Capítulo: 30.

73 7 0
                                    


Ellie

Estoy cansada.

Cansada de luchar conmigo misma, cansada de estar con la cabeza en otro lugar. Últimamente todo ha marchado mal y sé que la única responsable soy yo porque me lo he buscado pero debato cada jodido día con lo que está bien y mal, todos tenemos una perspectiva de las diversas situaciones y aunque no lo admita, la mayor parte del tiempo pienso solamente en mí y no en cómo mis acciones pueden a hacer sentir a los demás.

En resumidas palabras, conspiro conmigo misma y no puedo evitar auto sabotearme, eso está matándome y no sé cómo detenerme.

He permanecido aproximadamente una hora afuera, exactamente en el mismo lugar en el que me dejó Forest.

Realmente esto se acabó y no sé cómo debo actuar de ahora en adelante.

¿Lo ignoro sabiendo que yo complique las cosas y lo llevé hacia este punto? ¿Le hablo normal y hago como que nada de esto sucedió? ¿Debo guardar lo que siento aun teniendo en cuenta que él también siente lo mismo por mí pero que lo he herido? ¿Cómo diablos debo actuar?

No sé qué hacer, no sé qué debo decir, solo sé que no sé nada.

Hundo la cabeza entre mis brazos, las palmas de mi mano y vista, se clavan en el capó del auto de Forest. Hace demasiado frío afuera y aun así prefiero estar sola que entrar a esa sala y verlo.

—¡Ellie!

Suspiro profundamente.

Quiero y no estar sola.

—Hey, Daniela —respondo dándome la vuelta para poder recibirla de frente y actuar con normalidad.

Fuerzo una sonrisa.

—¿Por qué estás aquí? —mira hacia los lados y la parte de atrás, enfoca el auto y sabe a quién le pertenece, entonces, regresa su mirada a mí—. ¿Sucede algo? ¿Estás bien?

Asiento rápidamente.

—Mejor que nunca —tanto que muero por llorar frente a ti.

—Ven con nosotros, hace frío aquí afuera —Mueve la mano para que la siga.

—En un momento iré ¿sí?

Aunque pueda verla, mi cuerpo se encuentra recostado sobre el capó. Espero unos segundos a que de media vuelta y vaya de regreso hacia el hospital pero en lugar de eso, camina hacia mí. Como puede se sube al auto, me acerca a su cuerpo de un tirón y recuesta la cabeza sobre mi hombro.

—Sabes, no tenemos que hablar si no quieres, pero no voy a dejarte sola —levanta la mirada para clavarla en mi—. Además, si te pego a mi cuerpo es para darme calor porque me estoy congelando el trasero, Ellie. No creas que por otra cosa.

Sorbo de mi nariz al mismo tiempo en el que río.

—Entonces déjame hacer algo.

Le paso un brazo por encima del hombro para tenerla conmigo y con el restante uno más fuerte el contacto.

—¿Así está mejor? —inquiero.

—Muchísimo, Ellie.

Miro hacia el cielo, está tan nublado y obscuro, sin embargo no es muy tarde.

Daniela cierra los ojos, y trata de provocarse calor frotándose las manos. Hace tanto frío y aun así ella ha decidido no dejarme sola, es una muy buena amiga.

Tantas cosas invaden mi cabeza pero antes de torturarme yo misma, decido llamarla—: Daniela...

—¿Si? —me mira y yo a ella.

Caos totalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora