CAPÍTULO 4: NARANJA
POV PEETA
El día llega dos días más tarde. Solamente que no sucede de la manera esperada y planificada. Sino por accidente, mientras camino con la tía Tigris, mamá, mis hermanos y primos por algo llamado el Quemador, un mercado local, porque aquí se pueden conseguir más cosas sin tener que caminar tanto. Nos piden que no nos alejemos y que nos mantengamos cerca de ellas mientras hacen las compras del día, pero hay mucha gente y yo soy casi golpeado por delante por un hombre de cuerpo grande, y luego otras personas que me alejan cada vez más de mis familiares. Para, finalmente perderme entre mareos y empujones progresivamente. Nadie parece preocuparse por un niño confundido y solo. Miro para todos lados asustado intentando ubicarme nuevamente.
¿Dónde estoy?
Grito a mi mamá al menos tres veces, pero aparentemente entre tanto ruido no me escucha. Pierdo el sentido de orientación y trato de localizar a mi mamá, o a mi tía que es más alta, mientras me alejo de la muchedumbre. Luego, decido caminar por el lugar para explorarlo sin alejarme de los costados, y tal vez volver a donde estaba, en la medida que reconozca algunos puestos. No debí quedarme tan atrás, pensando en no perturbar a los clientes que hacían que me moviera cada tanto. No debí, pero lo hice por unos par de minutos con la idea de volver ubicarme junto a mis hermanos y mi mamá cuando el puesto se desocupara un poco. Mal movimiento. Mala decisión. Unos segundos más tarde fui arrastrado por la multitud. Debí haberlo previsto. En el Capitolio pasan cosas similares, la diferencia es que todos me reconocen allí por la televisión o los eventos de sociedad; y me llevan con mi familia de inmediato.
El lugar es enorme, son casi dos cuadras de cuatro filas puestos ambulantes y locales construidos con madera y hierro. Mi mamá dice que hacía shows en un sector de este sitio cuando era joven, que así ella y los suyos sobrevivían cada semana, cada mes. Que papá asistió a esos shows antes de que él pudiera llevarla al Capitolio con él, definitivamente. Que él quedaba fascinado con sus actuaciones, su canto y su baile, y que a ella le gustaba sentirse admirada y apreciada por él en cada aspecto de su vida y su esencia. ¿Pero dónde estará ese lugar del que tanto hablan mis papás? No veo más que puestos de comida, cafeterías, alimentos, juguetes y artesanías. Tal vez... Tal vez si sigo caminando lo encuentre. Pero, no. No sin mis padres. Me acerco a un puesto de pastelería cercano y decido comprar una porción de una torta de chocolate rellena con el dinero que me dio papá antes de despedirnos.
-Hola, pequeño. ¿Qué se te ofrece? -me pregunta una chica joven de cabello oscuro recogido en una cola de caballo alta. Parece simpática y me sonríe.
-Hola. Quiero torta. Esa de ahí -digo señalando la que me interesa, temiendo errarle al nombre.
Le entrego dinero.
-Con ese dinero te alcanzan dos porciones, cariño. ¿Quieres solo una o es para compartir? -me dice ella.
Era para mí, pero... podría compartir con mis hermanos.
-Bueno, que sean dos.
-Son muy ricas. Las he hecho yo misma. Crema de maní, chocolate amargo y frutos del bosque . Te gustarán.
-Me gustan los frutos del bosque.
La mujer me sonríe.
-Me alegra. Los recolectamos en el Doce, así que, son productos frescos.
La mujer pone las dos porciones en una bandeja plástica alta y las cubre con papel y me entrega dos servilletas y tenedores descartables para que pueda comer. No solo eso, me entrega un vaso mediano de chocolate caliente con una tapa plástica para evitar que se vuelque y tomé de forma más cómoda, diciéndome que es un regalo para mí y para que pueda disfrutar más de mis porciones de torta. Se lo agradezco.
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THE PRESIDENT'S SON AND THE GIRL ON FIRE
FanfictionPeeta, hijo del Presidente Coriolanus Snow y la vencedora Lucy Gray Baird, es seleccionado como mentor del Distrito Doce, para los Juegos del Hambre junto a su madre, la primera vencedora de aquel Distrito. A pesar de que le toca ser mentor del chic...