La mañana siguiente Jennie despertó a la misma hora de siempre, ya se había acostumbrado a despertar a cierta hora. Como siempre se levantó y salió al balcón a ver a cierta chica.
Jennie observó detenidamente el paisaje, hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un par de risas. Las risas se escucharon aún más y segundos después la pelinegra entró corriendo entre risas, seguido por la rubia quien también seguía riendo, reclamándole algo a la pelinegra.
—No es justo, tú sabes que me duelen las piernas un poco y no puedo correr igual de rápido que tú.
—Tú fuiste la que decidió hacer la apuesta, además, lo de que te duelan las piernas es una excusa Rosie, eres demasiado flexible. Ahora, paga tu apuesta. —Exigió la pelinegra abrazándola de la cintura, pegándola a su cuerpo.
La rubia le levantó la playera quitándosela de un solo movimiento, acercándose y capturando los labios de la pelinegra dirigiéndola dentro del gimnasio.
La castaña sintió un poco de coraje al ser testigo de lo que estaba pasando. Sabía que no debía sentir eso, su hermana estaba cansada con la pelinegra, así que era evidente que la besara, la tocara y se acostara con ella. Eso era lo que las parejas casadas hacían.
Pero los celos se apoderaban de ella, por mas que no le diera importancia, no podía, los celos la segaban el saber que ella no podía hacer eso, y lo único que podía hacer era ver a lo lejos.
No estaba acostumbrada a ver alguien más corriendo con Lisa, se había acostumbrado a verla entrar por esa puerta, solamente a ella. Jennie quería tener alguien, quería a alguien como Lisa. Alguien que la miraba de la misma forma que Lisa miraba a Rosé.Jennie decidió salir a desayunar con una de sus mejores amigas, ya que no estaba de humor para desayunar con su hermana y su cuñada después de lo que había presenciado.
Al terminar de desayunar, se la pasó en varias tiendas, salir de compras hacía que Jennie se olvidara de sus problemas. Cada que Jennie estaba de mal humor o con los ánimos bajos, decidía salir de compras, era un tipo de terapia para ella.
**************
Al terminar el desayuno, Lisa fue a su despacho ya que tenía una pequeña junta. Rosé se encargó que todo estuviera a la perfección para que Direk y Lilith fueran bienvenidos.
Rosé amaba planear eventos, si no tuviera que encargarse de cierta parte de la compañía de su padrastro, seguramente trabajaría planeando eventos o algo parecido.
Horas después la puerta principal sonó, Lisa y Rosé recibieron al Sr. Manobal y su esposa.
—Mi querida hija, ¿cómo estás? Te he echado de menos. —El hombre se acercó a Lisa y le dio un fuerte abrazo que Lisa pensó que sería asfixiada.
—Hola papá, yo también te eche de menos. —Dijo después de separarse y tomar aire.
—Rosie, ¿hija como has estado? También te extrañé. —Direk le dio un fuerte abrazo a Rosé también, la rubia le regalo una sonrisa, correspondió el abrazo.
—Me da gusto verte a ti también Sr. Manobal.
—Hija, ya te dije que no me tienes que llamar así, llámame Direk.
—Direk, cierto. —La rubia contesto tímidamente.
—Hola Lisa, me da gusto verte. —Lilith le dio un abrazo a su hijastra, el cual se lo correspondió, dándole una pequeña sonrisa.
—Igualmente Lilith. —Al terminar de saludarse, pasaron a la sala a charlar un poco poniéndose al día.
Direk siempre hacía reír a Rosé con todas sus anécdotas y chistes. Lisa no estaba acostumbrada a tener que convivir con mucha compañía, así que se le hacía un poco difícil el no estresarse. Rosé se dio cuenta de lo que sucedía, así que solamente tomó la mano de su esposa apoyándola mientras platicaban.
ESTÁS LEYENDO
Ella y Yo (JENLISA) (CHAELISA) G!P
FanfictionDos hermanas, un amor prohibido. Un terrible secreto, una gran mentira. ¿Qué pasaría si el secreto saliera a la luz? Jennie y Rosé son medias hermanas, pero se criaron como hermanas propias ya que desde pequeñas hacían todo juntas, ir a la misma esc...