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☆○o。⛥ GABY 。o○☆

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☆○o。⛥ GABY 。o○☆

Camine hasta el taller donde recogería mi auto, tarde poco más de 20 minutos y mi paso era lento, después de todo no tenía prisa por volver a casa, al llegar el chico se acercó a mí con una sonrisa de oreja a oreja, a veces iba a las carreras y solía felicitarme después de cada una con emoción.

— ¡¿Qué mierda dices?! — Grite al hombre frente a mi exaltada.

— Lo siento, pero la pieza que pediste estaba mucho más cara, tendrás que pagar el excedente — dijo con voz suave y algo tímido.

— ¿Cómo me vas a cobrar más del precio que me diste originalmente?

— Como te dije, el precio subió y me toca cobrarte el excedente Hellish Ángel, yo solo sigo órdenes del patrón...

— Carajo... está bien, no es tu culpa — saque mi teléfono y marque a la única persona que podría prestarme el dinero faltante.

— Noah....

— ¿Hola?

— ¿podrías ayudarme? — murmure resignada al tener que acudir a él.

— ¿está todo bien?

— Si, está todo bien, ¿puedes llegar al taller del mexicano?

— vale voy para allá.

Colgué la llamada y me senté en unos neumáticos cerca a la entrada del taller, saque la cajetilla de cigarros del bolsillo de mi chaqueta y encendí uno, aspire el humo dejándolo entrar a mis pulmones y de nuevo lo expulse suavemente, 20 minutos después vi el auto particular estacionar en frente, el rubio se bajó y camino hacia mí con prisa.

— ¿está todo bien? — pregunto confundió.

— Si... necesito un favor — tuve que tragarme todo mi orgullo — ¿podrías prestarme 300 dólares...?

— Claro, no tienes que pedirme prestado Gaby — sonrió.

— Te los devolveré el viernes con lo de las apuestas.

— No es necesario que lo hagas.

— Si lo es — dije seria, me velante de los neumáticos y caminamos al interior del taller.

Noah pago el excedente para que pudiera reclamar mi auto, el joven entro con mis llaves y minutos después vi como venía hacia nosotros, en ese momento un sentimiento de emoción y satisfacción recorrió todo mi cuerpo al ver mi auto irreconocible.

— Wow... que cambio — dijo Noah riendo.

— ¡Me encanta! — corrí hasta el asiento del piloto, el joven bajo del auto y me entrego las llaves, no dude ni un segundo en subir a el — ¡Noah escucha! — encendí en motor con fuerza haciendo rugir — ¡esoooo! — Noah se acercó a la puerta recostándose en la ventanilla de la misma.

MI DULCE PECADO (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora