Capítulo 36

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Ariana Grande – intro (end of the world)

  How can I tell if I'm in the right relationship?
Aren't you really supposed to know that shit?
Feel it in your bones and own that shit?
I don't know

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Los días siguientes, Lisa aprovechó que estaría ocupada trabajando, finalizando un contrato en Las Vegas, así que estaría fuera de casa.

Le preguntó a Rosé si la quería acompañar, sabía que seguramente le diría que no, ya que, desde hace días, la rubia le había pedido a Lisa que durmiera en otra habitación.

¿Cuál era la razón?

No lo sabía.

¿Le preocupa?

Por supuesto que sí.

Lisa terminó de empacar sus cosas, cerró su maleta mientras observaba a la rubia quien estaba perdidamente atenta en su celular.

—¿Entonces, no quieres ir conmigo? —Preguntó tranquilamente, tratando de descifrar si Rosé estaría de buenas o de malas. Suspiró al no obtener respuesta, estaba molesta. —¿Rosie?

—¿Qué pasa Lisa? —La rubia contestó, aún con los ojos en su celular.

—Te preguntaba si querías ir Las Vegas conmigo...

—No puedo, tengo unos pendientes, pero tal vez a Jennie le encantaría acompañarte. —Rosé le dijo con veneno.

—¿Qué quieres decir con eso? —La pelinegra preguntó, tratando de sonar lo más tranquila posible, pero internamente, sintió como si alguien le hubiera tirado un balde de agua fría. ¿Por qué era que le preguntaba eso? ¿Había visto algo el otro día?

—Me he dado cuenta lo muy bien que te llevas con mi hermana...

—Pensé que querías que nos lleváramos bien. —Contestó la tailandesa, aún tratando de no hacer que la rubia se molestara, más de lo que ya estaba.

La rubia no dijo nada, solamente regresó su atención a su teléfono.

Lisa se quedó mirándola, quería decirle, quería ser honesta con ella de una vez por todas. Estaba cansada de seguir con esa mentira.

Sabía que tenía que hacerlo, pero ¿cómo se lo diría?

Cada que se trataba del tema, la pelinegra sentía la ansiedad y pánico apoderarse de su cuerpo. Por más que intentaba estar tranquila y actual de lo más normal, el tema la ponía al cien que prefería evadir el tema del todo.

Pero se sentía aún peor cada que miraba a Rosé. ¿Como era posible que le siguiera ocultando lo que había pasado? ¿Como era capaz de actuar como si nada hubiera pasado? ¿Como podía pretender que nada había pasado? ¿Como podía seguir teniendo a Jennie bajo el mismo techo después de lo que había pasado?

La culpa se la estaba carcomiendo lentamente.

—Está bien, nos vemos en unos días. —Lisa se acercó y le dio un beso corto en la mejilla.

Sabía que las cosas estaban empeorando, cada día que pasaba, la rubia estaba más cortante con ella. Sabía que estaba molesta, pero en realidad no sabía el por qué.

—¿Qué es lo que está pasando Rosie? —Preguntó la pelinegra después de estar callada por unos minutos.

—¿Qué es lo que pasa de qué? —Preguntó sin mucho interés.

—Has estado distante, ¿hice algo que te molestara?

—No Lisa, solo he tenido mucho trabajo por si no te has dado cuenta, desde que comenzaste tu proyecto en Las Vegas, has descuidado la compañía de mi papá.

—Perdón, pero pensé que tú te harías cargo de los proyectos que tienes.

—Si, pero no de la compañía completa, tú le habías dicho a mi papá que te encargarías de la mayoría, recuerda el contrato que nuestros padres hicieron, además, tú fuiste la que fue quien se ofreció en encargarse de sus acciones aquí en los Estados Unidos.

—Si, lo sé. Perdona, estoy a punto de cerrar los contratos. Te prometo que después de eso, me enfocaré en lo demás.

Lisa le dio una pequeña sonrisa de boca cerrada, por fin entendiendo el por qué había estado tan indiferente. Estaba estresada, pero se le pasaría.

La pelinegra se despidió de la rubia, esta vez Rosé fue menos fría y se despidió de ella adecuadamente.

Lisa necesitaba tiempo para estar a solas y resolver sus sentimientos. ¿Quería a Rosé? Por supuesto que sí, pero sabía que no podía sacarse a cierta castaña de la cabeza.

A todas horas pensaba en ella, pensaba en su sonrisa, sus labios, su olor, estar con ella.

Cada que pensaba el Jennie, su corazón latía a mil por hora. Sabía que sentía algo más que una simple atracción. ¿Pero a quién quería más?

Tú sabes a quién quieres. No es necesario que sigas jugando al juego de adivinar.

Ármate de valor de una vez por todas y toma una decisión.

El viaje al aeropuerto fue un poco rápido, teniendo miles cosas en la cabeza, no se dio cuenta cuando llegó al aeropuerto. Como siempre, se fue a un área especial donde no tenía que esperar demasiado para poder entrar a la sala de abordaje, ese era uno de los privilegios de tener dinero.

El vuelo fue corto, ya que LA solamente estaba a una hora y quince minutos de Las Vegas.

Al llegar a la famosa ciudad que la luces, la pelinegra subió a su limosina que la llevaría al hotel donde se hospedaría los siguientes tres días.

Ella y Yo (JENLISA) (CHAELISA) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora