Capítulo 9

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8 años antes.

¡Emma! maldita niña ven para acá — El grito de Sarah resuena en su habitación.

“No quiero ir” piensa la pequeña Emma con el miedo que recorre por sus venas haciéndole presión en el pecho, no quiere verla enojada porque las veces que la ha visto de esa manera las cosas no terminan bien.

—No quiero que me lastimes —Susurra para ella misma.

—¡Si no sales ahora te irá peor y lo sabes! — claro que lo sabe pero no quiere salir…

Escucha sus pasos cada vez más cerca, el corazón le late desbocado en el pecho mientras sus ojos arden por las lágrimas. El azote que le lanza Sarah a la puerta la pone alerta, la pequeña se hace un ovillo en la cama como si eso pudiera desaparecerla para no enfrentarla.

Escucha como la abre y da un portazo cuando cierra y se acerca a Emma quién cierra los ojos con fuerza.

—¡¿Por qué demonios lo hiciste?! — grita y la pequeña se estremece entre las sábanas —¡¿Cuantas veces te he dicho que mantengas tus malditas manos lejos de mis cosas?!

—Lo siento mami, solo quería que fuera un regalo — dice entre sollozos.

—¡¿Un regalo?! — vuelve a gritar, — Arruinaste mis cosas Emma, así como arruinas todo.

Ella siente ese dolorcito en el pecho el cual la hace sentir la peor persona en el mundo junto con ese sentimiento de culpa, sentimiento que no debería sentir una niña de diez años solo por querer darle una sorpresa a su madre.

—Lo siento, no fue mi intención ahorita arreglo todo — su madre la ven con odio y su pequeño corazón le duele más de lo que quisiera.

—A veces me pregunto por qué no moriste tú en lugar de Adam.

Sale de la habitación dejando a Emma hecha un mar de lágrimas “soy un maldito estorbo para todos, ni mi familia me quiere”. La pequeña vuelve a tener esos pensamientos…

“Talvez si muero todo acabaría, no sería un problema o una carga para ellos, para mis padres” en el fondo de su corazón a anhelado desde hace dos años tomar el lugar que ocupa su hermano, piensa que si él estuviera vivo y ella no, su madre sería diferente.

Sale de las sábanas limpiando sus ojos quitando así los restos de las lágrimas, pero por más que luche son remplazadas por más.

Se va al baño y se lava la cara mientras se ve al espejo y puede ver sus ojos cristalizarse una vez más, sale dejando su casa atrás queriendo huir de todo, de la situación en la que vive y sobre todo de su madre.

Camina sola por las calles dejando que su mente se despeje un poco pero le es imposible, las palabras hacen eco en su cabeza. Llega al parque donde se sienta en la pequeña banca de madera dónde solía estar con Adam, siente que es el único lugar donde está a salvo, sabe que no es normal, debería de sentirse a salvo en casa, con sus padres, pero es todo lo contrario.

Su mente trae todos esos malos recuerdos donde la han maltratado verbal, física, y psicológicamente. Podrán tacharla de débil y es que ella piensa que es la verdad ya que no puede dejar de sentirse como una basura, ¿Es normal que una niña de diez años se sienta así? ¿Es normal querer morir a tan corta edad?.

La hora pasa y ella no le pone importancia, no quiere regresar a casa.

—Hola ¿Quieres jugar? —Un pequeño se le acerca con la intención de llamar su atención.

Al Final Fuiste tú [En Proceso].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora