Capítulo 13

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MinGyu lo llamó bastante después de la medianoche.

–Rompimos –dijo rotundamente.

MingHao levantó la vista hacia las sombras bailando en el techo de su cuarto. No sabía qué decir. ¿Qué le dices a tu mejor amigo luego de que rompiera con la mujer que amaba por ti?

–¿Cómo se lo tomó?

MinGyu se rió, un sonido hiriente y afilado.

–Yo ni sabía que ella supiera algunos de los insultos que me dijo. No la culpo. Ni siquiera le pude explicar por qué estaba rompiendo con ella.

–Lo siento –Las palabras sonaban tan poco adecuadas. Tan baratas.

Hubo un largo silencio en la línea.

MingHao contó los segundos, agudizando el oído. ¿Me
odias ahora por perderla? Por favor, no me odies.

Luego de catorce segundos.

–Te quiero. Ven aquí –dijo MinGyu.

MingHao exhaló, el apretado nudo en su estómago aflojándose un poco.

–¿Todavía estás en la casa?

–Sí –dijo MinGyu y colgó.

Eran casi las dos de la madrugada cuando MingHao finalmente aparcó el coche en la entrada de SeungCheol.

No tocó. Envió un mensaje a MinGyu y esperó, con los dientes castañeteando cuando el viento frío barría en su cuerpo.

Los minutos pasaban.

Tal vez MinGyu se habría quedado dormido.

Tal vez MinGyu habría cambiado de parecer y no quería verlo.

Cuando estaba a punto de regresar al coche, la puerta se abrió.

MinGyu se quedó allí, con una botella de vodka en la mano y una expresión indescifrable. Se apartó, dejando a MingHao entrar. MingHao lo siguió hasta su alcoba, observándolo cuidadosamente. MinGyu no se balanceaba ni nada, sus pasos eran firmes y estables, pero MinGyu raramente lo hacía, incluso cuando realmente estaba borracho-hasta-el-culo.

MingHao cerró la puerta del cuarto al entrar. MinGyu se dejó caer en el sofá y empezó a beber de la botella, con la cara cerrada.

Un silencio tenso cayó entre ellos. Un silencio cargado de rabia y dolor y resentimiento.

–No deberías haber roto con ella –MingHao dijo entre dientes, rompiendo el silencio–. Por una jodida que no te forcé.

MinGyu tomó otro trago de la botella y la dejó a un lado, con la mirada endurecida.

–Ven aquí –dijo.

MingHao vaciló, pero fue. Se sentó junto a MinGyu, tenso e inseguro.

–¿Sabes cuál fue la peor parte? –preguntó MinGyu, sin mirarlo.

MingHao miró hacia su perfil y esperó.

–Lo que ella me dijo después de calmarse –dijo MinGyu, con la mirada baja, los anchos hombros caídos hacia el frente, las manos flojas entre sus rodillas –. Dijo que tal vez era lo mejor. Que ella se merecía algo más que un novio que tuviera todas sus necesidades emocionales satisfechas en otro sitio –podía ver los músculos en la mandíbula de MinGyu trabajando–. Como si ella no fuera más que un agujero para que yo follara.

MingHao frunció el ceño.

–Eso no es cierto. Han estado juntos por medio año. Fue la relación más seria en tu vida.

𝐉𝐁𝐂 |𝐆𝐲𝐮𝐡𝐚𝐨|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora