𝗝𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗮𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲 𝗯𝗲𝗮𝘀𝘁𝘀 | 𝗘𝗦𝗣𝗔Ñ𝗢𝗟

𝟲. 𝗖𝗼𝗿𝘁𝗲𝗷𝗼

Harvey se despertó y se quitó con cuidado las pieles tratando de no despertar a Jenny  pero aun asi ella todavía se despertó y Harvey se estremeció. No importaba lo cuidadoso que el fuera, ella tenía el sueño ligero. Quería ponerse a trabajar y dejarla descansar pero no se atrevió a pedirle que dejara de ayudar porque ella tenía muchas ganas. Pero el se sentía culpable. Sentía que debía lograr más.

Hoy en día, haría más cosas, concretamente, una pila de agua. Jenny necesitaría uno para bañarse. También necesitaba cortar leña y hacer una nueva puerta. Eso no era ni la mitad de su lista de tareas pendientes. Como Jenny estaba despierta, la llevó al río. Una vez que ella se limpió, él la llevó, ante su insistencia, a buscar frutas y hierbas para trasplantar al jardín. Harvey cedió y se la llevó consigo.

Fueron un poco más lejos que antes y cavaron algunos arbustos productores de bayas, así como algunas verduras de hoja verde que Jenny podía comer. Una vez que la bolsa de Jenny estuvo cargada con frutas y verduras, regresaron con ambas manos llenas de plantas para el jardín.

En su camino de regreso, Jenny sacó a relucir el tema de Winston. Harvey había oído hablar del otro macho. Estaba preocupado por Jenny ya que el hombre no tenía la mejor reputación, pero Jenny insistió. Harvey preguntaría por ahí. Después de la breve  conversación replantaron los cultivos y Harvey se fue a cortar leña y de igual manera a hacer una nueva puerta.

Jenny llevó la fruta puntiaguda al río. Lavó las frutas, se las comió y se limpió los dientes con las puntiagudas. Buscó guijarros planos y sacó algunos del agua. Hizo algunos estiramientos junto al río y se bañó con la ropa puesta. Podía cambiar a su ropa normal cuando estaba en el estudio mientras ésta se secaba.

Agarró algunos guijarros diferentes y los colocó debajo del resto de las frutas que le quedaban. Miró a lo largo de la orilla en busca de una piedra que pudiera usar como herramienta de tallado improvisada. No quería que su cuchillo se desafilara por el uso excesivo. Encontró varias piedras, pero ninguna era como ella quería. Tomó uno y comenzó a reventarlo contra otro para tratar de obtener una buena astilla afilada.

Naturalmente, se le acercaron algunos hombres angustiados que le preguntaron qué estaba haciendo. Ella se lo dijo y ellos se ofrecieron como voluntarios para romperlo. A diferencia de antes, ella aceptó. No quería pedir ayuda ya que esto era algo que podía lograr, pero no le gustaba toda la atención que estaba recibiendo. Ella les dio las gracias y recibió algunas miradas tontas.

¿Podría su 'gracias' conseguir algunos pretendientes? Se preguntó si eso era realmente suficiente, pero tal vez lo era. De los tres hombres frente a ella, solo uno tenía una raya. No quería centrarse en el poder, pero le permitiría descansar más tranquilamente si sus protectores fueran fuertes.

'Protectores...' Pensó para sí misma. Debería llamarlo como sería. No eran libres. Esperarían aparearse en algún momento, incluso si fueran lo suficientemente pacientes como para esperar un tiempo. Había estado evitando la idea de tener sexo porque la hacía sentir incómoda. Pero no tenía sentido preocuparse por eso hasta que tuviera hombres que quisieran.

Ninguno de los hombres invitó a Jenny a salir, así que ella no pensó más en eso. Recogió sus provisiones y se fue. No sabía si las piedras lisas tendrían algún uso, pero pensó que no estaría de más mantenerlas cerca hasta que pensara en algo que hacer con ellas.

Después de regresar, Jenny se sintió un poco loca. Pensó que había algo que debería estar haciendo ahora. Ya fuera salir e interactuar con posibles pretendientes o ayudar a reunir cosas para la guarida, debería haber algo más que pudiera hacer. Pensó en el gran problema que aún no había surgido. Acababa de terminar su período antes de venir aquí. Ha pasado más de una semana, por lo que todavía tenía algo de tiempo. No estaría de más prepararse por si acaso.