Violence. part 3.

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Y ahí estaban ellos, en posición de misionero, Aventurine cumplía el sueño, saboreaba los dulces pezones de Veritas mientras que sus caderas no dejaban de moverse.

El cuerpo de Ratio, pintados de colores rojizos, se veía tan lastimero, con todas esas mordidas y chupetones. Las piernas de Ratio temblaban, pero aún así, Aventurine no tuvo ni una pizca de piedad. Cambio de pocicion.

Con una de las piernas de ratio en su hombro, empezó a moverse con brusquedad, sacando gritos de los labios rotos de Ratio. En esa posición el llegaba más y más profundo, y en el vientre de ratio ya se marcaba un bulto que no paraba de moverse. Ratio ya no podía pensar en nada, solo podía gemir y sentir el placer en su cuerpo mientras que su agujero se expandía y parecía romperce con cada estocada de Aventurine.

La sangre había manchado las sábanas, no solo de su agujero, si no de las otras numerosas heridas que había hecho Aventurine, mordidas rodeadas de colores rojizos y morados, tambien rasguños y cortes, principalmente en sus muslos y caderas.

"Ha... Ha... Ya casi... Oye... Me puedo venir dentro de ti?"

"Aaah!~ nmmnnh!~ n-noo!... No más!" Suplicaba con la voz rota, las lágrimas en los ojos que hicieron que se corriera su delineado, el sonrojo visible no solo en su cara, si no en todas sus expremidades, esos temblores, tanto dentro como fuera de si, solo encendían más a Aventurine.

"Jeje... No importa, prometo que te va a gustar"

Y Aventurine aumento el ritmo con un bocado de el pecho de ratio en su boca.

Gritos y suspiros se escuchaban en toda la habitación, y no faltó mucho tiempo para que Aventurine se viniera, dentro de Ratio, el cual lo recibió con gemidos ahogados y temblores en sus piernas. Ratio ya se había corrido tres veces antes, y con esta era la cuarta, y la estimulación estaba sobrepasando sus límites, sentía que pronto se desmayaría.

"A-A-Aventurine..."

"...no te preocupes, ya vamos a seguir"

"Espera!"

Aventurine puso a ratio boca abajo y reanudó el movimiento.

Ratio sentía que Aventurine lo iba a matar, era virgen, y no podía con tanto en su primera vez. Así que, sin fuerzas, solo pudo dar gemidos lastimeros con cada puñalada.

"Jaja, pareces una gata... Una gata en celo" le dió una nalgada, sacándole un grito "de seguro lo haz hecho con muchos hombres, no? Maldita puta"

"B-basta..." empezó a llorar, le dolía todo, los ojos le ardían y ya no sentía las piernas.

"Deja de quejarte, me exasperas" dijo para agarrar a ratio por el cabello y darle estocadas las fuertes, cada una era acompañada por un sonoro gemido.

Y Ratio seguía suplicando para que parara, por qué ahora, con cada movimiento de Aventurine, su miembro y pezones se frotaban contra las sábanas, estimulando lo por delante y por detrás. No podía soportarlo.

"T-te lo suplico- ah!... No más... Por favor- aah!"

"Me lo súplicas...? Jaja, pero que mal lo haces, nunca te enseñaron a ser más humilde"

"Por favor..."

"Hmmm, al menos conoces las palabras mágicas, muy bien, si haces algo por mi, tal vez pare" dijo mientras agarraba a ratio, una mano en su pecho izquierdo y la otra en su vientre, y ambos se incorporaron, la espalda de ratio contra el pecho de Aventurine, sin dejar de un lado las estocadas, que se hicieron más lentas, pero igual de fuertes. Dirigió la mano que estaba en su pecho a los labios de Ratio, los metió en la cavidad. "Di "soy tu sanitario personal", di eso"

In bed...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora