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Apenas he llegado a casa para echar algo de ropa en una bolsa de viaje

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Apenas he llegado a casa para echar algo de ropa en una bolsa de viaje. Agradezco mi velocidad vampírica porque piso el aparcamiento justo al cumplir la hora, a pesar de que el motel y mi hogar están bastante lejos. Casi aprecio la aparición. Casi.

Malfoy me espera apoyado en un coche negro, al cual parece de tercera mano por lo menos, con un cigarro entre los dedos. Se ha cambiado de ropa. Ha sustituido la camisa negra por un jersey de cuello alto del mismo color, al igual que el pantalón. Los tonos oscuros resaltan su piel pálida y sus cabellos claros como si fuera una estrella en mitad de la noche. No veo el abrigo por ningún sitio y me vuelvo a preguntar cómo no se está congelando.

-Llegas tarde. –dice con el ceño fruncido, percibiendo que le estoy observando demasiado.

-Claro que no.

Toma una calada de su cigarrillo y expulsa el humo lentamente ignorando mi negativa para después tirar la colilla al suelo y lanzarme unas llaves antes de separarse del coche.

–Tú conduces.

Eso me hace alzar las cejas mientras rodeo las llaves con la mano. Noto la dureza del metal en la palma.

-¿Vas a dejar que conduzca? –no parece que Malfoy sea los que ceden el control en nada.

-Tómalo como una ofrenda de buen compañero. –me dedica una sonrisa burlona antes de abrir la puerta del copiloto de un tirón firme y ocupar el asiento. –Vamos, tenemos que llegar antes de que amanezca y el destino está lejos.

Dejo la bolsa de viaje en el maletero antes de entrar en el coche. Nada más sentarme me invade el olor de un automóvil que ha pasado por muchas manos. Demasiadas. El olor a comida rápida se mezcla con el de tabaco rancio y alcohol. No puedo disimular mi mueca de desagrado mientras enciendo el motor.

-Un coche usado llama menos la atención. –me explica al ver mi expresión a pesar de que ni siquiera he preguntado. Hasta mí también llega su aroma, a tabaco mentolado y a loción de afeitado. Es un agradable cambio a todos los demás olores.

-Tiene sentido, es sólo que mi olfato está más desarrollado.

-Cualquiera con nariz sabe que esto huele como una lechucería, no hace falta ser vampiro.

-Nunca he estado en una lechucería. –el comentario le hace sonreír, apenas el alzamiento de las comisuras de sus labios pero es la primera sonrisa sincera que veo en su rostro. Lo siento como una pequeña victoria mientras nos unimos al escaso tráfico de la carretera. -¿Cómo son?

-Sucias y malolientes. Pero las lechuzas son seres orgullosos. Si se sienten insultadas te picotearan los dedos sin piedad.

-¿Por qué creo que la tuya sería la peor? –bromeo, arrancándole una pequeña sonrisa de orgullo.

-Yo tengo un búho real.

-Majestuoso.

-Como su dueño.

Colaboración. | Draco Malfoy x Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora