El vecino [Riverducción]

VI

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  Félix
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Salí de mi departamento y me paré frente a su puerta, tragué saliva de los nervios. No sabía por qué pero sentí un hormigueo comiéndome vivo.

Toqué la puerta, arreglé mi cabellera y al instante la puerta se abrió dejando verla.

No podía describir como me sentía al verla, su ropa que encajaba perfectamente con sus curvas, sus piernas de porcelana descubiertas, su vestimenta era sexy y linda a la vez. Su pelo estaba perfectamente planchado y sus labios cubiertos de un labial rosa.

Se veía perfectamente... perfectamente sexy.

Noté como sus ojos me inspeccionaban de arriba hacia abajo, solo nos mirábamos en silencio.

Ninguno decía nada, como si estuviéramos en un trance por culpa del otro.

—Hola— Fue lo único que pude escupir.

—Hola.

Era extraño para ambos, hace horas tuvimos una discusión y ahora estábamos por salir a una fiesta.

Se dio la vuelta para cerrar la puerta, su perfume invadió mi ser, pude reconocer el aroma al instante.

Esa fragancia a Flower Bomb, olía estúpidamente bien en ella.

Ambos bajaron por el elevador, guardando total silencio en el transcurso.

La puerta se abrió y caminaron hacia afuera del edificio, un Chevrolet Corvette Stingray 2TL convertible estaba estacionado frente a ellos.

—Es tuyo?— Rivers preguntó.

—Si.

Rivers abrió los ojos de la impresión.

Félix se adelantó a abrirle la puerta del copiloto para que la rubia subiera, seguido, subió al asiento del conductor.

—Y esta caballerosidad?

—Tengo mis encantos— Guiñó un ojo.

Rivers rodó los ojos —Si, lo que digas.

Félix arrancó hacia el antro donde estarían.

El pelinegro se detuvo frente a un edificio alto
—Llegamos— Dijo volteando hacia la rubia.

—Huh?

—Si, vamos.

Ambos bajaron del vehículo, el pelinegro se acercó a un hombre vestido completamente de negro —Cuídalo bien— Le tiró las llaves a este hombre.