Galletas / Capitulo 7 (T.2) (ft. Nicolle)

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Es sábado por la mañana, y el sol brilla a través de las ventanas, llenando la habitación de Léo con una cálida luz. Léo y Rémi se han despertado temprano, emocionados por el día que tienen planeado. Después de desayunar y prepararse, salen juntos hacia la feria local, donde los esperan muchas atracciones y diversión.

Llegan a la feria y deciden subirse a la Zamba, un juego que gira y rebota en todas direcciones. Ambos están riendo y gritando de emoción mientras el juego comienza a moverse. De repente, un fuerte rebote hace que Léo caiga sobre Rémi. El movimiento inesperado y el contacto cercano hacen que Rémi sienta una oleada de excitación.

Léo: (riendo mientras intenta recuperar el equilibrio) ¡Lo siento, Rémi! Este juego es una locura.

Rémi: (nervioso, intentando sonreír) No te preocupes, Léo.

El juego sigue girando y rebotando, y cada vez que Léo cae sobre Rémi, la situación se vuelve más incómoda para él. Finalmente, el juego se detiene y es momento de bajar. Rémi, sintiéndose avergonzado por su erección, intenta disimular mientras caminan hacia la salida del juego.

Léo: (notando la incomodidad de Rémi) Oye, ¿estás bien?

Rémi: (evitando el contacto visual) Sí, solo... necesito un momento.

Léo comprende lo que está sucediendo y, sin decir nada, lo guía hacia el baño más cercano. Una vez dentro, se aseguran de que estén solos.

Léo: (con una voz suave y comprensiva) Rémi, no tienes que avergonzarte. Es algo normal que puede pasar.

Rémi: (suspirando, aún avergonzado) Lo sé, pero es tan incómodo. No quería que esto sucediera aquí.

Léo: (acercándose y poniendo una mano en el hombro de Rémi) Entiendo que sea incómodo, pero de verdad, no es algo de lo que debas sentirte avergonzado. A todos nos ha pasado en algún momento.

Rémi: (mirándolo a los ojos) Pero es diferente cuando estás en público y alguien que te importa lo nota. No quiero que pienses mal de mí.

Léo: (sonriendo) Rémi, jamás pensaría mal de ti por algo así. Es una reacción natural de tu cuerpo. Y honestamente, me halaga que te sientas así conmigo.

Rémi: (relajándose un poco) ¿De verdad no te molesta?

Léo: (sinceramente) Claro que no. Somos pareja, y parte de estar juntos es entender y aceptar estas cosas. Me gusta saber que te gusto tanto. Además, este tipo de cosas nos hacen más humanos y más cercanos.

Rémi: (respirando hondo) Supongo que tienes razón. Es solo que a veces siento que no sé cómo manejar estas situaciones.

Léo: (acariciando su mejilla) No tienes que manejarlas solo. Estamos juntos en esto. Podemos hablar de todo, incluso de cosas que puedan parecer incómodas. ¿Recuerdas cuando hablamos de nuestras primeras veces y lo nerviosos que estábamos?

Rémi: (sonriendo) Sí, fue un alivio poder compartir eso contigo. Me hizo sentir menos solo.

Léo: Exacto. Y esto no es diferente. Si algo te preocupa o te incomoda, podemos hablarlo. No hay nada de malo en eso.

Rémi: (asintiendo) Gracias, Léo. A veces solo necesito que me recuerden que está bien sentirme así.

Léo: (sonriendo) Siempre estaré aquí para recordártelo. Ahora, ¿quieres quedarte aquí un rato más o prefieres que salgamos?

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