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—¿Dónde está tu querida, cielo? — Jungkook soltó un suspiro y míró un momento a su progenitora, quién no había dudado en ir a su casa, tras enterarse de que Lisa, la novia, futura esposa y madre de sus nietos, estaba triste y deprimida por haber p...

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—¿Dónde está tu querida, cielo? — Jungkook soltó un suspiro y míró un momento a su progenitora, quién no había dudado en ir a su casa, tras enterarse de que Lisa, la novia, futura esposa y madre de sus nietos, estaba triste y deprimida por haber perdido a su único familiar.

—Esta en la habitación, pero, ¿Qué haces aquí? ¿Papá sabe que ibas a venir? — la mujer bufó y acomodó su bolso en su brazo.

—Tu padre puede decir misa, pero yo doy las hostias, así que hazte a un lado, dile a la cocinera que nos llevé unos tés calientes, haz algo bueno — Jungkook bufó y vió a su madre subir las escaleras y caminar hasta su habitación, en dónde Lisa se había instalado hace unos días, Jungkook ya había visto venir esta escena y no tuvo de otra que hacer que Lisa también estuviera en su habitación.

Mientras que en la parte superior de la casa Jeon, una mujer abrió la puerta y sonrió un poco triste al ver una figura acostada en la cama, cubierta con mantas y dándole la espalda, miró un poco indecisa las cortinas, las cuales, permanecían cerradas, creando un ambiente solitario y legumbre. Hizo una mueca y camino decidida hacia la tela, abriéndola de par en par, dejando qué una luz iluminará la habitación y también, causando que Lisa se reincorporará y mirara sorprendida a la madre de Jungkook; Wonyoung.

La mujer la miró con una sonrisa suave y no dudo en caminar hacia ella y sentarse a la orilla de la cama, mientras que Lisa, recargaba su espalda en la cabecera.

—Hola cielo, ¿Cómo estás? — preguntó, estirando su mano y acariciando su mejilla.

—Señora Jeon, no sabía que iba a venir, me levantaré y prepararé algo para comer — hizo el ademán de quitar la cobija de su cuerpo y levantarse, pero Wonyoung se lo impidió, empujándola suavemente por los hombros y volviendo a cubrirla con la manta.

—No es necesario linda, necesitas descansar — Lisa parpadeó confundida. —Jungkook me comentó lo sucedido aquel día, me quedé muy preocupada y le insistí para que me dijera, al final lo hizo y quise venir a verte — Lisa miró la suave y melancólica sonrisa que le brindaba, haciéndola sentir triste de nuevo.

—N-No debió de molestarse — la voz de Lisa sonó rota, causando una tristeza también en Wonyoung, quién no dudo en acercarse más atraparla en un abrazo, haciéndola romper en un desconsolado llanto.

—Tranquila cielo, sé que duele y probablemente lo haga toda la vida, pero quizás ella no quiera verte de esta manera....no sé mucho sobre tu situación familiar, pero sé que ella era lo único que tenías, y me da mucha tristeza que una persona tan linda, amable y alegré como tú, este pasando este tipo de situación, realmente también me duele y comparto tu dolor. A veces, sólo necesitamos un poco de comprensión, amor y un hombro para recargarnos y descansar de lo difícil que es la vida.

Todas aquellas palabras hicieron que Lisa llorara más y soltará finalmente aquel nudo de tristeza y lágrimas retenidas, porque estaba siendo comprendida finalmente.

Mientras que Wonyoung, acariciaba el cabello de Lisa, miraba hacia la puerta, sus ojos haciendo contacto con los de su hijo y soltando aquellas palabras, como si estuviera dándole esas palabras a él.

[...]

—¡Buenas tardes, jefe! — el hombre alto, pálido y portando un traje sumamente caro y elegante, saludo a los empleados, mientras a su lado, iba su asistente, revisando asuntos pendientes en su portátil.

—¿Ya les depositaste su salario? — preguntó, entrando al elevador y manteniendo aquella aura agradable y animada de siempre.

—Acabo de hacerlo, señor — el hombre asintió y espero en silencio a qué el elevador terminara de subir. —Señor, respecto al asunto que me mandó a investigar...

Inmediatamente su expresión paso de alegría a sorpresa, curiosidad, temor y un poco de melancolía.

—¿Encontraste algo? — preguntó rápidamente. El secretario asintió con una media sonrisa. —¡Dímelo, dímelo!

Las puertas se abrieron y el hombre salió del elevador, jalando con fuerza y prisa a su fiel secretario, ambos saludaron rápidamente a su secretaria, la cual estaba fuera de la oficina del jefe y sonrió al verlos apurados.

El hombre entro, hizo entrar a su secretario y cerró la puerta con seguro, se giró y miró expectante e intrigado a su fiel trabajador.

—¿Qué averiguaste? — preguntó.

—Bien, le diré, pero no se vuelva loco por la información, ¿Está bien?

—¡Sí, sí, ya dímelo, rápido!

El secretario soltó un suspiro y formó una sonrisa.

—Su hija está viva.

Y aquello, era una excelente noticia.

Y aquello, era una excelente noticia

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—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

»365 días de sadomasoquismo 🍷 +18 [ Lizkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora