—¡Mami! ¡Yo quiero ese!.
—Que alguien calle a ese niño del demonio —Daniela suspira dramáticamente, también estoy de acuerdo con ella.
El niño hace un berrinche horrible y nosotras seguimos caminando por el centro comercial, Alex no pudo acompañarnos por lo que ahora solo somos Daniela y yo.
—¿Desde cuando tu vida se volvió tan interesante? —Pregunta.
—No le veo nada de interesante —comento mientras le doy un mordisco a mi dona —Me tomó por sorpresa el que llegaran con Brandon a mi casa hace unos días.
Ella sonríe y se acomoda los lentes, quien la viera juraría que no tiene más de los dieciséis años, sus fracciones son aniñadas y su baja estatura no le favorece a eso, muchas personas han llegado a preguntar si es mi hermana pequeña aunque no nos parezcamos en nada. Recuerdo una vez que le preguntaron si estaba sola o si la acompañaba un adulto, se puso histérica mientras le gritaba a la pobre señora quién mejor siguió su camino disculpándose con ella.
—Lo vimos solo en el parque y decidimos acercarnos a él, al principio trató de ocultar su desilusión al ver que no ibas con nosotros, luego preguntó por ti y fue cuando nos dijo que lo habías dejado plantado —Lo resume de la mejor manera posible —No podíamos dejar que le hicieras eso, así que lo llevamos a tu casa.
—Mis padres pudieron haberlos visto…
—Nos ocultamos bien y esperamos por ti —Se encoge de hombros restándole importancia.
—¿Cómo supieron que no me encontraba en casa?
—¿Ubicas el árbol que tienes al lado atrás de tu habitación justo frente a la ventana? —asiento —Pues, Alex se trepó a él y entró a tu habitación, deberías cerrar la ventana cada vez que salgas, siempre habrá gente mal intencionada que quiera robarte y tú se la estas dejando fácil —toma otro rumbo la conversación y le recuerdo de lo que estábamos hablando —¡Ah sí! Y por eso nos dimos cuenta de que no estabas —Concluye.
No he hablado con Brandon desde entonces, ya son dos días donde trato de evitarlo en el instituto a toda costa por la vergüenza, por lo menos en estos días los Sullivan no han ido a casa y aún tengo el abrigo de Ernesto estoy pensando en como devolvérselo.
Caminamos unos minutos más mientras charlamos y en una tienda de ropa puedo ver a Carina, Dani la ve con claro odio ya me confesó que no le cae bien y yo no le he contado sobre lo que me dijo en casa, no hay secretos entre nosotras y tampoco con Alex sin embargo Daniela es más impulsiva y no quiero que se meta en problemas por algo absurdo.
Pasamos por ese local y justo ella va saliendo con varias bolsas en las manos, nos ve de arriba abajo y luego sonríe hipócritamente lo sé porque he aprendido un poco sobre como leer a las personas y sus gestos son una clara demostración de que siente de todo menos alegría por vernos.
—Que sorpresa encontrarlas por aquí —Murmura —Me imagino están buscando algo que ponerse para la fiesta de ésta noche.
—¿Cuál fiesta? —Pregunta Daniela entre dientes.
—¡Oh! ¿No las invitaron? —Finge sorpresa —Que lástima, esperaba verlas allí, es una fiesta de disfraces.
Ruedo los ojos por su descaro.
—No te lo había dicho Dani, pero si estamos invitadas —Ella frunce el ceño y yo le doy una mirada que dice de todo —Se me olvido comentarte ayer por todo lo que te conté —Sonrío y fijo los ojos en Carina —. No tienes que sentir lástima porque claro que nos verás allá, hasta entonces Carina cuídate.
Me alejo de ella tomando el brazo de mi amiga quién me sigue en silencio y cuando perdemos de vista a la castaña me detiene el paso.
—¿Qué demonios fue eso?
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Al Final Fuiste tú [En Proceso].
Novela JuvenilLa vida no es fácil como muchos pueden llegar a pensarlo o al menos la vida de Emma Clayton no lo ha sido, vivir en una lucha costante contra ella misma la a llevado a tomar grandes decisiones por el bien de las personas que quiere y por el bien de...