12 - Psicólogo

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Un chico caminaba solo por los pasillos de un hogar, donde había mucho silencio

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Un chico caminaba solo por los pasillos de un hogar, donde había mucho silencio.

— ¿Mamá? — Se asomó en la cocina.

Una señora de cabello verde cocinaba, pero al oír la voz de su hijo rápidamente dejó lo que estaba haciendo y le prestó toda su atención.

Desde el intento de suicidio de su hijo ha estado comportándose así, le presta demasiada atención, y en la noche siempre espera a que se duerma para ella poder ir a descansar. Pensar en lo sucedido, y en que si se hubiera dado cuenta tarde lo hubiera perdido para siempre.

— ¿Si cariño?

El adolescente se adentró a la cocina.

— Hoy es mi cita con la psicóloga.

El silencio reinó la habitación.

— Espérame un poco, terminó y nos vamos.

— Si. — Fue lo único que dijo para luego salir del lugar.

Desde lo sucedido ha empezado a hablar menos, se encierra en su habitación y pasa horas ahí, los mensajes en su teléfono se han acumulado, pero no es capaz de responder si quiera a uno, también dejó la escuela un tiempo, según lo que le dijeron a su madre era mejor darle un tiempo.

Tiempo después su madre lo habló y fueron en taxi hacia el consultorio. Al llegar su madre se puso a hablar con la recepcionista mientras ya hijo estaba cruzado de brazos a su lado con la mirada perdida.

— Si, en un momento lo atienden.

Se sentaron en unos asientos que estaban en el lugar mientras esperaban. Midoriya miró a su alrededor, habían pocas personas, estas lucían ansiosas por ser atendidas, como si tuvieran muchas cosas que contarle a su psicólogo, pero él no, no tenía nada de que hablar.

Minutos después alguien se acercó.

— Ya puede pasar.

Su madre le dió una palmada en la espalda. Suspiró y se levantó para seguir a la mujer, lo guió a un pasillo, abrió una puerta y se hizo a un lado para que pase. Sin problemas lo hizo, entró a la habitación mientras escuchaba la puerta cerrase detrás de él.

— Izuku Midoriya ¿verdad? — Escuchó una voz femenina.

Miró en su dirección, encontrándose a una mujer sentada en un pequeño sofá, enfrente de ella había una mesa y luego otro sofá igual.

— Si.

— Adelante, siéntate.

Caminó a pasos lentos y se sentó en el sofá libre.

— Soy Mitsuri — Se presentó. — y me gustaría que podamos llevarnos bien.

Él no respondió.

— Izuku, dime-

𝐋𝐨𝐧𝐞𝐥𝐢𝐧𝐞𝐬𝐬                                                     Izuku MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora