𝗝𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗮𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲 𝗯𝗲𝗮𝘀𝘁𝘀 | 𝗘𝗦𝗣𝗔Ñ𝗢𝗟

𝗟𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗕𝗮𝗶 𝗽𝘁. 𝟯

Bai y su séquito pasaron los siguientes días recuperándose de sus viajes. Parker había comprado una guarida que era demasiado pequeña para ellos, pero era lo único que había disponible. Aunque eso era lo de menos ya que Bai no se movía mucho y pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo.

Todos los machos sabían lo cansada que estaba y la dejaron descansar. Curtis, Parker y Muir se reunieron con la familia de Jenny y el otro rey en este pueblo. El padre y la madre de Parker solían residir aquí, pero se fueron a formar su propia aldea a unos cuatro días de viaje desde aquí.

Parker se alegró de que sus padres estuvieran a salvo, pero no lo expresó. Estaba distraído por la identidad del otro rey. El rey lobo se había unido recientemente a esta aldea y formaba parte de la discusión que estaban teniendo. Parker y Curtis no estaban encantados con eso, ya que no confiaban en él. "¿Cuántos enemigos quieres en este momento?" Estaba claro que todavía estaba enojada con ellos por venir aquí.

El rey lobo no los culpó por ese tipo de reacción. Era, después de todo, el partidario más leal del rey mono. O al menos solía serlo de todos modos. Antes de que la ciudad cayera, fue enviado en busca de más cristales. Si hubiera estado allí, no los habría ayudado. Habría sido como el resto de las bestias y hubiera seguido las palabras del rey mono.

El rey lobo miró al grupo de Bai con frialdad. Aunque se sentía culpable, quería tener poco o nada que ver con Bai Qingqing. Había preguntado por el destino de Shuu y se enteró de que murió sin ser aceptado. Bart también murió cuando aprovechó el caos para atacar a los hombres de Bai Qingqing. En cierto modo, sus dos mejores hijos murieron por su culpa y eso le hizo sentir apático hacia la mujer.

Una bestia de cinco rayas y tres de cuatro rayas se unieron para derribar a un enemigo fuerte. Las bestias de tres rayas solo estaban destinadas a ayudar. Es decir, Muir, ya que podía volar.

Muir salía a acosar al escorpión gigante a menudo y mantenerlo ocupado. Los demás se prepararon para el enfrentamiento. Durante ese tiempo, Bai entró en trabajo de parto. Jenny ayudó a un angustiado Harvey e hizo todo lo que pudo.

Fue irónico que Jenny tuviera el título de doctora cuando era una de las últimas cosas que quería ser. Aun así, a Jenny le gustaba ser útil. Estaba entrenando a otros dos hombres para  disminuir su carga. 

La bebé salió demasiada silenciosa y no respiró de inmediato. Jenny contuvo la respiración hasta que escuchó un pequeño jadeo. Aliviada, limpió a la niña mientras Harvey atendía a Bai, la niña comenzó a llorar, su piel clara se enrojeció y Harvey sollozó aliviado haciendo que Jenny entrara en pánico por un momento. Era la primera vez que lo veía llorar.

Jenny ayudó a limpiar el desastre después de pasar al bebé. El trabajo de Bai fue largo y difícil. Bai no tenía la fuerza para empujar tanto como necesitaba. Afortunadamente, el bebé parecía estar sano. Jenny y Harvey tendrían que monitorearlos a ambos mientras tanto.

Bai sostuvo a su hija contra su pecho mientras Jenny salía. Su hija estaba sana y Bai suspiró aliviada. Agotada por su trabajo, Bai comenzó a quedarse dormida. Harvey sostuvo a su hija mientras Bai sucumbía al sueño. Su expresión amable estaba llena de amor por ellas.

Fuera de la cabaña, Winston dejó que Jenny se inclinara hacia él. Él la rodeó con su brazo mientras permanecían sentados en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Winston sabía que Jenny estaba estresada. Era la primera vez en este último año que la veía infeliz. Quería tomar todas las cosas que la hacían fruncir el ceño y hacerlas desaparecer. Sin embargo, sabía que no era tan simple.

Mestor que acababa de regresar y ganar su tercera raya se encontró con una amenaza inconcebible esperándole. No sería capaz de luchar, pero podría ayudar a planificar. Contribuyó todo lo que pudo y esperó que fuera suficiente.