Capítulo: 29.

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Forest

Terminé la semana de la peor manera —ni siquiera debo recordarles lo que sucedió con ajá, cierta persona que por si me preguntan ahora se volvió la innombrable—, y para colmo estoy comenzándola como el culo.

Siento que voy a vomitar.

La cabeza me da vueltas, el estómago se me revuelve y lo único que mi cerebro enfoca es el jodido y puto líquido que fluye por las piernas de Addie.

Cuando me desperté esta mañana no creí que lo primero que haría antes de desayunar sería volverme un idiota, un imbécil, un mudo y un tieso como la mierda grande y fea, porque siento que si me muevo voy a lastimar a la mocosa y al bebé que están como a quince centímetros de distancia.

Soy incapaz de acercarme.

Vine con la idea de comer y ser feliz pero a cambio de eso recibo traumas y un bebé en camino...

Aclarando de mi parte no de la de Addie, los traumas ¿si me entienden, verdad?

Si si, eso.

Al verla no puedo evitar pensar: «¿Esa mierda duele? ¿Qué sucede? ¿No se sentirá jodidamente pegajosa? ¿Por qué mierda la escena luce malditamente aterradora?».

Ella sostiene entre sus manos algunos vidrios del jarrón que ha quebrado y en el suelo descansa el resto.

Tiene el cabello pegado a los costados de su rostro, su frente luce brillosa, su nariz y mejillas se encuentran sonrojadas, toma con su mano restante su vientre y se aferra a él con fuerza. Viste un camisón traslúcido y aun así continuo pensando que se ve hermosa aunque esté en un maldito trance y aunque Addie se esté meando encima.

Jamás he presenciado nada como esto y creo que es la razón por la que me estoy comportando como un imbécil pero no puedo evitarlo.

Sabes que mientes...

No.

Noo.

Y noo.

Esto me asusta.

Trago grueso aún sin retirar la mirada de ella.

¡¿Qué se supone que debo a hacer?!

Aunque no lo admita en voz alta agradezco muchísimo que Eithan esté con nosotros porque me explica lo que está sucediendo de manera paciente hasta que logre conectar las únicas dos neuronas que me han quedado y las ponga en marcha.

Parece como si fuera experto en la materia... ¿Desde cuándo este idiota ha tomado clases de maternidad y esas mierdas? ¡Que alguien me explique!

Está tan tranquilo que me estresa, incluso el cuerpo ha comenzado a picarme.

Pero mi hermano está logrando que Addie se encuentre de la misma manera y eso sí que me calma.

Luego, de unos segundos susurro para mí mismo:

—Vas a tener al bebé justo ahora... —cada palabra roza mis labios y es como una caricia—, y vas a permitírmelo.

Sin embargo, algo cambia.

De pronto siento la boca reseca, por más que trague fuerte, la saliva no llega hacia donde quiero. Las manos me sudan, estoy nervioso.

¡ADDIE VA A TENER AL BEBÉ JUSTO AHORA!

Cálmate, Forest...

¡¡ELLA...!!

Hey...

PERO... ¡¡¡ELLA!!!

Hey...

Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Joder, mierda, joder, cargando...

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