Pond había pasado la última noche leyendo hasta que sus ojos no pudieron más, tenía una ojeras grandísimas y un desaliento arrollador, el último fanfic que había encontrado lo tenía obsesionado, tenía como 50 capítulos, y había intentado en lo posible leerse todo de corrido, pero no había logrado su cometido, por lo que, a esas horas de la tarde, en el auto que manejaba su manager de camino a un evento, continuaba pegado a su celular, ignorando por completo al chico de cabello negro sentado a su lado, que lo miraba de tanto en tanto con mucha curiosidad por su silencio.
La historia que ahora lo tenía obsesionado trataba sobre Phuwin y él claramente, en una situación de rivales universitarios, que por mala suerte había terminado compartiendo la misma residencia, y no suficiente con ello, se enamoraban de la misma chica, así que, luchaban por ella, hasta que los acontecimientos de la vida, y el rechazo de la chica, los llevaba a compartir más tiempo juntos hasta enamorarse, y cuando por fin pensaba que serían felices, el Phuwin del fanfic, comienzo a hacerlo sufrir con su indecisión, metiéndose con otras mujeres, y hasta alejándose por completo, porque su padre no deseaba que fuera gay, ni mucho menos que su vida y futuro se viera arruinado con ello.
Y Pond lloró desconsolado porque no era justo. Incluso insultó a Phuwin en su mente miles de veces. Nadie se merecía tal sufrimiento, como el que el Pond del fanfic estaba padeciendo.
Cuando la historia dio un salto temporal bastante considerable, Pond creyó que la situación mejoraría, pero solo fue a peor, a su personaje solo le pasaba desgracia tras desgracia. Y el clímax fue tan magistral, que por mucho que él intentó contener las lágrimas, no fue capaz. Estas se desbordaron por sus mejillas alarmando a Phuwin de inmediato.
—¿Qué tienes? ¿Estás bien?
—No, no estoy bien, me siento devastado —admitió Pond entre sollozos e hipidos. Phuwin se aproximó aún más para analizarlo, y rodearlo con uno de sus brazos, sosteniendo su cuerpo frágil y tembloroso.
—¿Quieres hablar?
Pond asintió mordiendo su labio inferior y dejó que todo lo que pensaba saliera por sus labios rojizos—: ¿Por qué tiene que ser así? Es tan doloroso. Primero me hizo sufrir esta relación, dónde sacrifique tantas cosas y cuando ya estoy mejor, aparece nuevamente, y me hace creer que me amaba, pero a la final me trataba como si fuera solo un objeto, y después se murió mi abuela...
—Espera, espera... —lo detuvo Phuwin con sus ojos abiertos como platos, porque eso ultimo si no se lo esperaba, además lo tenía bastante confundido—, ¿Tu abuela no está viva? Pensé que la habías visitado las vacaciones pasadas.
—Luego se murió mi perro.
—¡Pero no tienes un perro aún! —le recriminó Phuwin comenzando a molestarse, el menor lo observó con ojos recelosos y desconfiados, mientras Pond asentía con sus labios apretados—. ¿De qué demonios estás hablando? ¿Qué clase de droga estas consumiendo, maldito loco?
—Es un fanfic... —contestó por fin, y Phuwin resopló desganado, alejándolo de un empujón porque toda su preocupación había sido en vano—. Se llama; La primavera que nunca llegó a mi vida.
—Sobre nosotros —concluyó con mala cara.
—Si, aparte no suficiente con todo el sufrimiento que me causaste —refunfuñó Pond, mirándolo con algo de enojo, como si quisiera recriminarle un montón de cosas que ni siquiera eran reales—. Mi madre y mi hermano terminan secuestrados y asesinados, entonces yo buscando venganza, termino encontrando que el culpable de todas mis desgracias es tu padre, pero eso significa que nosotros no podemos estar juntos porque no quiero ser parte de una familia así, y yo termino muriendo de cáncer. ¡DE CÁNCER!
—Realmente, tienes frito ese cerebro con tanta porquería que lees en internet.
—Fue tan hermoso... —suspiró Pond limpiándose las lágrimas que corrían por sus mejillas, y Phuwin sin poderse controlar, lo tomó de los hombros sacudiéndolo para que entrara en razón
—¡¿Qué?! ¡¿Cómo esa mierda de historia podría ser hermosa?!
—Al final te disculpaste conmigo y me dijiste que me amarías para toda la vida, así no estuviéramos juntos. Y me aclaraste todo, y te perdone porque te amaba tanto...
—¡¿Ah?! —gruñó Phuwin, sintiendo uno de sus ojos temblar del estrés.
—Y no casamos y vivimos felices unos dos años hasta que fue mi momento de dejar este mundo. De solo recordarlo siento tantas ganas de llorar... —murmuró con su voz quebrada, volviendo a berrear desconsolado, bajo la quijada desencajada de Phuwin, y esa mirada cargada de odio—. Discúlpame...
—Sinceramente, tonto Pond... —comenzó Phuwin resignado, antes de acariciar suavemente sus cabellos castaños, logrando que Pond lo mirara fijamente, sorprendido con sus acciones—, me preocupa bastante tu salud mental...
—Estoy bien, voy a superarlo pronto, cuando encuentre otro fanfic entretenido.
Phuwin resopló, pero a pesar de ello no dejó de acariciar los suaves cabellos de Pond que se enredaban entre sus dedos temblorosos, algo sonrojado intentó mirar en otra dirección, detallando como por la ventana, se notaba que estaba cayendo la noche lentamente. Pond continuó llorando como si hubiera fallecido un ser querido, y Phuwin algo desesperado, palmeó su espalda tratando de que se tranquilizara.
—Deja de llorar, me das vergüenza ajena.
—Pobre Pond... Merecía un final feliz —cuchicheó Pond, respirando profundamente una y otra vez, para calmar el caos de emociones que corría por sus venas.
—Dios, ¿Por qué tengo que lidiar con un chiflado como tú? —se quejó Phuwin, y Pond hizo un tierno puchero que lo hizo sonreír, a veces ese estúpido podía llegar a ser tierno.
El menor rebuscó en los bolsillos de su chaqueta, hasta que encontró un pañuelo, con el que le ayudó a limpiar los rastros de mocos y lágrimas, con sumo cuidado de no dañarle todavía más el maquillaje.
—¿Todo bien allá atrás? —preguntó su mánager de repente.
—Si... —le aseguró Phuwin—. No pasa nada, Pond está algo nervioso.
—Ok.
Phuwin frunció el ceño, antes de golpear a Pond en el hombro con un ligero puñetazo, indicándole que era más que suficiente de tanto drama, y que si o si tenia que controlarse, por lo que, Pond sonrió ligeramente. Pero su expresión palideció cuando de la nada Phuwin lo tomó del rostro, acariciando sus mejillas con firmeza, logrando que el mayor lo mirara atento y algo abrumado porque estaban muy cerca. Podía sentir su delicioso perfume, y su aliento helado, como a menta acariciándole.
—Deja de leer fanfics que te dañan tu estabilidad mental, por favor...
—Es que esos son los mejores.
—Eres tan masoquista —Phuwin negó con la cabeza, y Pond rio bajito—. Si algún día... Otro fanfic te hace sentir así de mal, búscame, voy a estar ahí para escucharte y subirte el ánimo.
Pond sintió la calidez del contacto del menor, quien acariciaba su piel con sus finos dedos, y su corazón se removió frenético en su pecho, haciéndolo sonrojar de sopetón, Phuwin le mantuvo la mirada unos segundos más, hasta que Pond sin poderse contener, lo abrazó con fuerza, ocultando su rostro en su pecho.
—Phu... —susurró, sintiendo su aroma cada vez más fuerte sobre la ropa, y escuchando su corazón bombeando con rapidez bajo su oreja—. Eres el mejor compañero que alguien podría tener, te quiero mucho.
Pond sonrió, porque, aunque Phuwin no dijo nada más, susbrazos devolviéndole el contacto con afecto, fueron la respuesta suficiente.
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ADDICTED 📖 PONDPHUWIN 📖 +18
FanfictionDonde Pond se vuelve a adcito a los fanfics PondPhuwin, y termina envuelto en diversas situaciones con Phuwin por culpa de sus fantasias. Advertencias: Unica pareja. Capitulos cortos. No se permiten adaptaciones. Posiblemente tenga escenas +18 #2...