II.- Non puoi.

53 5 1
                                    

Sonido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sonido.

Viajando y propagándose a través del aire que rodeaba la habitación completamente oscura; fuera de ahí, las aves cantando y revoloteando alrededor de los árboles que permanecían cerca, haciendo que fuera una grata música para los odios de cualquiera y una molestia para él. El desorden abundaba en el lugar, nada estaba donde debería de estar, cualquier objeto se perdía y aparecía donde menos lo esperaba, aún así nada de eso intervenía en la calma que experimentaba Roier. Todo sigue igual, ya es habitual.

Roier's POV.

¿Por qué este día tenía que llegar?
Yo me comprometí con él, sí, pero ¿no hay manera de retractarse o algo?
La luz ni siquiera entra en la estúpida habitación. Perdí la maleta que tiene mis herramientas y carezco de motivación. Es un día de mierda, igual al resto.
Ojalá poder dormir y fundirme en la cama, no volver a respirar y por supuesto, ascender a un nuevo plano, o algo así.

Después de sus quejas y suspiros casi eternos, el castaño, aún somnoliento, apoyó ambas manos a sus costados poniendo un poco de fuerza en ellas y se recargó en el colchón para después levantar su torso manteniéndose en una posición donde todo o la mayoría de su peso descansaba en la parte de abajo, sobre su piernas y retaguardia; permaneció así por algunos minutos, en aquel lapso de tiempo donde tratas de adaptarte a la realidad que estás viviendo, un sentimiento que muchos conocen.

Finalmente, tomó valor y se levantó de aquella superficie en la que descansaba, empezando por apartar las colchas que yacían encima de él; ahora, su vista viajaba por toda la oscura habitación, y sin pensarlo mucho caminó cómo naturalmente solía hacerlo, declarando así que conoce el lugar y está acostumbrado a ello.
Tomó en sus manos el cordón de la persiana que cubría sus ventanas y sin dudarlo, jaló de el para dejar a los rayos de sol introducirse en el cuarto, iluminandolo cómo reacción evidente.
Dió media vuelta en su lugar y continúo su camino, a veces saltando o esquivando pequeños objetos regados por el suelo, carentes de atención. Paró en seco frente a su closet y sin pensarlo mucho sacó, una, dos, tres prendas y algunos accesorios, nada cargado ni pesado para él; ahora sus pies se movían en dirección al baño, dispuesto a tomar una ducha, llevó sus pertenencias hacía adentro y se tomó su tiempo ahí mismo.
Una vez abandonó aquella extensión de la habitación, ya casi preparado, salió de ahí y exploró por completo su departamento en busca de su maleta que contenía lo necesario para cumplir con su trabajo.
Y aunque el estrés y frustración lo consumieron por pequeños momentos, logró tenerla en sus manos; al ser un tipo sencillo, sólo tomó las llaves de su hogar y auto, se colocó un par de tenis cómodos y salió de casa mientras apagaba las luces y cerraba el lugar; avanzó hasta su auto y después de arrepentirse por un segundo, partió, dejando la vista de su vecindario detrás de él.
Cumpliendo nuevamente con la que era su rutina diaria, la que había realizado desde aquel día, hasta el que fué su descanso casi prolongado.

 Cumpliendo nuevamente con la que era su rutina diaria, la que había realizado desde aquel día, hasta el que fué su descanso casi prolongado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SculptorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora