Capítulo 10

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Lisa pasó un par de horas al lado de Rosé, no dejaba de acariciar su mano, esperando que, al sentir su tacto la rubia despertaría. Pero no fue así, lo único que se escuchaba era los sonidos de las máquinas y los sollozos de la más alta.

Lisa levantó la mirada cuando escuchó a alguien tocar la puerta, segundos después la puerta se abrió un poco, era la castaña quien ya tenía un traje esterilizado puesto.

—Lisa, ¿puedo pasar un rato con ella? —Pregunto la Kim menor limpiándose las lágrimas que no dejaban de salir. —El doctor necesita que firmes unas autorizaciones y consentimientos.

La pelinegra le beso la mano a Rosé delicadamente y la observó un poco después de levantarse. Minutos después, la pelinegra salió de ahí dejando a las hermanas a solas.

Jennie se acercó a donde estaba Rosé con lágrimas en los ojos. La castaña jadeó un poco al ser tomada por sorpresa al ver el estado de Rosé, sus lágrimas comenzaron a salir descontroladamente nuevamente.

Jennie se acercó a Rosé tomándome una mano y acariciándosela. La hermana menor Kim intento limpiar sus lágrimas que seguían saliendo, pero era inútil ya que era imposible detenerlas.

—Rosie, tienes que despertar, me prometiste que iríamos a comer. Quería ir a un restaurante nuevo. Por favor, no puedes hacernos esto, necesitas despertar.

La joven castaña se quedó ahí un rato aún sin poder creer lo que estaba pasando.

Como era posible que tan solo hace unas horas, la rubia y ella estaban platicando entre risas en casa. Las cosas pueden cambiar de un minuto a otro, pensaba Jennie tratando de controlarse, pero no podía. No podía ya que le dolía en corazón al ver a su única hermana así.

Si, había veces en las que Jennie y Rosé peleaban, pero eso era normal. Todas las hermanas pelean, no era algo nuevo para ellas. Muy al fondo Jennie adoraba a su hermana y lo único que deseaba era que Rosé despertara pronto.

Lisa camino por los pasillos sin muchos ánimos hasta que llego a donde la joven a la cual le había gritado hace poco, estaba esperándola para que firmara varias formas y consentimientos.

Lisa escuchaba lo que le decían, pero en realidad no estaba poniendo atención en lo absoluto. Si no fuera por Jisoo quien estaba a su lado, Lisa no sabría lo que estuviera firmando.

Al terminar de firmar los papeles necesarios, Lisa se fue a sentar a la sala de espera que estaba cerca de la habitación de Rosé. Lisa enterró su rostro en sus manos nuevamente tratando de ocultar las lágrimas que no paraban de salir.

—Lo siento mucho Lis, como puede ser posible que esto le haya pasado a Rosie, no se lo merece. —La coreana dijo entre lágrimas.

Todo lo que Lisa escuchaba, le entraba por un oído y salía por el otro. Por más de que intentaba no pensar en cómo ella y la rubia estaban juntas solamente hace unas horas, su mente iba a ese momento. Justamente cuando Rosé estaba planeando planes con la pelinegra después de la junta que tendría.

Jisoo se alistó para entrar a ver a la rubia cuando miró a Jennie salir de la habitación. Jennie se sentó al lado de Lisa en silencio, ninguna de las dos sabía que decir, ambas tenían el corazón roto por lo que estaba pasando.

Jennie observó a Lisa un poco cuando escuchó los sollozos disimulados de la pelinegra, la cual seguía con el rostro enterrado entre sus manos. Sin decir nada más, Jennie enredo sus brazos sobre el cuerpo delgado de Lisa, haciendo que la otra joven se acurrucara sobre su cuerpo.

Al sentir el gesto de la castaña, Lisa rompió en llanto. Tenía un fuerte dolor en el pecho que no sabía cómo reaccionar, lo único que pudo fue desahogarse en los brazos de la castaña.

Jennie simplemente acarició la espalda tratando de consolarla, mientras ella también lloraba. Lisa enterró su rostro en el cuello de Jennie tratando de encontrar algo de consuelo. La joven castaña sintió como su corazón comenzó a palpitar un poco rápido al sentir la respiración de Lisa sobre su cuello.

Se quedaron de esa forma, sin importarles cuando tiempo pasaron así. Al calmarse un poco, Lisa se separó un poco observando a la castaña. Jennie también la miró en silencio. Lisa tenía los hinchados y rojos al igual que la nariz. La pelinegra se limpió las últimas lágrimas que se le habían escapado de sus ojos.

—Perdóname, no debí. —La pelinegra dijo mirando a la castaña, Jennie tomó el rostro de Lisa entre sus manos y se quedó admirándola un poco.

Le encantaba tenerla así que cerca, Jennie bajo la mirada a los labios de Lisa y nuevamente la subió a esos hermosos ojos de la pelinegra. Moría por besarla, quería sentir la suavidad de sus labios nuevamente. Quería probar sus labios de verdad, no solamente un simple roce tal como lo habían tenido antes.

Jennie pensó en cerrar el espacio entre las dos y besarla hasta cansarse, pero sabía que no era correcto. No cuando su hermana, quien era la esposa de Lisa estaba batallando por mantenerse en este mundo.

—No, no tienes que pedir perdón, aquí estoy para lo que necesites. —Jennie le acaricio las mejillas a Lisa delicadamente. Lisa puso sus manos sobre las de Jennie acariciado las de Jennie en el proceso.

Por primera vez, estaban a muy corta distancia, sin discutir ni pelear. Era cierto lo que gente decía, que las tragedias siempre unían a las familias.

Lisa volvió a enterrar su rostro en el cuello de Jennie. No sabía el por qué, pero sentía una tranquilidad estando entre sus brazos. Quería sentir algo más que el fuerte dolor que sentía en el pecho, así que permaneció entre los brazos de la castaña un rato más.

Dentro de la habitación, Jisoo era un mar de lágrimas. Su respiración se entrecorto por el shock al ver el estado de la rubia.

Jisoo se quedó cerca de la puerta unos minutos sin saber que hacer o cómo reaccionar. Poco después de armarse de un poco de valor, decidió acercarse a la rubia y la observo detenidamente mientras sus lágrimas seguían saliendo.

—¿Como fue que paso esto? No deberías estar aquí Rosie, no, tu no por favor.

Jisoo se quedó en silencio, escuchando las maquinas mientras trataba de tranquilizarse. No sabía que sentir, le tenía bastante cariño a Rosé que no soportaba verla así.

—Tienes que despertar, por favor, tienes que despertar.

Jisoo tomó una de las manos de la rubia y se quedó mirándola un rato.

Lisa se separó de Jennie al escuchar la puerta de la habitación abrirse, Jisoo salió limpiándose las lágrimas para después acercarse a ellas. Cuando la pelinegra se levantó, lo único que Jisoo hiso fue abrazarla fuerte.

—Siento mucho lo que está pasando Lis. —Jisoo susurró acariciando la espalda de Lisa tratando de consolarla, pero era imposible consolarla. Nadie podía consolarla sabiendo que su esposa estaba entre la vida y la muerte.

Cuando Lisa se calmó un poco al igual que la otra pelinegra, Jisoo la miró y le apretó un hombro un poco dándole apoyo nuevamente.

—Todo va a salir bien Lis, ten fe. No te preocupes por las cosas en la empresa, yo me encargo de lo necesario. Tu preocúpate por estar aquí, al lado de Rosie.

—Muchas gracias, Chu, eres una gran amiga. ¿Dijeron algo los inversionistas al irme sin decir nada?

—No, me disculpé de tu parte y les dije tú tuviste una emergencia familiar. Pero todo salió bien, a muchos le gustó la idea de las inversiones en los casinos. Tu papá me llamó después de la junta preguntado lo que había pasado, deberías llamarle. -Lisa asintió con la cabeza.

Se había olvidade completamente de lo que había pasado hace horas atrás, al igual que se había olvidado de que Direk había estado presente en la junto.

—Si, ahorita le llamo, ya es de día en Londres.

—Bueno, yo me tengo que ir a arreglar unos pendientes, mañana paso por aquí nuevamente, cualquier cosa llámame.

—Muchas gracias nuevamente Chu. —Jisoo le dio un abrazo nuevamente a Lisa y después de despedirse de Jennie salió de ahí.

—¿Vas a llamarle a tu papá? —Pregunto la castaña, Lisa asintió y sacó su celular. Tenía varias llamadas perdidas y mensajes de texto de su padre.

Lisa se sentó en la silla tratando de calmarse, ya que sus manos no dejaban de temblar. Jennie se sentó a su lado y le tomó una de las manos.

—Déjame ayudarte.

Dijo la castaña tomando el celular de Lisa, presionó el contacto con el nombre de Papá y le dio el celular a Lisa. La castaña le volvió a tomar la mano a Lisa dándole apoyo. El teléfono sonó un par de veces hasta que por fin contestaron.

—Hija, te he estado llamando, pero no me contestas. ¿Qué es lo que está pasando?

—Papá... —Fue lo único que salió de la boca de Lisa, segundos después suspiró tratando de calmarse. —Rosie tuvo... tuvo un... accidente. —La pelinegra le confeso a su padre con la voz quebrada.

—¿¡Que!? ¿Como que tuvo un accidente? ¿Cómo está?

—Está en coma papá. —Lisa se limpió las lágrimas que volvieron a salir.

—¿¡Como que está en coma!? ¿Qué fue lo que pasó hija? —Direk trato de no sonar preocupado, pero era inútil, el adoraba a la rubia de la misma manera que adoraba a su única hija.

—Aún no lo sé muy bien papá, la policía no ha hablado conmigo.

—Cálmate hija, nos vemos más al rato. Tomare el vuelo más rápido de Londres a Los Ángeles.

—Está bien papá, mandaré a Jisoo a que pase por ti al aeropuerto, nos vemos después. —Al terminar la llamada, Lisa se limpió las lágrimas y miró a la castaña.

—Mi papá va a tomar el primer vuelo acá.

—También hablé con mis papás, ya están en camino. Tal vez lleguen en unas cuantas horas.

—Voy a pasar un rato con Rosie, no quiero dejarla sola.

Lisa se levantó y entró a la habitación después de ponerse otra bata esterilizada. Se sentó a su lado y volvió a tomar su mano depositándole un pequeño beso en esta.

La pelinegra se quedó en silencio mirando a Rosé, quería escuchar la voz de la rubia. Quería que despertara y se fueran a casa.  Quería estar con ella en cama, ya fuera haciéndole el amor o platicando de cualquier cosa.

Lisa puso la mano de Rosé en su mejilla con cuidado. Quería sentir su tacto y lo suave que era su piel.

Ella y Yo (JENLISA) (CHAELISA) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora