𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀 - 𝐊𝐀𝐆𝐄𝐘𝐀𝐌𝐀 𝐓𝐎𝐁𝐈𝐎

🏐|7!

⋆｡˚𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀 - 𝐊𝐀𝐆𝐄𝐘𝐀𝐌𝐀
ᯓ★7!— Estás raro Kageyama

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Ese día, Kageyama estaba algo distante, nervioso, lo que era muy inusual en él. Normalmente reservado y centrado, su comportamiento extraño no pasó desapercibido. En clase, se le veía más desconcertado de lo normal, perdido en sus pensamientos y menos atento a las lecciones. Incluso su rendimiento académico, siempre impecable, parecía sufrir.

Durante el entrenamiento de voleibol, Kageyama mantenía su nivel de juego perfecto, pero cada vez que Hiyomi se acercaba para darle agua, él la ignoraba deliberadamente, optando por hablar con otros compañeros o simplemente alejándose. Esta actitud contrastaba con su habitual disposición y concentración.

Hiyomi, notando el comportamiento inusual de Kageyama, se preocupó. En uno de los descansos del entrenamiento, decidió acercarse a él, ignorando su aparente reticencia.

—Kageyama, ¿estás bien? —le preguntó, mirándolo con preocupación.

Kageyama, evitando su mirada, asintió brevemente.

—Sí, solo estoy... concentrado en el entrenamiento —respondió, aunque su tono no convencía a Hiyomi.

Hiyomi suspiró, sabiendo que algo lo estaba perturbando.

—Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad? —dijo suavemente, esperando que sus palabras lo tranquilizaran.

Kageyama finalmente la miró, sus ojos reflejando una mezcla de emociones que luchaban por salir a la superficie. Pero en lugar de hablar, simplemente asintió otra vez y se alejó, dejándola con más preguntas que respuestas.

El entrenamiento continuó, y Hiyomi decidió darle espacio, aunque no podía dejar de preocuparse. Sabía que Kageyama no era alguien que mostrara sus emociones fácilmente, pero también sabía que algo lo estaba afectando profundamente. Mientras lo observaba de lejos, no podía evitar sentir un nudo en el estómago, deseando poder ayudarlo a superar lo que fuera que lo estaba perturbando.

A la salida del entrenamiento, Hiyomi, harta del comportamiento de Kageyama, lo agarró del brazo y tiró de él, llevándolo hacia su lugar favorito: la máquina expendedora. Una vez allí, se cruzó de brazos y lo miró seriamente.

—¿Qué te pasa, Kageyama? ¿Por qué estás así? —preguntó con firmeza.

Kageyama, tímido y sin mirarla, tomó una postura defensiva, cruzándose también de brazos y frunciendo el ceño.

—No me pasa nada —respondió, pero su tono lo delataba.

Hiyomi no se dejó engañar.

—Sí te pasa algo. No he hecho nada para que te portes así conmigo. ¿Qué está mal?

Kageyama, finalmente, estalló de forma brusca.

—¡Tú me molestas! —dijo—. Siempre estás en mi mente, no me dejas concentrarme en clase, no me dejas concentrarme en los entrenamientos. Cada vez que intento hacer algo, apareces tú y eso es... molesto. Completamente molesto. Me molesta la forma en la que juegas voleibol, la forma en la que eres tan buena en inglés, la forma en la que simplemente te ves linda mientras tomas agua después de educación física.

Hiyomi lo miró con los ojos abiertos y las mejillas completamente sonrojadas. Soltó una pequeña risita nerviosa, sorprendida por la confesión.

Kageyama, dándose cuenta de lo que había dicho y cómo lo había dicho, se apresuró a corregirse.

—No, no, pero no te odio. Es algo... diferente.

Hiyomi, viendo que Kageyama estaba inquieto y nervioso, sonrió suavemente.

—Si quieres, podemos quedar algún día, tomar un helado y vernos un rato —sugirió, tratando de calmar la tensión.

Kageyama, sin pensarlo mucho, asintió. Ambos comenzaron a caminar juntos hacia sus casas, las miradas tímidas y el remolino de emociones en el estómago de ambos haciéndose más evidente con cada paso.

Caminaban en silencio, pero era un silencio cómodo, acostumbrados ya a estas caminatas. Sus miradas se encontraban de vez en cuando, tímidas pero llenas de un nuevo entendimiento. Mientras avanzaban, sabían que algo había cambiado entre ellos, y aunque no lo expresaran con palabras, el vínculo que compartían se hacía más fuerte y claro.

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ּ ֶָ֢.𔓘|!!IIIH!!, QUE LINDOS