La sirena no puede cantar I

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YeoSang se despertó con un canto en su cabeza. Lo estaban llamando. El cuerpo de Wooyoung estaba a su lado, apretándo las mantas. La sirena se movió rápidamente, el llamado parecía urgente.


-¿A dónde vas?- preguntó WooYoung entredormido.


-Al baño- mintió, liberándose del revoltijo de mantas que lo apresaban.


El canto se hizo más intenso, sabía que estaba cerca. Atravesó el pasillo para salir a cubierta. Lo recibió un tranquilo atardecer, y el barco navegando velozmente hacia el Este, hacía donde él había indicado seguir a HongJoong.


-¿YeoSang?- preguntó YunHo saliendo detrás del timón- ¿Cómo estás? Dormiste mucho. Más que la vez anterior.


-YunHo... alguien me llama- dijo nervioso, moviéndose de un lado a otro en la cubierta, viendo por dónde sería mejor tirarse al agua.


-No irás al mar de nuevo- ordenó, interceptándolo y agarrándolo del brazo. Su mirada era severa.


-Me está llamando. No me hará daño...


-Ya perdimos a HongJoong.


-¿Y si sabe sobre HongJoong?


-¿Y si no? ¿Si son las mismas sirenas de anoche?


-Es otro canto...


-Bajaré contigo en un bote.


YeoSang suspiró y aprobó la idea. La sirena aún lo llamaba con urgencia, pero no podría entender sus palabras hasta que no esté dentro del agua.


Mientras YunHo tomaba el bote y acomodaba la polea, YeoSang se disculpó y saltó por la borda. Escuchando su nombre y unas palabras poco agradables de parte del timonel.


Se transformó inmediatamente cuando el agua tocó su cuerpo, y buscó de dónde venía el sonido, hundiéndose en las profundidades debajo del barco.


-Soy YeoSang, ¿por qué me llamas?- le dijo al agua, mirando hacia todos lados, esperando ver a alguien.


Una figura apareció, se veía pacífica, con las manos levantadas hacia arriba. YeoSang se alejó un poco.


-No temas- dijo la sirena-. Tengo información de parte del Príncipe.


-¿El Príncipe? ¿SeongHwa? ¿Qué hace en este mar?- inquirió, acercándose a la sirena, viendo que efectivamente tenía atuendos de la Guardia Real.


-Estamos persiguiendo un grupo de sirenas... y encontramos a tu compañero- le dijo, estirando la mano para que vea el anillo de HongJoong-. Esto es de él.


YeoSang se acercó prudentemente, atento a cualquier reacción que pueda presentar la sirena que tenía en frente, y tomó el anillo, observando que efectivamente era de su capitán.


-Nos dirigimos a tierra firme, hacía el Noroeste. Se encontrarán con una línea de acantilados. Tienen 3-4 días de viaje, con corrientes y viento a favor, nosotros estamos dirigiéndonos hacía allí en estos momentos. Pueden quedarse y descansar en tierra si lo desean.


-¿Qué harán con mí capitán?- interrogó.


-Estará bien, no te preocupes- lo calmó, observándolo un largo rato-. Te estás muriendo- susurró lento y apenado-... El mar ya no te curará si sigues pasando tiempo en el barco. ¿Lo sabes?


-Lo sé...


-¿Y ellos? ¿Lo saben?


-No.


-Hay un médico con nosotros. Quizás pueda hacer algo por ti... Intenta quedarte en el mar estos días, te hará bien. Come algas y peces, te ayudará- YeoSang se mantuvo en silencio, bajando la cabeza-. Oh, ¿Ya no puedes comerlos? Chico, estás peor de lo que parece- lamentó, mirando hacia arriba-. Están bajando en botes, no podré irme si tienen armas.

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