La noche se deslizaba lentamente sobre la ciudad, cubriéndola con su manto de misterio y promesas inciertas. Mientras los reflectores de los eventos sociales se apagaban uno a uno, Valentina Santos se sumergía en el mundo digital de su smartphone, compartiendo con sus seguidores momentos de su vida que parecían sacados de un sueño.
—¡Hola a todos! ¡Qué emoción estar aquí de nuevo con ustedes! —exclamó Valentina con entusiasmo, saludando a la cámara con una sonrisa que iluminaba la pantalla de los dispositivos de sus seguidores.
Los comentarios y preguntas de los espectadores fluían sin cesar, creando una atmósfera de cercanía virtual que Valentina manejaba con maestría.
—¿Cómo te sientes hoy, Valentina? —preguntó uno de sus seguidores más fieles, y Valentina respondió con naturalidad.
—¡Estoy genial! Ha sido un día lleno de sorpresas y emociones. Ya les contaré todo en detalle pronto —respondió Valentina, dejando entrever una chispa de intriga en sus palabras.
—Valentina, ¿qué piensas de los rumores sobre tu relación con un empresario poderoso llamado Alex? —preguntó otro seguidor, buscando respuestas en los labios de la influencer.
Valentina sonrió con picardía antes de responder con cautela: —Alex es un hombre muy interesante, sin duda. Es admirable cómo ha construido su imperio y su influencia en el mundo empresarial. Pero, como siempre digo, hay más de lo que vemos en las apariencias.
Mientras tanto, en su imponente mansión, Diego Vargas observaba la transmisión de Valentina con ojos avizores desde su estudio privado. Cada gesto, cada palabra de la influencer era analizada meticulosamente por Diego y su equipo de confianza.
—¿Tenemos novedades sobre Valentina y este empresario Alex? Necesito un informe detallado de su relación, conexiones, todo —ordenó Diego a su mano derecha, quien asintió y se dispuso a coordinar una investigación exhaustiva sobre Alex y su relación con Valentina.
La mano derecha de Diego regresó poco después con una carpeta en la mano. Diego la abrió con interés y comenzó a leer en voz alta la información recopilada sobre Alex y su relación con Valentina.
—Alex, empresario exitoso en el sector tecnológico. Conexiones en círculos empresariales y sociales de alto nivel. Vínculos comerciales con empresas internacionales... —mencionó Diego, repasando los detalles clave de la vida y la carrera de Alex mientras su mano derecha asentía, confirmando la veracidad de la información.
Diego se sumergió en los informes detallados, buscando entender mejor la relación entre Valentina y Alex, y cómo esto podría influir en sus propios planes.
De vuelta en la transmisión de Valentina, la conversación continuaba entre comentarios sobre su vida y su opinión sobre el empresario Alex. Los comentarios de los seguidores se multiplicaron, algunos mostrando apoyo a la opinión de Valentina sobre Alex, otros expresando dudas y curiosidad sobre la verdadera naturaleza de la relación entre ambos.
Valentina, por su parte, compartía más detalles sobre su vida profesional y personal, dando a sus seguidores una visión más íntima de quién era realmente detrás de las cámaras y las redes sociales.
En medio de la transmisión en vivo, un mensaje privado apareció en el teléfono de Valentina. Era un número desconocido, pero el contenido del mensaje la dejó sin aliento. Diego Vargas, el enigmático empresario del que tanto se hablaba, le estaba escribiendo.
"Valentina, he visto tu transmisión y me encantaría conocerte en persona. ¿Te gustaría salir a cenar conmigo esta semana? Diego."
El corazón de Valentina dio un vuelco mientras leía el mensaje. ¿Cómo había conseguido Diego su número? ¿Qué significaba este repentino interés en conocerla? Mientras la influencer intentaba procesar la sorprendente invitación, un repartidor llegó a la puerta de su casa con un elegante ramo de flores y una caja de chocolates.
—¡Chicos, miren esto! —exclamó Valentina emocionada, mostrando el regalo en vivo a sus seguidores. —¡Es hermoso! ¡No sé quién lo envió, pero muchas gracias!
Los comentarios se multiplicaron, especulando sobre el remitente del regalo y la conexión entre Valentina y el misterioso empresario. Mientras tanto, en su estudio, Diego sonreía satisfecho al ver la reacción de Valentina a su gesto.
"Primer paso completado", pensó Diego mientras daba instrucciones a su mano derecha para asegurarse de que Valentina recibiera la carta adjunta al regalo.
La carta llevaba unas palabras cuidadosamente elegidas: "Eres como mi luna, y yo soy el lobo que ansía tu luz. Te quiere, tu lobo."
Valentina leyó la carta en voz alta, dejando escapar un suspiro de asombro y desconcierto. ¿Quién era este "lobo" que la cortejaba con tanta intensidad y misterio?
El día siguiente, mientras Valentina preparaba su próximo live, recibió otra sorpresa. Un mensaje directo en Instagram de un usuario desconocido.
"Hola, Valentina. Soy Diego, el empresario que te envió el regalo. Me encantaría tener la oportunidad de conocerte mejor. ¿Te gustaría cenar conmigo esta semana?"
El corazón de Valentina latía con fuerza mientras leía el mensaje una y otra vez. Diego Vargas, el nombre detrás del misterioso lobo, la estaba invitando a una cita. Las emociones se mezclaban en su interior, la curiosidad luchaba con la cautela mientras consideraba la propuesta.
Mientras tanto, en la mansión de Diego, la mano derecha informaba sobre el éxito de la estrategia. Valentina había recibido el regalo y la carta, y ahora la invitación a una cena. Todo estaba en marcha según lo planeado.
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Entre dos mundos
Bilim KurguEn un mundo donde el amor y el peligro se entrelazan, Valentina Santos, una influencer famosa, se encuentra atrapada entre la luz de los reflectores y las sombras del crimen organizado. Diego Vargas, conocido como "El Lobo", es un narcotraficante de...