VII.- Esegui.

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Soledad

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Soledad.

Eso es lo que sentía Cellbit.
Simplemente abandonado en un lugar extraño que dejó de ser reconfortante para él; se encontraba solo, desconcertado e indiferente al ambiente que lo rodeaba en ese momento; pues, al salir del hogar de su primo, se encontró sin rumbo en aquella noche fría, llena de oscuridad y lluvia que envolvía un ambiente desconocido y chocaba fuertemente contra su cuerpo.
Lo único que podía ver eran calles casi completamente abandonadas, cada cierto tiempo pasaban autos en una velocidad increíble; así como los notaba, ellos desaparecían, pero nada de lo que debiera prestar total atención; Aún así, constantemente se encontraba observando un lado de la calle y después el contrario, cómo sí estuviera buscando algo en específico.
Y claro, su mente era un completo caos.
Su mirada se perdía en el alrededor, una y otra vez, visualizaba los objetos, personas y estructuras que fácilmente podrían distraerlo y sacarlo de aquel estado mental que comenzaba a ahogarlo; buscaba cualquier detalle en ellos que pudiera acaparar su total atención en ese momento, pero nada funcionaba, su mente era completamente traicionera y encontraba la manera de atormentarlo de nuevo con el pasado.
Recordaba una y otra vez lo que vivieron en su isla natal, su relación con Roier y lo que ocurrió allí dentro con Quackity, tenía tantas cosas que analizar y repasar en contra de su voluntad que ahora su única manera de escapar era la impulsividad.

Por más que él lo negara, Cellbit realmente conocía a todos a la perfección, pasó bastante tiempo observando y analizando sus vidas en aquella isla y en externas; tenía cualquier tipo de información sobre sus conocidos importantes, y,  no era nada...

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Por más que él lo negara, Cellbit realmente conocía a todos a la perfección, pasó bastante tiempo observando y analizando sus vidas en aquella isla y en externas; tenía cualquier tipo de información sobre sus conocidos importantes, y,  no era nada difícil para él, pues aprendió del mejor, sin embargo había una persona de la que no sabía nada en absoluto y su único problema es que era “débil” ante él, a palabras de los demás.

Ciertamente era un poco incorrecto. Se había dedicado a seguir los pasos de cada uno, enfrentó cualquier dificultad con el propósito de que todos ellos siguieran el camino que les esperaba, vivió tantas cosas y aún así los guío desde la oscuridad, hacia su destino, mientras el contrario lo evitaba por completo, ambos eran la piedra en el camino del otro y eran conscientes de ello.

Su destino… ¿Siquiera es el mismo?

Repentinamente después de darle muchas vueltas a la gran cantidad de cosas en su cabeza, se armó de valor y caminó algunas cuantas calles después del hogar de Quackity en busca de algo. Dió vuelta y entró a un callejón vacío y oscuro dónde después de caminar un poco, con ayuda de la luz de la luna, en su campo de visión hizo presencia su motocicleta que estaba estacionada ahí para no llamar la atención de los transeúntes; mientras tomaba su casco se dedicaba a montar en el vehículo, ya más decidido a enfrentar su realidad.
Con una mirada rápida se aseguró de tener la gasolina suficiente para el viaje y que el interruptor de emergencia estuviera en el modo “Run”; de la bolsa de su pantalón tomó sus llaves e introdujo una de ellas en el lugar que indicaba, giró de ella y seguido mantuvo presionado el botón de encendido hasta que escuchó aquel ruido del motor que llenó aquel lugar, así, dejó de presionar y esperó algunos momentos a que aquel se calentara lo suficiente para poder continuar, mientras terminaba de ponerse la protección necesaria asegurando el casco y sus guantes de cuero que siempre cargaba con él; cuando finalizó, instantáneamente encendió las luces y una de sus manos se posicionó en el acelerador, lo hizo girar un poco para prepararse, con claridad ahora, se montó en ella y aceleró de nuevo con firmeza, simplemente comenzando a conducir; salió de aquel callejón oscuro ahora con una luz intensa que le mostraba el camino, y sin más, mientras observaba por el espejo decidió abandonar cualquier confusión restante detrás, debía tener todo en claro para poder hablar de nuevo.

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