"Pero el verano se volvió un invierno
Cuando vi que otros brazos te esperaban
Me congelé mientras yo te esperaba"
Cuando nadie ve - (Morat)
"El verano continúa igual que los encuentros del rizado y el castaño, sin embargo mantienen su relación en privado a petición de Bosco y simplemente siendo solo amigos con derechos."
Amigos con Derechos Segunda Parte.
El verano continuó su curso, y con él, los encuentros entre Bosco y Pedro Pablo. Sin embargo, a petición de Bosco, decidieron mantener su relación en privado. Aunque la tensión sexual entre ellos seguía siendo palpable, optaron por mantener una fachada de amistad ante los demás.
Así que, para sus familias, Bosco y Pedro Pablo eran solo amigos. Compartían risas, aventuras y secretos, pero nadie sospechaba que, en la intimidad, su relación iba más allá de la amistad.
Por las noches, cuando el calor del día daba paso a la suavidad del crepúsculo, Bosco y Pedro Pablo se encontraban en secreto. Caminaban por la playa desierta, sus pasos sincronizados con el ritmo de las olas. Hablaban de sus sueños, de sus miedos y de sus deseos más profundos.
En esos momentos robados al tiempo, se permitían explorar su conexión. Sus besos eran apasionados, sus caricias llenas de deseo. Pero cuando el sol comenzaba a salir, regresaban a su papel de amigos, como si nada hubiera sucedido.
La familia Roble ya conocía a Bosco, pues la mayoría de las veces después de sus encuentros desayunaban en la casa de Pedro Pablo. Bosco había causado una buena impresión a la familia Roble y el castaño se la pasaba increíble y los momentos que pasaba con el menor de la familia a solas eran aún mejor por eso Bosco decidió que era momento de invitar ahora al rizado con su familia.
La familia Villa de Cortés estaba organizando un viaje a una playa privada y Bosco decidió que era buena idea invitar a Pedro Pablo, el cual al escuchar la invitación aceptó de inmediato, y aunque habían acordado mantener todo en secreto, el más pequeño de los Roble estaba emocionado por conocer a la familia de aquel castaño que lo estaba conquistando demasiado rápido, y es que para Pedro Pablo ya era inútil seguir negándose a sus sentimientos, era claro que Bosco le gustaba y mucho pero, estaba convencido de tragarse todos sus sentimientos pues no quería arruinar nada con Bosco que seguramente si se enteraba de cómo se sentía el rizado lo iba a alejar.
Llegó diez minutos antes de lo acordado al hotel donde se hospedaba la familia Villa de Cortés, quería causar una buena impresión. Cuando entró por la recepción vio de inmediato a Bosco que cuando lo vio entrar por la puerta su sonrisa se hizo más grande, ambos caminaron hacía su encuentro y cuando estuvieron uno frente al otro se dieron un pequeño abrazo amistoso en forma de saludo, al separarse sintieron las miradas de los miembros de la familia del castaño pero sobre todo la del abuelo de Bosco que se veía a lo lejos que aquel gesto que tuvieron los jóvenes no le dio nada de gracia, aunque fue por diferentes razones ambos decidieron ignorarlo y caminaron hacía el resto de la familia del más alto.
—Familia él es Pedro Pablo, mi amigo —anunció Bosco señalando al chico a su lado —. Pedro Pablo ellos son mi familia —hablo ahora dirigiéndose al rizado —. Es mi hermano Eder, mi hermana Gala, mis padres Esteban y Berenice y el es mi abuelo Porfirio —Bosco señaló a cada miembro de su familia y todos saludaron a Pedro Pablo a excepción del hombre mayor que lo miraba con una ceja alzada y nuevamente el rizado decidió ignorar.
—Es un gusto conocerte Pedro Pablo —habló Berenice, la madre de Bosco —. Bos nos contó que tu familia y tú viven aquí y que ambos irán a la misma universidad.
