Parronales / Capitulo 9 (T.2) (ft. Floppy)

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Era temprano en la mañana cuando Rémi se levantó con una sonrisa en el rostro. Sabía que el día sería especial, así que se vistió rápidamente y salió de su casa para ir a buscar a Léo. El camino hasta la casa de Léo estaba lleno de árboles y flores, y el aire fresco de la mañana le dio un toque de alegría extra a su paso.

Al llegar, llamó suavemente a la puerta. Léo abrió, aún con el cabello despeinado y una sonrisa somnolienta.

Rémi: ¡Buenos días, dormilón! ¿Listo para un día increíble?

Léo: (bostezando) Buenos días, Rémi. Dame un minuto para vestirme y nos vamos.

Unos minutos después, Léo salió listo para la aventura del día. Ambos caminaron hasta su lugar favorito para desayunar: una pequeña cafetería que hacía los mejores wafles de la ciudad.

Léo: (mirando el menú) Creo que hoy probaré los wafles de chocolate. ¿Y tú?

Rémi: (sonriendo) Yo iré por los de frutos rojos, como siempre. No puedo resistirme.

Los wafles llegaron rápidamente, y el aroma delicioso les hizo agua la boca. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, disfrutando del desayuno mientras charlaban animadamente sobre todo y nada a la vez.

Rémi: (tomando un bocado) ¿No te parece que los wafles saben mejor cuando los compartes con alguien especial?

Léo: (asintiendo) Totalmente de acuerdo. Este lugar siempre me hace feliz.

Después de terminar sus wafles y sentirse satisfechos, decidieron volver a la casa de Léo. El día era perfecto para jugar en el patio trasero, donde Léo había plantado varias flores que ahora estaban en plena floración. El jardín estaba lleno de colores vivos y fragancias dulces.

Léo:  (señalando un rincón del jardín) ¡Mira, Rémi! Mis girasoles han crecido mucho desde la última vez que viniste.

Rémi:  (maravillado) ¡Son preciosos! Me encanta cómo has cuidado este jardín.

Pasaron la tarde jugando y explorando el jardín. Encontraron un lugar perfecto entre las flores para sentarse y disfrutar del sol. Rémi trajo una pelota, y empezaron a lanzársela el uno al otro, riendo cada vez que alguien fallaba un lanzamiento.

Léo: (riendo) ¡Eres terrible atrapando pelotas, Rémi!

Rémi: (riéndose también) ¡Y tú no eres mucho mejor!

Eventualmente, se tumbaron en la hierba, mirando las nubes pasar por el cielo. El sol cálido y el suave murmullo de las hojas les hizo sentirse en paz.

Rémi: (mirando a Léo) Me encanta pasar tiempo así contigo. Esos momentos simples son los mejores.

Léo: (tomando la mano de Rémi) Estoy de acuerdo. Estos son los días que recordaré siempre.

Se quedaron así, disfrutando de la compañía del otro, sabiendo que no necesitaban hacer nada espectacular para tener un día perfecto. Solo estar juntos era suficiente.

Después de un rato, decidieron ir a los parronales donde trabajaba la familia de Léo. El lugar estaba lleno de vida y color.

Léo : (señalando hacia su familia) Ahí están mis padres y mi hermano, trabajando duro. Vamos a ayudarles un poco.

Se acercaron a los parronales y saludaron a la familia de Léo, que estaba ocupada cuidando las vides y recolectando uvas.

Padre de Léo: Gracias por venir a ayudar, chicos. Nos hace falta un par de manos extra.

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