza ella no se acercaría al cantante.
—¿Te gusta la música? —preguntó, con un tono casual pero curioso.
Valeria se sonrojó al reconocerlo.
—Sí, claro... Tu música me inspira mucho —respondió, tartamudeando un poco mientras trataba de mantener la compostura.
Trueno se sentó a su lado y comenzaron a charlar. Hablaron sobre sus artistas favoritos; Valeria mencionó a algunos raperos que había seguido desde niña, mientras Trueno compartía anécdotas sobre sus inicios en el mundo del rap. La conversación fluía naturalmente entre ellos como si fueran viejos amigos.
—Siempre he soñado con ser rapera —confesó Valeria finalmente—. Pero nunca he tenido el valor para subir a un escenario.
Trueno la miró con seriedad.
—Mira —dijo—, todos empezamos desde algún lugar. La clave es no rendirse. La música es poder. Si tienes algo que decir, dilo con tus letras.