Capítulo: 33.

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Si este capítulo te apareció primero, lee el "32", ahí inicia el maratón.


Ellie

Este niño apesta a caca.

— ¡¡¡Te he escuchado!!!

— ¡Ups!

Rueda los ojos.

Hoy por la mañana, Addie salió finalmente del hospital.

Y a decir verdad, todos se volvieron locos. Algunos fueron a resolver problemas, otros a descansar, otros querían cargar al pequeño Ash —todos a la misma vez y no saben cómo los padres explotaron, en especial Asher—, y otros nos enfocamos en ayudar.

Cada quién tomó su camino, mientras que yo, aunque tengo que trabajar decidí acompañar a mi mejor amiga y a mi lindo sobrino devuelta a casa, aunque eso implique tener problemas con Charlie. No entiendo como no me ha despedido.

¿Será por Daniela?

Ah, sí. Daniela, su gran amor.

Ja, ja y el tuyo Forest.

¡Eso no es cierto!

Los dos están igual de jodidos.

CA – LLA - TE

Regresando a la realidad, Asher ha tenido un problema con una de las industrias y en contra de su voluntad se ha tenido que marchar, le aseguró a su mujer hacer añicos a quién haya interrumpido su momento preciado con ella y su hijo, pero bueno. Eithan regresó al hospital junto con Daniela, pero presencié el momento tenso e incómodo de volver a ver a su madre, si es que así se le puede llamar y... no lo sé, las cosas no están bien. Se marchó a su apartamento diciendo que en unas horas vendría, mientras tanto Forest, Addie, el pequeño Ash y yo, nos encontramos solos en la casa de la familia Kidman.

— ¿En dónde está Forestito? —Inquiere tratando de doblar el cuerpo y ver por la puerta de su habitación y tan solo hace unos minutos es que el susodicho no está.

Esta mujer es una necia.

Apenas tiene un día de haber dado a luz y ya quiere hacer esfuerzos físicos. Es más, cuando la trajimos a su hogar, quería irse a su habitación como si nada y obviamente recibió una enorme reprimenda por parte de su cuñado y de mí. Con la ayuda del pelinegro ayudamos a subir a Addie. Debo admitir que son más escaleras que casa. Él sostenía la mayor parte del cuerpo de mi mejor amiga y yo, me encargada de subir al pequeño Ash. Claro, que Forest tuvo que aguantarse los quejidos de Addie y el ir despacio para que esta última no se lastimara.

Creí que sus chillidos y berrinches se detendrían al tener a su bebé pero me equivoqué.

Apoyo mi mano sobre su pecho y la regreso a su lugar, frunzo el ceño en su dirección y ella me devuelve el gesto.

—Está asegurándose de que los autos estén completamente cerrados y traerá consigo la pañalera así que relájate, por favor.

—Sí, pero es que...

—Addie...

—Pero...

— ¡Shh!

— ¡De acuerdo! ¡Me quedaré tranquila! —Se cruza de brazos indignada, y de paso, cruza los pequeños bracitos de Ash. Entonces, lo señala—. Él también se quedara tranquilo.

Ruedo los ojos y sonrío con ternura.

—Tu mami está loca, Ash —Le digo al bebito de ojos grises.

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