Capítulo 5

119 17 3
                                    

Narra Verónica

Me quedé en silencio, volvió a acariciar mi mejilla pera después acercarse un poco más y dejar un suave beso en mis labios, cerré mis ojos abriendo paso a un beso más apasionado, él me sostuvo fuertemente de la parte trasera de mi cabeza.

La mañana siguiente desperté gracias a que escuche que tocaban la puerta de mi habitación, me levanté muy a la fuerza, Simon aún estaba dormido aquí. Fui hasta la puerta luego de haberme puesto una camisa.

— ¿Desayunamos? - Rudy preguntó cuando abrí la puerta -

— Hmmm - me queje -

— Tienes diez minutos para arreglarte - él habló viendo sobre mi hombro - te espero afuera.

Cerré la puerta nuevamente maldiciendo a mis adentros, me di una ducha rápida, me cambié de ropa y salí de la habitación. Al salir él estaba recargado en una de las jeeps, ambos subimos y él comenzó a conducir en total silencio.

Finalmente llegamos a un restaurante a las orillas de la carretera, ambos bajamos y entramos al lugar, estábamos en silencio.

— Perdón por lo de anoche - me miró - Karen  se sentía mal y me pidió acompañarla durante la noche

— Descuida - respondí viendo el lugar a mi alrdedor - estoy acostumbrada.

— ¿Qué quieres decir?

Solté una risa entre dientes.

— Ya sabes a lo que me refiero.

— No lo sé.

Giré a verlo, él estaba esperando una respuesta que era más que obvia.

Años atrás

Íbamos saliendo de la secundaria, Alejandro iba con su novia adelante de nosotros, Rudy y yo caminábamos juntos.

— ¿Por qué traes su mochila? - le pregunté viéndolo -

— Está pesada para ella - respondió - a parte trae su período y ya sabes...

Más adelante de nosotros iba una chica que le gustaba a Rudy, iba acompañada de una amiga de ella y él lo traía de su sirviente siempre, cargaba todo, chamarra, mochila, todo lo que ella traía.

— Yo también tengo mi período y no traigo a alguien cargando mi mochila.

— Lo sé pero... Ya sabes - sonrió -

— Es una idiotez - volví mi mirada al frente -

— Tal vez deberías conseguir a alguien que cargue tu mochila por ti - habló - pero con tu carácter no creo que sea posible.

— Eres un idiota.

Seguí caminando más rápido, sé que él y Alejandro se irían a acompañar a sus novias a sus respectivas casas. Cuando pase por un lado de ellas escuché unas risitas, las ignore y continúe mi camino hasta llegar a casa de mis abuelos.

Estaba en mi habitación terminando mi tarea cuando escuché que tocaban la puerta, avisé que entrarán y era Rudy.

— Lo siento por lo de hoy - dijo cuando entro y cerro la puerta detrás de él -

— Está bien - asentí -

— Sabes que me gusta ella.

— Sí.

— ¿Terminaste la tarea?

— Sí - asentí -

— ¿Me ayudas?

— Ya qué - me encogí de hombros - sé que no eres bueno en ciertas materias.

— Y sé que tú eres una sabelotodo.

Días de verano  [Rodolfo Parra & OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora