Veneno de sirena

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HongJoong salió del cuarto, buscando a cualquiera que permanezca con YeoSang mientras él iba a hablar con el Príncipe de las Sirenas.

Se encontró con San en el camino, que se dirigió inmediatamente al cuarto del capitán.

HongJoong bajó al subsuelo del barco, donde antes habían prisiones, ellos decidieron hacer un cuarto de emergencias donde habían abastecido con un par de camas, una mesada de mármol y distintos insumos médicos que recolectaban en los muelles o pueblos cuando atracaban.

El capitán suspiró detrás de la puerta de la enfermería ya no sabía con qué se encontraría.

Al abrir encontró a Mingi incómodamente sentado en una silla al lado de la puerta. SeongHwa estaba en la cama más cercana.

Se veía terriblemente enfermo, su color bronceado besado por el sol había sido reemplazado por un gris terroso, respiraba superficialmente y su cuerpo sudaba tanto que había mojado la ropa de cama.

-Me ha pedido agua todo el tiempo- dijo Mingi con voz ronca, acercándose a la cama-. Agua de mar... ¿YeoSang?

-Se despertó, pude hablar algo con él. JongHo está nadando hacia nosotros.

-Eso es bueno, espero.

-Lo es, JongHo no dejará a SeongHwa hasta que ambos descansen en el fondo del mar. Ve a dormir, yo me quedaré con él.

El más alto se retiró sin cuestionar nada, desesperado por un descanso cómodo.

HongJoong acercó una silla a la cama, observando nuevamente a la sirena y cómo sucumbia al veneno de su propia especie.

El capitán acercó su mano a su piel, que ardió y tembló bajo su toque mientras el Príncipe abría los ojos, buscando la fuente del contacto.

-Principe... - murmuró HongJoong.

-Capitán- respondió casi inmediatamente en un jadeo.

-¿Qué puedo hacer por ti?

-Agua- susurró, como si su garganta estuviera seca.

HongJoong acercó la jarra con agua de mar a los labios del principe que había en la mesa de noche, y lo ayudó a SeongHwa a beber. Parecía realmente sediento, ahogándose y tosiendo levemente-. Ya se irá- comentó con voz afónica, enfocando sus pupilas hacía HongJoong.

-¿Hay algún antídoto que pueda conseguir?

El Príncipe de las Sirenas negó levemente con la cabeza.

-No llegarían- exaló-. JongHo...

-Está viniendo hacia nosotros, detuvimos el barco para esperarlo.

-¿Tu sirena?

-Mira como estás y te preocupas por mi YeoSang- exhaló, apretando la palma de su mano en su mejilla, limpiando el sudor que goteaba.

-No puedo oírlos, mis sentidos están bloqueados por las toxinas.

-Hace un momento se despertó- murmuró, colocando un dedo sobre los labios del Príncipe para que no hable-. Pudimos hablar un poco- comentó, levantando la sábana húmeda y viendo que MinGi había colocado un perfecto vendaje sobre la mordedura de SeongHwa-. ¿Te duele?

-Arde como brasas- se quejó la sirena, retorciéndose un poco cuando HongJoong lo tocó, notando que estaba húmedo por el sudor.

-Voy a cambiarlo, se infectará si sigue mojado.

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