Angelical Voice.

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Sunday x Dr. Ratio.

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"Hoy estuviste increíble, como siempre"

El hombre de alas blancas entro en el camerino, donde un hombre muy guapo de cabello oscuro se quitaba los aretes mientras lo miraba a través del espejo en frente suyo.

Toda la estancia estaba repleta de regalos de apariencia cara, y montones de ramos de flores.

"No vas a ver qué hay en ellos?" Pregunto el hombre de pelo claro refiriéndose a las montañas de cajas de regalo sin abrir, tan solo allí tiradas en un rincón.

"Siempre es lo mismo, joyas, ropa, muy pocas veces algo de mi gusto" respondió el contrario sin voltear a ver a su acompañante.

"Al menos deberías echarles un ojo, si no te gustan, tiralos" dijo con simplesa el hombre .

"No tengo tiempo" dijo tras quitar de su cuello un lazo de color negro "me tomara mucho revisar todas esas cajas"

"Entonces..." Saco un regalo perfectamente decorado que tenía oculto tras suyo "podrías al menos ver este?" Dijo ofreciéndole el presente con caballerosidad al bello hombre frente suyo.

El contrario observó un momento el presente, sin ninguna expresión en su rostro, solo un pequeñísimo rastro de curiosidad, y como un cauteloso gato, extendió su mano para aceptar el presente. Lo puso encima de sus muslos, retiro el moño que lo ataba y quito el llamativo papel. ¿Que era? Un libro, con apariencia, que aunque antigua, muy bien cuidada, de tapa negra dura con letras doradas, en cursiva y negrilla el título, y el nombre del autor, que aunque en letra más pequeña, era igual de atractiva, era un nombre casi ilegible, solo un verdadero conocedor y hablante de aquella lengua podría pronunciar correctamente aquel nombre.

"... Esto es..." Estaba completamente sorprendido

"La primera edición de ese libro que tanto te gusta" sonrió el hombre al ver la reacción del contrario.

"... No puede ser ..." Abrió el libro "...está en su idioma original..."

"Te gusta?" Pregunto, aunque pareció más una afirmación

"Me encanta" con cuidado, enterró su cara entre las páginas del libro, y absorbió su aroma, una de esas sensaciones tan conocidas para el, pero que aún así, eran muy placenteras.

Volvió a mirar a su acompañante, esta vez de frente, a los ojos, con una pequeña, pero bella sonrisa, y con los ojitos iluminados como estrellas.

"Gracias, en serio" dijo, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

"No me lo agradezcas" dijo el hombre con cierto orgullo "sabes que haría cualquier cosa por ver esa carita".

El bello hombre volvió la cara al espejo, se desarreglo el pelo, se quitó el poco maquillaje que tenía, y fue a cambiarse de ropa en el vestidor, volvió a su lado y guardo sus cosas en su bolso, ya podía irse a casa.

"Vendrás conmigo hoy?" Pregunto el hombre alado.

"Si, hoy podré ir a casa contigo" respondió el otro con amabilidad.

Ambos salieron del lugar, y al estar ya a una buena distancia, el de pelo oscuro entrelazó su brazo con el de su acompañante, y posó su cabeza en su hombro, amaba esos momentos de silencio, en esas bonitas noches de compañía junto a aquel hombre.

Veritas Ratio, más conocido por su apellido, era un cantante de un bar, uno muy conocido en la ciudad, mucha gente iba a verle, incluso los millonarios de la alta sociedad, pues su voz era angelical, y su apariencia equiparable con la de Venus, su cara bonita y su cuerpo esculpido en mármol. sus actuaciones eran experiencias orgasmicas, tanto para los ojos como mara los oídos y la mente, era hermoso.

Y Sunday no fue una excepción, desde la primera vez que sus ojos se encontraron quedó prendado de el, solo fue por curiosidad y se fue enamorado, ¡que extraños giros da la vida!.

Y desde ese momento el se volvió su mayor benefactor, su autoproclamado fan número uno.

Ya los años habían pasado, y tras muchos regalos y coqueteos, descubrió que, contrario a lo que se podría pensar, su musa era un erudito, que sabía tanto de matemáticas como todos los libros que había leído, y conocía y hablaba tantos idiomas que en su vida había imaginado que existirían, se enamoró más.

Y lo más sorprendente fue que aquella Venus que solía vestir de morado también le correspondía, dios lo había mirado a los ojos.

Y que bello era el amor, y que bella era la vida.

Ambos empezaron a salir.

Y allí estaban ahora, ambos tirados en esa cama, su musa a su lado leyendo aquel libro en voz alta, en aquel idioma incomprensible para si, pero con aquella bonita voz que le recordaba a la de un pajarito que cantaba al sol por las mañanas, le encantaba escucharlo leer, y ver su carita tan feliz, se sentía realizado.

"Sabes que te amo, verdad?" Pregunto el hombre alado, viéndolo a los ojos.

"Lo sé" respondió su musa "yo también te amo"

Y entre los brazos del contrario, continuo su bella noche, acompañados de la luna y las estrellas, y aquel olor a amor que se podía respirar en el aire.

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Gente, no sé si me quedo bien, les gusta? Es mi primera vez escribiendo sobre esta pareja, prefiero el aventio, pero no se, no me gustó tanto como quedo, pero ustedes que dicen? Me quedo bien? Xd.

Si quieren algún otro ship, díganme.

In bed...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora