"Quince Minutos de Fama
Por Uno a su Lado"
Al Aire - Morat"Bosco y Pedro Pablo se conocen por azares del destino, lamentablemente nunca vuelven a coincidir pero, eso jamás ha detenido al rizado."
— Salo pero, ¿de quién dices que es la fiesta? — preguntó nuevamente el rizado desde el asiento trasero del auto que manejaba su hermano.
— Es de un chico que estudia en la universidad — contestó Gemma que iba de copiloto.
— ¿Ósea que no lo conocemos? — Salo se rió desde su lugar y después de decirle al rizado que no le diera importancia continuaron el camino hacía la fiesta que encontraron en un post de facebook.
Sabían que estaban en el lugar correcto incluso calles antes de llegar a la casa donde estaba la fiesta, la música sonaba demasiado fuerte y al irse acercando la música sonaba aún más fuerte, afuera de la casa había diferentes personas charlando con vasos de diferentes colores en su manos, los tres amigos se adentraron a la fiesta y la música hasta ese punto era ensordecedor. Gemma tomó de la mano a sus dos amigos y los llevó hasta el centro de la pista y sin hacerse mucho del rogar los tres comenzaron a bailar sin importar quien los veía o si hablaban de ellos.
Después de bastante tiempo decidieron ir por algo de tomar, fueron hacía la cocina y sorprendentemente de ese lado la música no se oía tan fuerte, podrías tener una conversación perfectamente normal con otra persona, sin tener que estar gritando. Salomón les hizo sus bebidas y se las entregó, vodka con jugo de mango. Pedro Pablo comenzó a mirar a su alrededor observando a la gente que estaba dentro de la cocina, cuando de repente alguien más entró, era un chico un poco más alto que él, cabello castaño claro y piel blanca, demasiado atractivo a decir verdad.
— ¡Bosco! — Un chico del otro lado de la habitación le gritó al castaño y este se dirigió inmediatamente hacía donde se encontraba el otro castaño que lo había llamado.
Pedro Pablo no pudo evitar quitarle la mirada de encima a aquel chico era demasiado atractivo y tenía una linda sonrisa, jamás en su vida lo había visto. Salo sirviendo más vodka en su vaso hizo que despegara la mirada de aquel castaño, golpeó la mano de su hermano para que ya no le sirviera más y Gemma lo comenzó a regañar, cuando intento volver su atención al castaño este ya no estaba, sin evitarlo una mueca se formó en su rostro; le hubiera encantado poder hablar con el.
Pasaron unas cuantas horas y la fiesta continuaba, Pedro Pablo había tomado un poco de más y además había perdido a sus amigos les intentó marcar varias veces pero nunca le contestaron, supone que es por todo el ruido que hay no escuchan su teléfono, intenta buscar por toda la casa algún lugar donde pueda sentarse pero, para su mala suerte todos los sillones de la sala de estar estaban ocupados; con parejas muy necesitadas al parecer. Caminó un poco más alrededor de la casa para poder ver si encontraba a alguno de sus amigos pero, se encontró con una puerta de cristal cerrada, no se podía ver hacía adentro porque había unas cortinas verdes que obstruían lo que pasaba en la habitación, Pedro Pablo se esforzó demasiado para poder oír del otro lado de la puerta, nada no se oía absolutamente nada. Tomó el manubrio de la puerta entre sus dedos y rezándole a quien sabe quien para no encontrar algo que definitivamente no quería ver del otro lado de la puerta, la abrió, era una oficina, pequeña y con muebles de madera, Pedro Pablo entró por completo en la habitación.
— ¿Perdona quién eres tú? — Pedro Pablo brinco, no esperaba escuchar una voz a lado de él, se giró hacía el lado izquierdo y encontró al castaño de hace un rato se veía confundido.
— Lo lamento no quería interrumpirte, me voy — hablo rápidamente el rizado mientras abría la puerta.
— No me molesta que te quedes — comentó el castaño haciendo un espacio en el sillón en el que estaba, Pedro Pablo sin esperar otro segundo se sentó a su lado — ¿Te aburrió la fiesta?