Cuando el príncipe Rhaegar Targaryen entrega la corona de flores a Lady Lyanna Stark sin pensar en las consecuencias que esto traería a su casa y a su familia.
Y en donde su hermana-esposa Ravenna Targaryen le concede a su tercer heredero cumpliendo...
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Ravenna estaba con su padre en ese momento intentando descubrir quien sería el que pelearía con Lord Rickard, el rey no le había dicho ni una sola palabra, le dijo que esperara. Mientras se encontraba de pie al lado de su desubicado padre observó un grupo de hombres desconocidos para ella entrar con un barril qué era cargado pornestos mismo, Lord Stark estaba ahí también con su armadura puesta, a través de su yelmo pudo ver preocupación.
"Lord Stark ha pedido un juicio por combate, se lo he otorgado y he elegido como guerrero... al fuego valyrio" el rey empezó a reír y Ravenna abrió los ojos al ver como suspendian a lord Rickard en el aire mientras prendían el fuego debajo de él, las llamas se incrementaban cada vez más, cuando las puertas fueron abiertas por los capas blancas entrando con Brandon Stark, lo amarraron a una columna del lugar por el cuello y colocaron una espada lejos de su alcance, burlándose de él. Ravenna intentó acercarse a los Stark, pero un guardia qué le era fiel a su padre la tomó con fuerza evitando que se moviera.
"¡¡Padre, por favor, detente, ten piedad!!" el rey solo se deleitaba con la escena, lord Rickard estaba siendo quemado vivo y Brandon se ahorcaba mientras intentaba liberarse de sus ataduras para salvar a su padre. Ravenna luchaba contra el guardia para ir en ayuda de los hombres en la sala, el hombre ponía más fuerza en su agarre lastimando a la princesa, entonces el rey acudió a las súplicas de su hija.
"Decide hija mía, le perdono la vida a Brandon o a su padre" el rey la observó con burla, ella solo lloró. "¡Responde!" exclamó su padre, lord Stark le gritó en agonía a la princesa "¡Salve a mi hijo, Majestad, se lo imploro!".
"Responde ahora o ambos..." "¡Brandon!... Elijo a Brandon..." El Stark más joven empezó a gritar en negación, para ese momento lord Rickard ya estaba muerto, había sido quemado vivo, una de las peores muertes que alguien pudiera experimentar, la princesa cayó al suelo mientras lloraba, Brandon era regresado a las celdas y el cuerpo del guardián de Winterfell seguía suspendido en el aire completamente carbonizado.
Ser Jaime en ese momento entró a la sala, impactado por lo que veían sus ojos hizo una pequeña reverencia y se acercó a la princesa, el rey ordenó que la llevasen a sus habitaciones, Jaime obedeció y cargó a Ravenna hasta la recamara que compartían ella y Rhaegar.
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Aerys había ordenado a Jon Arryn que sus pupilos, Eddard Stark y Robert Baratheon, fueran ejecutados, este por supuesto se negó ante la orden del Rey. Ahora el Valle, Bastión de Tormentas y el Norte se habían levantado en contra de la corona sus estandartes ahora marchaban en busca del príncipe Rhaegar o a la capital, Ravenna no estaba segura de nada ahora, no había salido de su habitación desde hace bastante tiempo, sus hijos permanecían con ella, Rhaenys había empezado a andar y hablaba con mejoro, mientras que su bebé, Aegon, se sentaba solo y solía balbucear hacia su madre.
El tiempo pasaba demasiado rápido, no recordaba la última vez que vio a Rhaegar, su hijo mejor no lo recordaba, Rhaenys sí, solía preguntar frecuentemente por él, ella no sabía qué decirle, solo los abrazaba y cantaba hasta que se durmieran. Jaime por otro lado no se había separado en ningún momento se ellos tres, mantenía su promesa ante Rhaegar, de cuidar a su familia con su vida.
Cuándo desde las afueras de Desembarco del Rey se observaban a varios hombres ingresar para dirigirse a la Fortaleza, eran Rhaegar y sus hombres. En cuando estuvieron dentro del castillo sus hombres más fieles se adentraban más al castillo para evaluar la situación, Arthur Dayne y Barristan Selmy estaban a los lados del príncipe dragón frente a la gran mesa.
Jaime se acercó a ellos con rapidez para inclinar cabeza a los hombre mayores "Jaime, ¿Dónde está mi esposa?, ¿Mis hijos?" Rhaegar necesitaba oír noticias de ellos "Majestad, su familia se encuentra en sus habitaciones, la princesa no ha querido salir desde... desde que lord Stark fue asesinado por su padre, se niega a alejarse de sus hijos" Rhaegar se despidió de ellos para agradecerle a Jaime e ir hacia donde se encontraban.
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Al abrir las puertas diviso a su esposa recostada en la cama mientras sus hijos dormían, se venían más grandes desde la última vez que los vio, Rhaenys era una niña grande y Aegon había crecido más. Ravenna se veía más triste que nunca, Rhaegar entró y llamó la atención de su esposa "Ravenna..." Esta al oír su voz se volteó, se puso de pie y se acercó a él a paso apresurado para saltar a sus brazos, aún tenía su armadura, ambos se abrazaron con la esperanza de jamás volver a alejarse, la más joven lloró, el heredero acarició sus suaves cabellos de forma cariñosa. Cuándo se separaron Ravenna se alejó lo suficiente como para darle una bofetada, Rhaegar solo cerró los ojos, se lo merecía, ambos salieron de la habitación para no despertar a sus hijos.
Estando afuera Ravenna perdió el control, perdió toda la fuerza que había mantenido para sus hijos toso este tiempo "¡Me abandonaste, abandonaste a tus hijos, Rhaegar!" ella golpeó su pecho cubierto por su armadura "¡¡No te importamos ni un poco, si no me amabas aunque sea hubieras pensado en ellos, ellos son tus hijos, son tu sangre!!" Rhaegar tomó sus manos detenido sus golpes "¡Me dejaste por la norteña!, ¿¡Qué tiene ella que yo no!? ¡Siempre te amé Rhaegar¡... ¿por qué no puedes hacer lo mismo?... " Ravenna colapsó en los brazos de su hermano, él la sostuvo con pesar, necesitaba explicarle, pero solo la ponía en más riesgo su ella lo sabía.
"En cuanto esto acabe te explicaré todo y espero puedas perdonarme...te amo" ella solo lloró más en sus brazos, él la escuchaba y su corazón se rompía, en cuanto la guerra acabara le explicaría, esto era necesario, todo lo que estaba haciendo era por el bien de su familia, de su dinastía.
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Durante toda la noche Rhaegar estuvo hablando con sus estrategas y abanderados más fieles, lucharía contra quienes se habían levantado en su contra, Rhaegar había cometido un error que no tenía previsto al inicio y trataría de enmendarlo. A la mañana siguiente saldrían de Desembarco del Rey.
Esa última noche Rhaegar y Ravenna estuvieron juntos, compartieron lecho, se sentía como la última vez que se verían, Ravenna tenía un mal presentimiento.
Rhaegar se marchó dando una última orden a Jaime "Cuando acabe la batalla tengo la intención de reunir al consejo, harán cambios"
Y con eso Rhaegar marchó junto a su ejército, su armadura negra, en el pecho de su armadura había un dragón con rubies incrustado formando el emblema de su casa.
