LA NADA

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Y entonces soñé contigo y me confundí. Mil preguntas pasaban por mi mente y no encontraba respuestas para ninguna de ellas. Solo pensaba en la nada, esa nada que es difícil de descifrar. Esa nada que era algo, pero no sabía qué. Esa nada que me hacía sentir vacía, pero el llamarla nada, me hacía sentir llena de preguntas sin respuesta. Mi mente estaba en blanco, pero no vacía. Cada toque del viento me recordaba que estaba perdida. Ese frío y suave contacto me recordaba que, aunque la nada fuera nada, yo era algo lleno de nada. Y eso me hacía querer saber qué es esa nada. ¿Cómo? No lo sé, pero algo me decía que si la nada era algo, entonces debía descubrir qué era ese algo. Comencé a preguntarme ¿y si la nada es una pregunta? ¿y si la nada en realidad no está vacía? ¿Y si la nada somos nosotros? ya que también somos indescifrables. ¿Y si solo intentamos darle una respuesta a la nada y estamos ignorando muchas cosas? ¿Y si esta nada es algo que ya tiene respuesta, pero no ha sido descubierta? En ese momento, pensé que tal vez la nada no tenía una sola respuesta, sino muchas. Eso significa que si la nada sigue siendo una nada llena de respuestas sin descubrir. ¿puedo crear mi propia nada?

Lágrimas inolvidablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora