Aliento fantasmal {TERMINADA}

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Esto es un error, el no puede. No debe estarle pasando esto. ¿Por qué?.

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Capítulo 7: El celo fantasmal.
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Con toda sus fuerzas, el joven Fenton corría hacia el lugar indicado por su querida novia Sam. Hacia dos horas que lo había citado en el parque de la ciudad y apenas estaba llegando. Se le había hecho tarde esperando un día más por la paqueteria de su tío, pero esta vez no había llegado nada. ¿Porque de repente había dejado de suministrarle sus gomitas?. Desde aquel día de la cena comenzó a ser más reservado. Quizás esto de las campañas políticas lo tenía tan ocupado que olvidó mandarle su suministro.

Tal vez sea eso, si debía serlo.

- lo siento, jazz me entretuvo con un problema de la escuela -.

Mintió, acercándose hasta su querida novia, quien se veía enojada por hacerla esperar tanto tiempo.

- No seas mentiroso, le marque a Jazmín hace media hora y me había comentado que ya habías salido, ¿donde estabas realmente Daniel? -.

Reprocho con enojo, llevando sus manos hacia sus caderas, moviendo las ligeramente para demostrar que tan molestaba con que, el, le estuviese mintiendo en este momento. Este era un momento importante, al fin sus padres lo reconocerían como su yerno ante todas sus amistades.

- y luego mira con que ropas has venido -.

Expreso aún más enojada. Sin darle la oportunidad de que el chico se defendiera. Llevándolo en contra de su voluntad, hasta algún local de ropa. Lo que quería, en este momento, era ver a su novio con algo presentable, no con las mismas dos ropas de siempre: su camisa blanca con rojo, y el pantalón gris que ya se mostraba el desgaste.
Un traje era lo ideal para la ocasión, pero cuando noto aquel conjunto de ropa frente a ella, supo que era la opción más ideal.

- no siento que sea mi estilo -.

Expreso un tanto incómodo el chico de cabellos revoltosos, mirándose frente al espejo de los vestidores; desde un pantalón vaquero obscuro, con una camisa de cuello redondo en color grisáceo, y una sudadera estilo cuerosa en un color marrón, era el conjunto que Sam había escogido para el precisamente, se veía atractivo, su novio sería la atención de esa cita.
Con rapidez, se dirigieron hacia aquella pequeña gala que los padres de Sam habían organizado. Nada grande, pero que tenían a sus socios más cercanos. Los mejores negocios de la ciudad, y claro, sus parejas con ellos.