Cigarettes never sex

70 6 0
                                    


Toda la semana fue relativamente sencilla. Las menores supieron comportarse a la altura, incluso Lisa ya no pasaba tiempo en su bunker o en el sótano, estaban recuperando algo de unidad o, ¿Estaban actuando por cuestiones propias?. No importaba, para Luna era un orgullo llevar esa casa como toda una adulta, y, si todo salía bien, podría irse a vivir con Sam, dormir con ella y pasar tanto tiempo juntas por toda una semana era mejor que en sus sueños. Para Lincoln también era un alivio, ya no tenía que preocuparse por todo, solo por algunos pormenores o alguna chica que le gustara, platicar con Sam o con Luna, aunque sí extrañaba dormir acompañado de alguien. ¿Curioso no?, dormir 2 noches acompañado de alguien y ahora pareciera una necesidad, solo espera que no lo dejen ahora.


Eran alrededor de las 9:00 del viernes. Lola ya estaba durmiendo, su ciclo de sueño no podía interrumpirse. Las demás niñas solo estaban platicando con Sam, mientras que Luna fue con Lincoln a comprar algunas cosas. El temor de Luna era no encontrar alguna tienda abierta, el de Lincoln, que Luna encontrara alguna.


-¿Es urgente esto Luna? -su hermano miraba a través de el cristal, su fastidio se reflejaba en lo decaído de sus ojos y voz-

-Sí Lincoln, lo necesitamos

-¿En serio?, ¿Enserio necesitamos un maldito costal de azúcar?

-Aunque no lo creas...


El silencio reinaba, solo la radio emitía algún ruido dentro de Vanzilla, 20 minutos más tardaron buscando alguna tienda, 20 minutos de silencio, "Cuando uno quiere algo nada esta abierto, cuando uno no quiere nada hasta ponen ofertas" fueron los pensamientos, de señora, de Luna. Cuando oscilaban los metros finales para llegar a su casa, Lincoln soltó la pregunta que lo aturdía toda la semana.


-Luna -volteo a ver a su hermana, sus facciones delgadas y finas, la piel blanca como las nubes de primavera, sus aretes ondulantes y el pelo castaño y corto con un leve fleco a la izquierda. "Es muy guapa... Y es tu hermana", pensó Lincoln.- ¿Crees qué?

-¿Creo que? -Ella venía con la vista al frente, aún así volteo para ver a Lincoln-

-¿Cres qué... crees qué hoy puedas dormir conmigo? -Lincoln, finalmente, escupió sus penas-


La cara de Luna reflejo sorpresa, sus dientes superiores mordiendo sus labios y las cejas hacía arriba así la delataban.


-Mmm...ya llegamos


Freno de golpe, avisando de forma muy muy muy sutil que habían llegado, no le dio una respuesta a Lincoln, por lo que muy resignado a este capricho decidió comer algo antes de dormir o hacer cualquier cosa. Ambos entraron a la casa, pero ninguno le habló al otro, Lincoln se dirigió a la cocina, mientras Luna buscaba a sus hermanas y a su novia, las encontró a todas en medio de un fuerte de almohadas, en el cuarto de Lynn y Lucy, Sam era quien cargaba la cabeza de todas, todas acurrucadas en alguna parte de su pecho. "¿Podría llegar a tener algo así?", Luna nunca había pensado este tipo de cosas, pero a veces esas mismas cosas llegan en forma de un fuerte de almohadas. Lincoln subía las escaleras, vio a su hermana metiéndose a su cuarto, paso por el cuarto de Luc y vio a todas durmiendo tranquilamente sobre el pecho de Sam. Aunque habían platicado algunas veces, Lincoln quería conocer más a su cuñada. Cerro con cuidado la puerta, yendo a su cuarto, todas las luces de la casa estaban apagadas solo faltaba la luz del pasillo de arriba, la luz de su cuarto y del cuarto de Luna. Estaba cerrando su cuarto, cuando la luz de del pasillo se apago, abrió la puerta por completo y vio a Luna acercándose. Su pijama, que había cambiado con los años, era de color purpura, un pants muy delgado y una camisa holgada del equipo de Baltimore. Se planto en medio de la puerta y ambos hermanos chocaron miradas.

Amor musical. (Loudcest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora