Cuando Pond se terminó todos los fanfics habidos y por haber en su idioma natal, recurrió a los fanfics chinos mucho más explícitos y bizarros, pero con historias muy interesantes. Cuando acabó todos los que había rondado por internet, y diversas plataformas, pasó a leer los que estaban en inglés y a los AUs de Twitter de las filipinas. Sinceramente, contenido había un montón, pero en casi todo tuvo que usar traductor y mucha paciencia, en especial porque muchos de esos relatos no estaban concluidos.
Así transcurrieron los años, guardando aquel secreto tan pero tan oscuro. Había leído sobre mafiosos, sobre colegiales, sobre universitarios, sobre jefe y subordinado, enemigos a enamorados, incluso dónde eran actores, idols y hasta pilotos de carreras. También encontró algo llamado omegaverse, pero eso sí que le pareció muy rarito, y lo dejó en su lista de "futuras lecturas cuando no haya más fanfics PP para leer" la idea de imaginarse a Phuwin con una barriga de embarazado y ese tema de los lazos y las jerarquías no estaba en sus gustos, al menos no por ahora. No había caído tan profundo en el abismo.
En conclusión, había leído de todo, había llorado y suspirado, porque eran algunos muy lindos e intensos, se había enamorado de todos los Phuwin de todos los universos ficticios, y también de la relación que mantenía con un Pond que él siempre trataba de imitar; al menos delante de cámaras y fans... porque la realidad era que Phuwin y él, eran compañeros, pero no precisamente los más cercanos. Podría decirse que con el transcurso de los años se conocían, y se toleraban, al menos un poco más que al inicio.
—¿Qué lees, Naravit? —preguntó la característica voz de Phuwin, antes de tomar asiento a su lado en el sofá.
Pond se sobresaltó con su presencia repentina, y con sus dedos tembloroso intentó cambiar de aplicación en su celular, bajo la mirada enfurruñada de Phuwin.
—Solo... Nada... —mintió poniendo una cara indiferente que no sirvió de mucho ya que tenía sus orejas muy rojas. Phuwin chasqueo la lengua, no muy satisfecho con su respuesta.
—¿Qué es? —insistió, tratando de observar la pantalla del celular que ahora estaba en Twitter—. Dímelo.
—Chismes de Twitter —le aseguró, agitando lentamente su celular frente a sus ojos gatunos, que no confiaban ni un poco en sus palabras.
Phuwin solía ser bastante distante con él, lo llamaba P' cuando había entrevistas o asunto importantes con otras personas, pero a solas era Pond a secas, o Naravit, incluso cuando las cámaras no estaban cerca y su humor era de perros, porque Phuwin era bastante sensible y algo enojón, le llamaba Tonto Pond. Pero al mayor le daba igual, mientras Phuwin no se sobrepasará con sus insultos y maldiciones, podía hacer y decirle como quisiera, además Phuwin solía ser en gran parte del tiempo muy amable con él, y atento también, así que le pasaba lo demás. Nunca podría enojarse con ese chico de mirada tierna y de sonrisa alegre, era su compañero y lo adoraba, porque sin él muchas cosas no serían como eran en ese momento dónde su fama iba en aumento. Se necesitaban.
Pero, a decir verdad, le dejaba hacer lo que sea que quisiera, porque Phuwin era lindo. Y su corazón era jodidamente débil, en especial con las personas tiernas como a veces Phuwin podía llegar a ser. Pond siempre cedería ante ese chico, empezaría las entrevistas primero así ganara en la piedra, papel o tijera, siempre lo ponía en primer lugar porque Phuwin era importante para él. Quizás no de manera romántica, pero si como un pequeño hermano.
—Muéstrame... —le exigió, y como una fiera comenzó a pelear por raparle su celular, y Pond solo pudo forcejar y patalear con ese chico que tenia una fuerza animal.
—¡Phuwin! ¡No! ¡Déjame!
—¿Qué mierda lees? —rugió soltando una que otra carcajada, porque era entretenido ver como Pond trataba de ocultar eso que el tanto quería descubrir.
Phuwin solo tuvo que tirarse sobre Pond un poco, luchar entre insultos y finalmente, con un movimiento ágil y porque las manos de Pond ante los nervios sudaban muchísimo, el celular desbloqueado terminó en su poder, y al buscar en las últimas aplicaciones abiertas, encontró una que le llamó la atención—: ¿Qué es esto, Pond?
Phuwin abrió sus ojos como platos, porque era fácil reconocer la pagina de escritos, era bastante popular. Pond intentó perseguirlo, y atraparlo, pero Phuwin era muchísimo más rápido, corriendo de un lado a otro en el camerino, hasta que salió por la puerta entreabierta, ganándose la mirada extrañada de más de una persona del staff, porque Pond estaba pálido detrás de él suplicándole, pero Phuwin ya no escuchaban; con cada paso que daba por el pasillo, su ceño se fruncia más y más, y la mueca de disgusto era tan obvia, que cualquiera a kilómetros podía notarla.
—Phuwin se arrodilló frente a mí, y entonces, enredé mis dedos en su suave cabello, mientras él me hacia la mejor mamada... ¡¿Qué mierda?! —gritó dándose la vuelta de sopetón, logrando que Pond se quedara estático a solo unos pasos.
—Tengo una explicación.
—¿Enserio? —inquirió cada segundo más furioso y consternado. ¿Por qué Pond leía esas cosas? Era asqueroso.
—Solo tenía curiosidad... Son divertidos... y no es que yo piense en ti cuando los leo, o en nosotros, solo imagino otras caras, y es que... —Pond fue perdiendo la voz, ante la mirada cargada de odio de Phuwin, y algo en su interior se quebró un poco, porque sabía que era extraño que le gustaran los fanfics, más cuando era sobre ellos dos, pero no para que lo despreciara de esa manera. Era un tipo de 1.85 cm completamente a merced de un chico de 20 años, con 5 cm menos, que con su expresión podía hacerlo sentir miserable—. Por favor, créeme.
—No sé ni que decirte... —admitió, antes de estamparle el celular contra el pecho con rabia, y sin más paso a su lado, dejándolo con las palabras en la boca.
—Hay unos más tiernos, solo que este lo encontré de casualidad y necesitaba algo para relajarme —continúo explicándose, siguiéndole los pasos de regreso al camerino, pero Phuwin ni se inmutaba.
—¿Es que acaso has leído más? ¿Qué sucede contigo? —refunfuño entre dientes, dedicándole una mirada fulminante, que lo dejó sin aliento—. Yo sabía que eras medio rarito, pero de verdad esto sobrepasa los límites.
—Phu...
Este se alejó con pasos rápidos, y se dedicó a hablar con las maquilladoras y estilistas, ignorándolo olímpicamente el resto de la tarde. Sinceramente, aquella actitud, lo hizo sentirse horrible, como si fuera un maldito trastornado.
Pond creyó que se le pasaría al reto, pero Phuwin comenzó a evitarlo día tras día, lo miraba con rabia y algo de asco, pero no le decía absolutamente nada, pero con ello era suficiente, para que Pond se sentía bastante atacado y dolido con sus acciones.
Los días pasaron, el trabajo continuó, al igual que las grabaciones, y Pond, aunque intentaba leer fanfics, no se sentía igual, se sentía incorrecto, más cuando Phuwin estaba cerca y lo analizaba de esa manera que le erizaba la piel, por lo que, ahora se dedicaba a ver anime en sus descansos, y cuando estaba aburrido, mientras su mente divagaba en historias inventadas por él mismo, sobre él y Phuwin, al menos sus fantasías absurdas eran su único consuelo a la terrible situación en al que estaban.
Phuwin no daría su brazo a torcer hasta que prácticamente le rogara de rodillas, y él ya estaba cansado de insistir, al menos eran tan buenos actores, que nadie notaba la tensión en el ambiente, más que sus compañeros de la empresa. Pero tampoco es que se metieran mucho en asuntos que solo eran de ellos dos.
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ADDICTED 📖 PONDPHUWIN 📖 +18
FanfictionDonde Pond se vuelve a adcito a los fanfics PondPhuwin, y termina envuelto en diversas situaciones con Phuwin por culpa de sus fantasias. Advertencias: Unica pareja. Capitulos cortos. No se permiten adaptaciones. Posiblemente tenga escenas +18 #2...