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Abrí los ojos y pude apreciar las cosas y objetos a pesar de la oscuridad.

Lo tenía a el en mi pecho durmiendo, su respiración me daba tranquilidad.

Me abrazaba y yo a él le acariciaba el cabello.

Ayer me habia ido a su habitación de hotel.

Estar con el así era lo único que quería.

Me levanté tratando de no despertarlo, el solo soltó un gruñido y se acomodo en la cama.

Fui a un sofa que estaba en la habitación y me senté ahí.

Me quedé mirandolo  fijamente, pensando en toda la suerte que tenia por tenerlo a el.

El para mí era mi rayito de sol, ese rayito de sol que siempre te despertaba de buenas.

Me dolía ver como la ilusión de sus ojos por ganar un mundial desapareció en cuestión de segundos.

Quería hacerlo feliz, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa  para poder darle todo, eso es lo que se merecía por salvar mi vida.

Le daba mil gracias a sus padres por haber tenido sexo para que saliera su hijo, el hombre mas guapo del mundo.

Entonces el de verdad me amaba como yo a él.

Joao: Inna? -dijo frotándose los ojos.

Inna: si? -a pesar de que tenía mi mirada en el no reaccione cuando se despertó.

Joao: que haces ahí? .

Inna: nada, no podía dormir.

Joao: ven aqui -dijo haciendo un hueco en la cama para que yo me acostará ahí.

Fui con el y me tape con la manta.

Joao: no tienes calor?. -negue.

Puso sus cabeza en mi pecho y con su mano me abrazo.

Joao: te molesta? -dijo.

Inna: para nada, al contrario, me encanta estar así.

Joao: descansa, si no puedes dormir me dices ¿vale? -asentí y cerré los ojos.

Me encantaba estar así, estar bien y no peleados.

"Uno siempre vuelve a donde fue feliz".

Era mi chico, solo mio.

Y yo era su chica.

De solo pensar que alguien más iba a ser su mujer me daba miedo, por qué yo quería ser esa mujer, su favorita.

(...)

Joao: Inna -susurro mientras me movía.

Inna: mmhh? -abri los ojos con dificultad por la luz que entraba por la ventana.

Joao: tengo hambre -dijo como niño pequeño.

Me reí por como lo había dicho.

Joao: de que te ríes?.

Inna: sabías que te amo? -dije tumbandome arriba de el.

Joao: ¿Si? -asentí y lo bese- vamos a desayunar -hizo pucheros.

Inna: pero solo si me das un beso.

Joao: los que tu quieras -me dio muchos besos por toda la cara.

Me rei y fuimos a el comedor del hotel.

El pidió un jugo de naranja y una tostada, yo un cafe y unas tortitas.

Desde 0 | João Félix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora