Capítulo: 37.

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Antes de leer: Para ponerlos en contexto de lo que sucedió en capítulos anteriores, porque me perdí dos meses y sé que probablemente no han de recordar nada. Forest y Ellie estuvieron en el hospital (en el que había estado Asher cuando fue lo del disparo, esto sucedió en el libro anterior), esperando que Addie tuviera a su bebé pero antes de eso se habían encontrado en una tienda en donde ambos resultaron peleando por comprarle al bebé, un oso de peluche tamaño de una persona normal. Luego, tuvieron uno que otro encuentro en el hospital en donde sus conversaciones fueron cortas y frías, pero cuando nació el pequeño Ash se dieron cuenta que en el mismo lugar se encontraba la mamá de Eithan y la familia de Forest, lo que causó momentos tensos entre todos. Forest no pudo responder a las comentarios hirientes de sus padres, Asher lo presenció todo y le reclamó por no defenderse. En el siguiente capítulo, Ellie y Forest se encontraban acompañando a Addie y su bebé en la mansión, en ese momento Ellie se dio cuenta que Forest la ignoraría completamente porque ni siquiera se despidió, es más actuó como si ella no existiera y claro, que eso la lastimó aunque minutos después ambos salieron de casa y hubo un momento de mucha química y tensión entre ellos, aun así después de esa conversación Ellie no volvió a buscar a Forest porque creyó que lo mejor era darle espacio y esperar hasta que todo estuviera mucho mejor entre ellos, no sabía que decisión tomar en cuanto a sus sentimientos pero se enfocaría en ella misma y arreglaría el caos que es su vida, por otro lado Forest también hizo lo mismo y fue a buscar a su hermano en el hospital porque estaba muy mal y desde ese momento ha estado para él, cuidándolo y haciéndole compañía.  

Ahora sí, pueden continuar.


Forest

— ¿Ya desayunaste?

—No.

—Son las ocho de la mañana, ya deberías haber comido.

—No tengo hambre.

—No me importa, mete el jodido desayuno en la licuadora y te lo bebes ¡Es una orden!

—Orden mi culo.

Alejo el móvil de la oreja.

—Hasta pareciera que estoy hablando con otra persona, Eithan.

Suspira, rendido.

—Sé que estás preocupado por mí, pero de amor nadie se muere, Forest —ríe sin ganas—. He sobrevivido a mucha mierda, esto no... no es nada —se recompone rápidamente.

Niego con la cabeza.

—Ah, no —sueno firme—. Tú no vas a actuar como si nada hubiese pasado, vas a permitirte sentirte herido y lastimado porque tienes todo el puto derecho, así que no hagas de menos tu dolor y tus sentimientos. Como vuelva a escucharte a hablar así, te ahorco, Eithan.

— ¿Quieres que pase deprimido una puta semana? —inquiere, y me sorprende percibir en su voz un poco de rabia y tristeza a partes iguales.

—Aún no se ha cumplido la semana.

—Hoy se cumplen cinco días desde que terminé con Daniela, Forest —trata de mencionarlo como si no le afectara pero en el fondo ambos sabemos que está mintiéndose.

—Sí, y tienes derecho a sentirte bajoneado. Hoy y todos los putos días que quieras ¿entendiste?

Bufa.

—No, señorito. A mí no me rebuznas.

—Como sea, hablamos después.

—Te llamare a la hora de almuerzo y en la cena también —le aviso.

Caos totalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora