Me quedo solo en medio del campo de fútbol, a pesar de estar rodeado de gente, lo que siento se parece mucho a la soledad. Cuando veo a Iris junto a mis antiguos amigos y los nuevos, esa soledad aumenta. Hay días en los que me arrepiento de lo que hice, porque nadie me llenaba tanto de felicidad como ellos, en especial él. Aprendí que puedes estar solo y rodeado de personas a la vez, y últimamente la vida no hacía más que recordármelo. Mis nuevos amigos, aunque no se si aún los considero eso, son divertidos; hacemos tonterías y nos reímos un rato, pero a veces las risas no son lo que dan la felicidad. Lo que me hacía realmente feliz eran las conversaciones que mantenía con Hugo acerca de que la Nasa nos espiaba, cuando me explicaba algo difícil que no entendía y se volvía fácil, o cuando Iris y Olivia se referían a nosotros como pareja. Eso último siempre lo negábamos, aunque no quitaba que los dos nos pusiéramos rojos como tomates.
Esta fue una de las principales razones por las que decidí alejarme de él, me estaba enamorando y eso no podía pasar, cuando eso sucedía nunca pasaba nada bueno. Posiblemente hubiera acabado con el corazón roto, Hugo jamás se enamoraría de mí, y no podía dejar que mis sentimientos se apoderaran, no otra vez.
La última vez que deje que eso pasara acabé teniendo que cambiar de colegio, y si puede sonar un poco drástico pero fue así. Estaba a finales de mi primer curso en secundaria, todo marchaba bien, tenía todo aprobado y me esperaba un buen verano. Hasta que un día en la penúltima semana del curso decidí besar a Pablo Torres, él había sido mi compañero de pupitre durante todo el curso, era mi motivación para levantarme por la mañanas y asistir a clase. Yo sabía que él nunca me vería como algo más que un amigo, entonces no se porque aproveche ese momento en el baño para darle un pico en los labios. Apenas le había tocado los labios, porque al ver su reacción enseguida entendí que era una idea horrible, pero al parecer él no opinaba lo mismo del beso. A la mañana siguiente todo el colegio se había enterado de lo sucedido en el baño, en todas las clases había repetidores que seguían hablando con su antigua clase, y de esa forma un despiste se vuelve algo capaz de acabar con tu vida social. Mis amigos dejaron de hablarme por miedo a que también los intentara besar, y algunas venían a decirme que también encontraban a Pablo atractivo. Inmediatamente les pedí a mis padres que me cambiaran de centro, les dije que era porque ya me había hartado de ese colegio, y al parecer ellos estuvieron de acuerdo. Al mes recibí un correo que me notificaba que podría comenzar el curso escolar en un nuevo centro, y me sentí muy aliviado de poder escapar de toda esa locura. Aunque huir sea de cobardes, no podía seguir ahí, no sin amigos y rodeado de miradas de desaprobación. Pero cuando conocí a Hugo todo eso lo vi muy lejano, era feliz con él y con su grupo de amigos, me sentía muy querido. Con el tiempo empecé a fijarme en como Hugo se tocaba su pelo castaño cuando estaba nervioso, como rebotaban sus rizos castaños cuando corría, lo mucho que odiaba correr, o en lo cansado que llegaba las mañanas en las que tenía que venir a clase andando porque su padre no podía acercarlo. Pero también me di cuenta de cómo se reía con las chicas de clase, o en como molestaba a Iris para que le prestara atención. Entendí que solo me veía como un amigo, y así lo veía yo también (o eso creo), pero también tenía claro eso con Pablo y eso no quitó el hecho de que yo lo besara.
Todo el tiempo me venía a la cabeza lo que me había pasado en mi antiguo colegio y no podía apartar esos pensamientos, así que cuando vi la oportunidad decidí alejarme. No estuvo bien, entendí que Hugo se enfadara conmigo. Pero el problema es que se enfado mucho, y sigue estándolo, así que aunque me duela yo hago lo mismo. Siempre que me responde mal, yo lo hago peor; siempre que él se niega a hacer un trabajo conmigo, yo hago lo mismo…
Pero ahora yo no se que me hubiera dolido más, si un corazón roto o la soledad que llevo tiempo sintiendo.
Todo eso se mezcla con la posibilidad de no poder aprobar el último examen de física, no se me da nada bien esa asignatura, no se por que. Es como si mi cerebro estuviera leyendo griego. Las operaciones me salen mal, el resultado no tiene sentido, y la mayoría de las veces no se ni como plantearlo. El examen no fue una excepción, más bien fue la mayor liada de todas. Posiblemente el profesor pensará que he perdido la cabeza, por siquiera plantearme que el resultado estuviera acertado.
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El beso no dado
Romance¿Cómo se puede perdonar a la persona que dejó de hablarte sin motivo aparente? ¿Cómo se puede perdonar a alguien que te rompió el corazón sin saberlo?