Cuando el príncipe Rhaegar Targaryen entrega la corona de flores a Lady Lyanna Stark sin pensar en las consecuencias que esto traería a su casa y a su familia.
Y en donde su hermana-esposa Ravenna Targaryen le concede a su tercer heredero cumpliendo...
Arthur Dayne había apuñalado a Robert Baratheon por la espalda antes de que este golpeara a los príncipes con su mazo, cuando los hermanos abrieron los ojos al no sentir golpe alguno divisaron a la espada del alba frente a ellos y a sus pies el cuerpo inerte de Robert Baratheon. Rhaegar estaba sorprendido y agradecido con su amigo, su hermana saltó a abrazarlo y besarlo, este la tomó de la cintura sosteniendola junto a él.
Los abanderados de Robert empezaban a huir, algunos se lanzaba al río creyendo que este sería un mejor destino para ellos que ser juzgados ante los Targaryen.
Mientras su ejército vencía, ser Arthur y ser Barristan iban detrás del joven matrimonio hacia un lugar seguro para la mujer, al llegar Rhaegar tomó a Ravenna de los hombros con firmeza, sus ojos expresaba seriedad absoluta, pero no lastimaba a la mujer, no estaba molesto con ella.
"Ravenna, ¿Qué diablos haces aquí?" ella vio sus ojos y suspiró "No iba a permitir que murieras a manos de él, luego de leer la carta me negué a dejar que corrieras hacia tu muerte, lord Robert te habría asesinado, estaba despechado porque creía que habías huido por amor con Lyanna"
"¿Jaime...?" ella negó rápidamente "Jaime estaba dispuesto a venir conmigo pero le dije que se quedara con nuestros hijos, ante cualquier dificultad o imprevisto él, nuestra madre y hermano partirán hacia Dragonstone... No es su culpa, no te molestes con él" Rhaegar se tomó su tiempo para abrazar a su esposa fuertemente "No sabes cuanto te amo, si no hubieras llegado ser Arthur tampoco lo hubiera hecho, estaría muerto y tu vida junto a la de nuestros hijos estaría en peligro"
Luego de lo que supuso fueron horas por donde estaban pudo ver a la lejanía a uno de sus hombres llegar, éste hizo una reverencia y habló "Majestad, está hecho" para luego retirarse, a los lejos pudo ver varios cadáveres, gente herida, pero bastantes hombres que estaban del lado de Rhaegar estaban vivos, los hombres que luchaban en su contra estaban siendo capturados.
Todo iría mejor para ellos.
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Cuándo llegaron a la Fortaleza Roja no creyeron la escena qué estaban presenciando, el padre de ambos jóvenes estaba en el suelo, un charco de sangre se cernia debajo de él, Jaime estaba a un lado del salón con la espada ensangrentada. ¿Qué había pasado?.
"Jaime..." Ravenna se acercó lentamente hacia el capa blanca, el pobre chico tenía la vista perdida en el cuerpo del antiguo rey, a objeción de Rhaegar ella tomó el romo de la espada que blandia el guardia, la tiro al suelo, el chico levantó la mirada hacia ella, las lágrimas se asomaron, Jaime cayó de rodillas tomando el vestido de la princesa en sus puños mientras murmuraba disculpas, ella se inclinó hacia él y besó su cabellera rubia para abrazarlo.
"Te juro que no quería princesa... él... él quería quemar a Kings Landing... quería asesinar a los niños... No podía dejar que hiciera eso..." ambos príncipes suspiraron, Rhaegar se acercó a ellos y se hinco junto a ambos para susurrar al oído de Jaime "Lo hiciste bien, juraste proteger a mi familia, estoy orgulloso de ti".
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Cuando todo se calmó los príncipes y el muchacho se levantaron del suelo, Jaime los llevó a donde se encontraban sus hijos con sus respectivas doncellas, Aegon dormía y Rhaenys jugaba con un dragón de madera, cuando la niña observó a sus padres corrió hacia ellos. "¡Mami!, ¡Papi!" Rhaegar la recibió con un fuerte abrazo mientras Ravenna le besaba la coronilla para acercarse y tomar a Aegon quien dormía para hacer lo mismo.
Al fin estaban juntos, cuando Ravenna creyó que era justo contarle algo a Rhaegar. "Cuándo te fuiste compartimos lecho y ahora marido, nuestro dragón de tres cabezas está aquí..." Rhaegar dejó de respirar unos momentos, ella estaba embarazada de nuevo, él abrazó a su esposa por la cintura "Eres tan terca amor mio, pudiste haber muerto allá..."
"Prefiero una muerte contigo a una vida sin ti, eres mi hermano mayor y siempre te he amado, tenemos dos hijos y tenía la seguridad que Jaime los cuidaría con su vida... Te amo Rhaegar..."
Después de mucho tiempo pudieron ser felices, no más padres desquiciados, no más traidores, no más mentiras, no más amenazas. A medida que iban creciendo no les parecía la idea de estar casados, pero encontraron el amor el uno del otro en la puerta de la esquina en su reciente matrimonio, a pesar de Rhaegar quisiera resisterse a los encantos de su hermana menor, él cayó con ella, la amaba más que a nadie, jamás podría amar a una mujer tanto como la amaba a ella, le hizo daño, pagó por ello y ahora están felices y en paz, una palabra que lo solían escuchar muy seguido, lo último que faltaba era encontrar a su madre y hermano.
Ambos reinarian por Westeros y la paz estaría por el reino, cantaría canciones sobre ellos, el último dragón y la joya del reino, hermanos de la casa Targaryen que contrageron matrimonio a sus veinte y quince días del nombre respectivamente, padres de tres príncipes, o eso creían, sus hijos crecerian sin peligro y con amor al igual que el hermano mejor de ambos.
Jamás pensaron que las cosas sucedería como lo hicieron, pero aquí están, juntos.
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Para tristeza de ambos la reina Rhaella había muerto al dar a luz a su última hija, una niña, Daenerys de la tormenta, la había nacido durante esta tormentosa guerra.
Rhaegar y Ravenna habían jurado amar y proteger a sus hermanos menores junto a sus hijos como ellos dos no pudieron criarse, ambos habían crecido viendo a su padre entrar en la locura y a su madre sufriendo constantemente por sus embarazos y abusos que sufría por parte de su esposo, el difunto rey Aerys II Targaryen. Pero ahora Rhaella estaba en un lugar mejor, los Dioses la cuidaría, ellos cuidaría el reino para hacerlo uno mejor.
Se había perdonado la vida de todos aquellos que lo merecían, Brandon Stark fue liberado, agradecía a la nueva reina Ravenna haberlo salvado y haber intentado salvar a su padre, el Norte estaba en paz con el Sur, Lyanna se disculpo por los malos entendidos con la princesa.
Lord Tywin Lannister se disculpo por su hijo, no se aceptaron las disculpas pues su hijo había sido un héroe, era un hombre honorable. Las casa que se levantaron ante ellos se pusieron de rodillas, Lord Jon Arryn también se disculpó, todos fueron perdonados y tosos juraron leartad a los Targaryen de nuevo.
A los nuevos reyes.
Rhaegar Targaryen el primero con el nombre Rey de los Ándalos y los Rhoynar y los Primeros Hombres Señor de los Siete Reinos Protector del Reino y su esposa la Reina Ravenna Targaryen primera con el nombre Reina de los Siete Reinos Reina Regente Protectora del Reino
La paz y justicia reinarian por todo poniente con ambos en el trono.
