La sirena no puede cantar II

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Cuando el bote chocó en cubierta, YeoSang estaba completamente dormido. MinGi lo alzó para salir junto a él, dejándolo en el suelo, arrodillado junto a él, mientras YunHo, WooYoung y San hacían un círculo alrededor de ellos.
-Sé que está pasando algo raro- dijo YunHo, acariciando las mejillas frías de la sirena-. ¿Qué pasa MinGi?
-¿Podemos salir ya? Hacía el Noroeste, donde dijo la sirena- preguntó MinGi.
-Ibamos a salir mañana... - titubeó YunHo.
-Es urgente- reclamó MinGi-. Llevaré a YeoSang a la habitación... Pon en marcha el barco y espérenme en la cocina. Lleva eso WooYoung, es para YeoSang...
MinGi secó y vistió a la sirena. Se tomó el atrevimiento de usar la cama de HongJoong, que era más cómoda que los catres, y al ser pequeña podría calentarla rápidamente si era necesario. Sintió que el barco comenzó a moverse y girar, suspirando aliviado.
-Ya estamos en camino, estarás bien- susurró, acariciando el dorso de la mano de la sirena. Luego apagó la vela de la habitación y cerró la puerta, dirigiéndose a la cocina, donde los otros miembros lo esperaban.
MinGi les contó de las transformaciones de YeoSang, de como estar en el barco lo debilitan lentamente, pero que nunca lo había hecho notar. El frío era parte de la transformación para ellos, pero cada vez costaba mas darle calor y despertarlo. Les contó lo que le dijo YeoSang sobre el Guardia Real y la posibilidad de un médico sirena.
WooYoung se motivó enérgicamente, hasta que Mingi dijo que no sabía si el cuerpo de YeoSang aguantaría el viaje, tampoco podría llevarlo una sirena y poco podían hacer ya que no toleraba los alimentos del mar.
El aire se hizo espeso sobre ellos. MinGi vio a WooYoung derramar lágrimas y sorber mocos sin cuidado frente a ellos, levantándose de la silla y tirando de sus cabellos, dando vueltas en círculos.
-¿Qué hay del mar?- preguntó YunHo-. Si pasa mucho tiempo...
-Creo que es lo mismo que nada. Yeo dijo que hace un par de lunas que no siente curación en el agua.
-Tampoco podemos detenernos mucho tiempo si queremos llegar rápido, YeoSang no podrá seguir el barco como antes- agregó San.
-¿Él sabia...? - preguntó YunHo.
-Supongo que si- respondió Mingi-. No parece sorprendido con nada de lo que le pasa.
Un grito de frustración salió de la garganta de WooYoung, pateando una de las sillas de madera.
-¿Sabía y no nos dijo nada? ¿Por qué no nos dijo?- lloriqueó-. HongJoong hubiera hecho algo antes... La comida... - buscó el canasto que había dejado arriba de la mesada-. ¿Que tengo que hacer con esto?- preguntó a Mingi, restregándose los ojos con la manga, con determinación en su mirada.
-Pensé que ya que no puede comer crudo, pero tampoco nuestro alimento, podría ser algo intermedio. Algo un poco cocido, tal vez...
-¿Comió ahora?- preguntó WooYoung.
-Comió, vomitó todo en el mar. Se quejó de las pequeñas vidas que quitaba, que las sentía en su boca retorcerse, no le agradaban ciertas texturas como las espinas y los corales. El pulpo fue lo último que comió.
-Haré lo mejor que pueda- dijo, arremangándose y buscando cuchillos de distintos tamaños.
-No creo que quiera comer ahora... - dijo Mingi.
-Lo intentaré de todas formas, si no quiere haremos una sopa para nosotros. Pero tendremos que ir a pescar o cazar con él, tiene que ser todo recién sacado del agua- explicó WooYoung partir dos un pez a la mitad y sacando sus vísceras.
-Podemos ir a media mañana con YeoSang si está despierto, o a la tarde. Podrá estar en el mar y entretenerse cazando- dijo YunHo, con una energía renovada.
Los cuatro se sintieron motivados y esperanzados con el plan, era simple, pero útil.
WooYoung preparó una rejilla metalica con los cortes de lo que quedaba en el canasto. Despinó y descabezó con paciencia todos los pecesitos, cortó los moluscos en finas tiras y colocó las algas de tal manera que parecían pastas verdes, a todo eso le tiró por encima agua hirviendo, para que tenga una rápida cocción superficial, pero que permanezca crudo adentro. Luego trituró finamente el coral en un mortero, espolvoreándolo sobre toda la comida ya emplatada.
-Voilé- alardeó, mostrándoles el platillo. Los otros tres admiraron su trabajo, felicitándolo.
No demoraron en llevarle el alimento, aunque sabían que estaba durmiendo, era prioridad que coma también.
Entraron los cuatro sigilosamente en la habitación, YunHo encendió la vela de la mesa de noche, dando una cálida iluminación. WooYoung se sentó en la cama, acariciando el cabello de YeoSang, despertándolo suavemente. La sirena abrió los ojos confundido, mirando a su alrededor, identificando la habitación del capitán y observando a las cuatro personas que estában alrededor de la cama.
-Te preparamos algo- le dijo WooYoung, tomando el plato que San tenía en las manos mientras YeoSang se sentaba en la cama, intercambiando miradas entre el alimento y la tripulación-. MinGi nos contó- señaló WooYoung-. Entre todos armamos un plan, y si no funciona armaremos otro, hasta que lleguemos a la colonia de las sirenas, y si ahí tampoco pueden hacer nada, iremos a otro lugar. No te dejaremos- los otros tres afirmaron atrás con tímidas sonrisas-. ¿Cómo te sientes para probar esto?- señaló el cocinero levantando el menú-. MinGi dijo que podemos probar con algo semicrudo que no tenga ojitos...
-Sé ve bien- dijo YeoSang para satisfacción de WooYoung, su pecho se infló conteniendo el aliento cuando la sirena tomó los palillos, probando el primer bocado, masticando, tragando, y agarrando otro bocado-. Me gusta. Siento que no lo voy a rechazar.
-Eso sería lo ideal- comento San.
-No queremos frenar el barco tanto tiempo, porque eso demoraría el viaje, y también sabemos que debes pasar tiempo en el mar, pero no podrías seguirnos mientras navegamos- explicó YunHo-. Así que probaremos ir a cazar, una o dos veces al día según la recolección. Bajarás siempre y cuando puedas con alguno de nosotros. Nos dirás si te sientes en condiciones de ir al mar, porque una vez que estés en la profundidad, nosotros mucho no podemos hacer. Si te vemos mal, aunque insistas, no irás- sentenció, esperando que YeoSang apruebe el plan-. Hay zonas abundantes en el camino, quizás podamos pescar algo más grande también- se dirigió al grupo.
YeoSang le entregó el plato vacía a WooYoung y se acostó en la cama nuevamente, cerrando los ojos. Escuchó que YunHo seguía hablando de las zonas de pesca y WooYoung peinaba su cabello suavemente. La cama del capitán era suave y cálida, pero parecía que nada alcanzaba para calentar su frío interior.
-Woo- susurró-. Necesito otra manta- los ojos del cocinero giraron hacia la cama, contando que había por lo menos tres mantas gruesas-, y por las dudas... Solo por las dudas, un recipiente por si vomito, y tengo sed... sed de agua de mar.
-Iré por el agua- dijo YunHo, saliendo de la habitación. San y WooYoung lo siguieron, arrimando la puerta.
-¿Estás enojado?- preguntó MinGi, ocupando el lugar donde estaba WooYoung.
-No. Lo último que quisiera es pasar estos días enojado con ustedes- le dijo, sacando una mano y tomando la de MinGi-. Estoy enojado por no haber alcanzado a HongJoong... Porque quizás no lo vea de nuevo... -hizo una breve pausa-. ¿JongHo le habrá dicho de mí? ¿Sabrá que estamos yendo?
-HongJoong sabe que siempre lo encontraremos, así esté en el fin del mundo. Creo que el capitán sospechaba que algo te pasaba, además que sabe mucho de sirenas- dijo, señalando una pequeña biblioteca con libros que HongJoong había recolectado en sus viajes, si el capitán realmente los había leído, Mingi no lo sabia-. Si JongHo le dijo o no, es indistinto, debe estar muy preocupado por ti.
-Lo lamento mucho- suspiró, cerrando los ojos.
WooYoung entró con la manta, acomodándola arriba de la cama, seguido por San que colocó el recipiente entre la cama y la mesita de noche y YunHo dejó un barril pequeño de agua de mar con un vaso.
-Dormiré contigo- le susurró WooYoung, acostándose a su lado y abrazándolo-. Está temblando... - les dijo al resto, buscando respuestas en sus rostros.
-Tengo la teoría de que en la superficie ya no puede regular la temperatura- dijo YunHo, hacíendose lugar del otro lado de YeoSang para darle calor también.
-En el mar tampoco puede- murmuró MinGi, ahora las miradas estaban sobre él-. Sabía que el agua estaba fría, cuando generalmente se notaba confuso cuando le decíamos que para nosotros estaba fría, porque él la sentía agradable. Me dijo que el agua estaba helada, cuando me abrazó también sentí su cuerpo frío y posiblemente sus labios morados no era por la oscuridad, ahora que lo pienso...
-Maldición- murmuró San, con los brazos cruzados-. Cada vez se pone peor.
WooYoung apoyó su cabeza sobre la de YeoSang delicadamente, apretando los labios y dejando caer algunas lágrimas.
-Woo...  Si se entera que estás llorando se pondrá triste- le dijo YunHo, colocando su enorme y cálida mano sobre la mejilla de WooYoung.
-Yo estoy triste- sollozó, escondiendo su cabeza en la espalda de YeoSang, y abrazándolo con fuerza, como si fuera a irse-. Me lo va a quitar... El mar me lo va a quitar... ¡Qué desquiciado!
YunHo vió que YeoSang abrió los ojos y tomó su mano, haciéndole un gesto hacia Woo con los ojos mientras WooYoung seguía llorando en su espalda.
-A dónde va no puedo seguirlo- exaló-, si tiene que vivir como sirena en el mar, o...
YeoSang se dio vuelta, encontrandose con el rostro lloroso de WooYoung.
-El mar nunca fue generoso, Woo, y reclama todo lo que alguna vez fue de él. Es cierto que soy del mar, pero no le pertenezco. No sé por qué puedo transformarme, quizás nunca lo sepa, pero el mar también me dio la opción de elegir dónde estar... Y yo elijo estar con ustedes y con HongJoong, aunque al mar no le guste me desición.

***

Un plan simple. ¿Funcionará?
Hay que sobrevivir cinco días en los caprichos del mar.

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