Meses, para ser exactos seis meses, ese era el tiempo que había pasado desde la última vez que el rubio vio a su madre, a Draco le estaba consumiendo su ansiedad, pero aun así de a ratos podía sonreír realmente, era extraño, a veces estaba tranquilo ahí en New York, a veces él miedo lo consumía, de a ratos una tristeza llegaba de la nada y le costaba salir de ella, pero no era todo él tiempo... No siempre era de esa forma.
Desde hace dos meses había empezado a ir a lo que Jason había denominado terapia, las sesiones no eran siempre fructíferas, él se cerraba a hablar sobre muchas cosas, y al final siempre terminaban hablando de su madre de su infancia, de lo mucho que la quería, lo mucho que la extrañaba y de lo mucho que le costaba estar lejos de ella porque temía que algo pudiera pasarle. Draco no estaba seguro sobre si estaba loco o solamente traumado, su psicóloga mencionó algo sobre el trastorno de estrés postraumático, también algo sobre la depresión y trastorno disociativo... Estar loco parecía una mejor opción que aceptar que estaba así de jodido.
Y ahí estaba en una nueva sesión, viendo a la mujer mayor con su diario, no sabía cómo lo convencieron, pero Jason y Tim le dijeron que tal vez pueda avanzar un poco si le mostraba aquel libreto a su psicóloga y eso hizo la última vez antes que estuvo en ese lugar.
"Tal vez debí cancelar la cita de hoy y acompañar a Dick a la audiencia de la apelación de mi sentencia."
— Bien, joven Malfoy, esta sesión le daré la oportunidad de elegir el tema del que hablaremos primero, puede ser la guerra. - Dijo la señora esperando la reacción del rubio.
— ¿Cuál es la otra opción? - Preguntó con nervios disimulados.
— Su padre.
— No creo poder hablar de uno de ellos sin que él otro tema esté ahí. - Murmuró Draco pensando en que debería tratar primero, recordó a su padre en Azkaban y a su madre totalmente sola en la maldita mansión en la que fueron prisioneros... - La guerra.
Hablar de la guerra era intrínsecamente hablar de su padre, pero no directamente de su relación, empezó por la primera vez que sintió que algo iba mal, durante sus vacaciones de Yule en cuarto año después de la primera prueba del torneo de los tres magos, fue durante un fin de semana a su casa y su padre se veía preocupado.
Empezar por ahí era la clara demostración para la doctora que su paciente estaba buscando la forma de sentirse seguro sobre lo que sea que le haya pasado, por ello empieza en el momento en que noto que algo no iba bien.
— Asustado es la palabra correcta, ver a alguien como mi padre que en ese tiempo gozaba de un poder abrumador, me asusto a mí, él dijo algo sobre servir a alguien, en ese tiempo no lo comprendí, madre se rehusaba a que padre me contara algo, eso me molestaba, pero no iba a discutir con mamá y padre tampoco iba a hacerlo. - Draco miraba hacía el techo buscando las palabras para seguir. - Volví a Hogwarts nervioso, sin comprender qué estaba pasando en mi casa, por lo que simplemente seguí con mis típicas acciones molestar a nuestro héroe y sus amigos, estudiar y mantener a salvo a los slytherin, no era muy difícil cuando dos casa creen que puedes maldecirlos sin remordimientos, eran buenos tiempos... Hasta que, como en cada año Potter nos trajo problemas, ese año realmente me plantee cambiarme a Ilvermorny.
— Dices que "Potter" siempre trae problemas. ¿Por qué cree que es así?
— Si bueno es así desde primer año, quise ser su amigo la primera vez que lo vi no supe que era, pero luego sí y realmente quise ser su amigo, sin embargo yo no le agrada nada, le guarde rencor por ello durante varios años, de hecho fue después de ese mismo año que empecé a dejar de lado a ese trío, pero concentrándonos en la pregunta los problemas persiguen al pobre, todos los años a finales de año algo atacaba a la escuela y Potter siempre era el punto de inflexión, en ese tiempo me molestaba mucho porque sentía que ese chico siempre quería llamar la atención y ser el protagonista de la vida de todo el mundo, ahora solo siento lastima de que haya sido utilizado como peón bueno no, más bien como un Alfil en la guerra, de cierto modo no puedo evitar pensar en que hubiera sido diferente si tan solo él ministerio le hubiese creído después de que haya anunciado el regreso de él que no debía ser nombrado, pensar en eso me hace rabiar a decir verdad. - Dice el rubio con bastante calma.
—Bien. - Anotó la psicóloga en su libreta. - Después del regreso de ese sujeto. ¿Qué pasó contigo?
— Después de eso, como todo él mundo en ese tiempo, yo creía que Potter se había vuelto loco, sin embargo también tenía mis sospechas, porque Diggory estaba muerto y joder, por Merlín, yo lo conocía, éramos compañeros de copas, cuando estábamos aburridos en los banquetes del ministerio, siempre terminábamos bromeando sobre lo muy Hufflepuff que era él al querer ser amable con todo el mundo, incluso conmigo que soy un idiota malcriado, y de como yo de a ratos parecía más un Ravenclaw que un Slytherin, solía tomarlo como un insulto, aun así cuando fue electo como campeón de Hogwarts realmente lo apoye aun más cuando a Potter también se le exigió participar, era demasiado bueno incluso me pidió que dejara de fastidiarlo después de que me convirtieron en hurón, Cedric Diggory era un santo, no merecía morir de esa forma. Pero solo tenía eso sospechas, nada conciso para poder preguntarle a mi padre, en especial porque durante el verano de ese año no pise Malfoy Manor, me resultó raro que padre me dejara pasar todo el verano con los Wayne en New York, solo me dejaba pasar la mitad del verano porque no quería que terminara como Sirius Black al pasar tanto tiempo en una familia con diferente ideales a los de él, fue extraño, pero aun así no pregunte, no iba a tentar mi suerte con mi padre, al menos no cuando se veía alterado. Ese fue mi último buen verano, cuando volví a Hogwarts mi padre me ordenó mantenerme en el buen lado de Umbridge, la nueva maestra de Defensa, ella era molesta, aun recuerdo cuando vi a dos de mis Slytherin con cicatrices en las manos por la pluma de sangre, tuve que mediar junto con Pansy y Blaise para evitar que esa señora la agarrara con nuestra casa, ya teníamos mucho con las otras tres casas hablando de lo malvados que éramos como para echarnos encima a una dictadora loca. Ni bien uno se deshace del nepotismo de Dumbledore y nos mandan a una supremacista de sangre que es mestiza, el gran problema del mundo mágico seguro que es el ministerio de magia.
— No te agrada el ministerio de magia, ni Albus Dumbledore. - Afirmó la psicóloga.
— Para sorpresa de nadie, la gente solo sabe alabar sus logros sin fijarse en todo el desastre que causan a su alrededor y a las personas que se llevan con ellos. - Dijo Draco con sarcasmo y molestia. - No hubo ningún lado relativamente bueno en esa guerra, solo eran dos bandos luchando una guerra usando personas como piezas de ajedrez.
— Bien creo que por esta sesión es suficiente. - Dijo la mujer entregando el diario al dueño. - Una recomendación, después de leer su diario pude notar que usa muchas rimas y sinónimos para contar lo que sucedía a momentos, tal vez sea bueno reescribir esos sentimientos en poesía o canciones, preferiblemente hágalo con alguien en quien usted confíe, sería bueno que lo comparta con alguien que realmente sea un soporte. Nos vemos en dos días señor Malfoy.
— Está bien, gracias doctora Garcia.
Canciones, si le hubieran dicho eso al Draco de 13 años estaría saltando de alegría y corriendo a buscar a sus amigos para hacer una banda, por el contrario del de 18, ese solo quería que las cosas acabaran de una vez. Acabar...
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Black Narcissus
FanficTras la trágica batalla de Hogwarts el ministerio de magia de Gran Bretaña ante la presión de sus ciudadanos, instauró los juicios de los criminales de guerra. La gran mayoría de los mortifagos murieron durante aquella batalla en el castillo, la may...