—¡Maldita sea!— gritó Bradley mientras sus patines se estrellaban contra el pavimento justo a la mitad de una rotación. Sus rodillas se sacudieron por el impacto, volteándose y casi perdiendo el equilibrio antes de enderezarse de nuevo. Debería sentirse aliviado—romperse la cara en frente de los demás patinadores no era algo a lo que quería enfrentarse esa mañana o en ningún momento, siendo honestos—eso sí, su alivio fue opacado por la ira que lo invadía.
Era más que frustrante que, a pesar de que Bradley había estado patinando desde que tenía cuatro años, aún existieran momentos en los que sus saltos quedaran cortos o sobregirados. Él es un patinador de 17 años de Nivel A, demonios, él no era un amateur de tres años. Él había estado esperando los X-Games universitarios por cerca de seis meses. Estaba listo-había estado listo desde hace mucho-pero ahora que la prueba se acercaba, sus rotaciones en pavimento decidieron ponerse difícil.
Jodidamente perfecto.
El chico sacudió los brazos y rodó su cuello un par de veces, tratando de librarse de todas las vibras negativas- no tenía sentido patinar de mal humor, ya que por lo general eso sólo empeora las cosas. Una vez que se calmó, regresó a la pista, patinando con un propósito, con especial atención, con...
—¡Princesa patinadora!— Una voz resonó a través del aire, distrayendo a Bradley de su preparación.
Bradley se detuvo en seco. Conocía ese apodo, gruñó y miró al cielo, en silencio retando a Dios a atreverse y traerle más distracciones, antes de girar y hacer frente a Max, su ruidoso y desagradable contrincante en los X-Games, quien estaba de pie en las tablas. Max tenía esa sonrisa en su cara como si fuera la mejor maldita mañana y no una mañana que estaba causando tantos problemas para Bradley.
—¿Qué jodidos quieres ahora?— Bradley respondió irritado, sin moverse de donde estaba.
Max estaba a sólo unos metros de distancia, Pj y Booby cerca de él, estaba mirando a Bradley como si fuera la cosa más divertida del mundo.
—¿Qué quieres?— volvió a preguntar el más alto, no estaba de humor para enfrentar a Max.
—Me pregunto si siempre usas tu suéter al revés o sólo hoy— Pj se rió a carcajadas a pesar de que no era gracioso, pero Bobby sólo miró a Max, molesto.
Bradley movió los ojos hacia abajo para notar que el interior de su suéter estaba hacia afuera tratando de evitar la mirada de Max. Había una variedad de cosas ingeniosas que podía haber dicho en ese momento, pero solo se limitó a rodar los ojos —Maldito idiota— murmuró para si mismo y giró sobre sus patines para alejarse.
—¡Ni siquiera lo intentes, no ganarás princesa!— Max divulgó en un grito como si no se encontrará en un lugar público. Varios de los patinadores más jóvenes voltearon disimuladamente intrigados —Te haré trizas en los X-Games, este año.
Max seguía de pie exactamente donde Bradley lo había dejado, observando al más alto alejarse entre los patinadores.
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¡Hola! Espero que disfruten esta hermosa Adaptación.
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