Capítulo 15

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Tirado en el sofá de MinGyu frente al televisor, MingHao nunca había estado tan distraído en su vida, mientras miraba jugar a su equipo favorito. Simplemente no podía concentrarse. Que los Azules estuvieran perdiendo probablemente tampoco ayudaba, pero aún así. Estar con su mejor amigo, últimamente no era fácil. Nunca sabía qué esperar. Con su visión periférica, podía ver a MinGyu haciendo unos retoques finales al proyecto en que estaba trabajando.

MinGyu cerró el Photoshop, frotando sus cansados ojos. Miró a MingHao.

–¿Un buen juego? –dijo. Miró las marcaciones y sonrió– ¿Están perdiendo de nuevo?

–Vete a la mierda –se quejó MingHao, lo que sólo provocó que MinGyu sonriera más ampliamente. Sí, está bien -MingHao sabía que se ponía ridículamente sensible cuando su equipo favorito perdía, y dado que su equipo favorito era el menos favorito de MinGyu, tenían algunas discusiones espectaculares cuando jugaba el Chelsea.

–Ey, no dije nada –dijo MinGyu, parándose y acercándose. Empujó las piernas de MingHao y se dejó caer en el sofá, estirándose como un gracioso gato grande.

MingHao desvió la vista y puso los pies en el regazo de MinGyu. Se maravillaba de lo normal que parecía todo, mientras que ya no quedaba nada normal en su amistad.

–Regodearte no es agradable, sabes.
MinGyu se encogió de hombros y puso su brazo sobre el respaldo del sofá.

–Eso es lo que les pasa por ser un equipo de un solo hombre. Un equipo no debería depender tanto de un único jugador. Es patético cómo han estado perdiendo todos los partidos desde que se lesionó Park JiMin. Estará fuera por dos meses más y, a este paso, el Chelsea será el último de la tabla para cuando se recupere.

MingHao frunció los labios.

–Si JeongHan todavía jugara, no habrían tenido este problema. Es casi tan brillante como JiMin y podría haberlo reemplazado con facilidad.

MinGyu se rió entre dientes.

–¿Casi? Si se entera JeongHan, te va a patear las bolas.

Eso hizo que MingHao sonriera.

–Tal vez pueda convencer a SeungCheol para que haga magia con JeongHan y consiga que regrese a las canchas.

–Es demasiado pronto para que JeongHan vuelva a jugar –dijo MinGyu, negando con la cabeza–. SeungCheol me dijo que llevaría alrededor de un año y sólo han pasado ocho meses. La pierna de JeongHan aún no está bien como para jugar profesionalmente.

SeungCheol es optimista, pero ¿quién sabe? Puede que nunca esté lo suficientemente bien.

–Sí, lo sé –dijo Hao, volviendo la mirada al televisor–. Y de todos modos, JeongHan no parece demasiado ansioso por volver a estar bajo los reflectores. Para un futbolista estrella, estar en una relación homosexual estable no es fácil.
Además, JeongHan ni siquiera necesitaba volver a trabajar un día en su vida si no lo quería: su corta, pero increíblemente exitosa carrera futbolística, lo había hecho millonario.

–Todavía es joven y puede elegir cualquier otra carrera – dijo MinGyu, dándole una mirada significativa.

MingHao suspiró.

–No empieces, MinGyu. No odio trabajar con papá. No me encanta, pero está bien.

–Podrías ir a una escuela de arte –dijo MinGyu–. Te encanta pintar.

–No soy tan bueno –MingHao dijo recordando la mueca burlona en el rostro de su padre cuando le había contado sobre esa ambición hace años.

–Mis huevos –dijo MinGyu–. Te he visto pintar. Eres muy bueno, especialmente dibujando retratos.

𝐉𝐁𝐂 |𝐆𝐲𝐮𝐡𝐚𝐨|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora