En donde la única hija del fallecido Rey Loco luego de la derrota del Príncipe de Plata y la desaparición de sus hermanos menores es tomada cautiva por el Rey Robert Baratheon.
El Rey Usurpador piensa ejecutarla por los crímenes de su padre y herman...
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297 d. C
El Dorne se creía que los príncipes Targaryen habían llegado con bien a Pentos, sin embargo, luego de la muerte de la princesa Dhella nadie se molestó en preguntar por el paradero de aquellos niños que quedaron en el olvido por quienes alguna vez fueron su refugio.
En Pentos, los príncipes Viserys y Daenerys se encontraban en los jardines de la casa que los acogia esperando al dueño de la casa, el Magister Illyrio Mopatis, habían llegado hace apenas unos días a las puertas de donde se suponía cuidaría de ellos, lastimosamente su barco desembarcó lejos de su destino y fueron abandonados, ahora varios años después pudieron encontrar el destino que se les fue impuesto por la familia política de su hermana mayor, la princesa Dhella Targaryen, Viserys guardaba rencor por su hermana mayor, aquella hermana que le había prometido un reencuentro, un reencuentro que jamás sucedió, ni una carta, no tuvo noticias de ella en años, estaba seguro que los había olvidado luego del nacimiento de su hijo, mientras escuchaba parlotear a su hermana menor tanto sus pensamientos como la conversación que Dany mantenía al aire fueron interrumpidos por la llegada del Magister.
"Mis príncipes, espero que mis sirvientes les estén tratando bien" habló el hombre gordo mientras se posaba frente a ellos "Así es mi señor, le agradecemos habernos recibido sin importar los acontecimientos" el hombre soltó una estruendosa risa la cuña hizo sentir incómodos a los hermanos, antes de que Viserys pudiera continuar fue interrumpido nuevamente "Sé que llegaron hace apenas unos días, pero tengo que entregarles algo que he estado guardando, lo enviaron días después de la fecha en que se suponía debían llegar aquí, no pude dárselos antes por circunstancias que ya conocemos, pero ahora sí" habló ahora más serio el gran señor, les tendió un rollo de papel que Viserys tomó rápidamente al reconocer el sello con el que se encontraba, era el sello de su hermana.
" ¿Qué es Viserys? " preguntó Daenerys al ver la reacción de su hermano quien la ignoró para leer la carta mientras Illyrio se daba la vuelta y se iba.
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Mis pequeños amores
Mi querido Viserys, si estas leyendo esto es porque te tengo una noticia muy importante, tu sobrino a nacido hace apenas unas horas, lo hemos nombrado como nuestro antepasado, Maron, el nombre que sugeriste.
Pero también lamento decirte que en cuanto hayas recibido esta carta lo más probable es que ya no pueda estar más con ustedes, el parto a sido complicado, pero no te preocupes mi principito, estaré en paz con nuestro hermano Rhaegar, nuestros padres y sobrinos, no quiero que olvides jamás cuanto los amo a ti y a Dany, cuidala es solo una bebé, pero también cuidate tú querido, cuéntale a Dany de mi, de nuestro hermano y madre, cuéntale los cuentos y canciones que les contaba a ti a las niñas, nunca dejes de ser feliz, nunca dejes que las pedidas te amarguen.
Si necesitas ayuda enviale un cuervo a Oberyn, estará dispuesto a ayudarte. Lamento no haber cumplido mi promesa de volver a reencontrarnos.
Con amor. Dhella Targaryen.
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Cuándo Viserys terminó de leer la carta se soltó a llorar, tantos años en los que creyó que su hermana se había olvidado de ellos por su sobrino, tantas noches llorando por lo que pensó era la indiferencia de su hermana, tantas cartas que no fueros respuestas.
Daenerys leyó la carta, mas no comprendió quien era ella, Viserys siempre hablaba de una mujer que los había dejado a su suerte, en un inicio creyó que hablaba de su madre, pero más adelante se percató qué no era así, en unas ocasiones hablaba de aquella mujer con tanto amor y admiración, aunque luego todo se transformaba en rencor y tristeza. Abrazo fuertemente a su hermano en consuelo.
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La memoria de Dhella descansaba en paz al fin, sus hermanos habían leído su carta, el corazón de Viserys estaba tranquilo al igual que sus pensamientos, la mujer que siempre vio como su madre jamás los abandonó, ni se olvido de ellos.
Viserys contaría todos los relatos y canciones que su hermana les había contado en su niñez a su hermana menor, le contaría de ella.
