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Toma varios días en que mis ojos dorados se vuelvan rojos

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Toma varios días en que mis ojos dorados se vuelvan rojos. He dejado de mirarme al espejo. El día en el que por fin podremos ir a ese extraño club, pasa de manera lenta. El sol es implacable afuera y dentro Malfoy ha tenido que poner el aire acondicionado. A pesar de ello lleva una camiseta de manga larga, nunca lo he visto con algo corto. Me resulta casi inconcebible que él esté acomplejado por sus brazos; en realidad, me resulta inconcebible que Malfoy esté acomplejado por cualquier parte de su cuerpo.

-Si me sigues mirando así voy a pensar que me quieres quitar la ropa, Cullen. –no levanta la vista del libro que está leyendo tumbado en su cama mientras habla y yo desvío rápidamente la mirada hacia el mío propio, ignorando la sonrisa petulante que se instala en sus labios.

Me muevo en mi propia cama, y mis ojos recaen en la página por la que mi libro está abierto. Las casas de Hogwarts.

-¿De qué casa eras? –la pregunta sale sola de mis labios.

-Slytherin. –responde y cuando una risa se escapa de mis labios, por fin alza la vista de su libro para mirarme con una ceja arqueada. -¿De qué te ríes, Cullen?

Dejo el libro a un lado de la cama mientras me encojo de hombros con la sonrisa aún en mis labios.

-No me sorprende, es todo. Según esto, -señalo el libro- Los Slytherin son los magos más ambiciosos y orgullosos.

-No hay nada malo en querer lo mejor en la vida y estar orgulloso de ello. –se defiende con la barbilla alzada de forma orgullosa y un tanto infantil que me hace reír de nuevo. Suelta un bufido de indignación y baja la mirada de nuevo hacia su libro, aparentemente decidido a ignorarme por completo.

Me acomodo un poco mejor en la cama, con mi brazo bajo la cabeza y la mirada en el techo. Necesita otra mano de pintura pero esta habitación está mucho mejor que la del resto de hostales.

-¿Por qué te hiciste auror?

-Por Merlín, hoy estás preguntón, eh. –masculla. Con un suspiro demasiado sonoro, abandona su libro en la mesita de noche contigua y echa la cabeza hacia atrás, hasta que topa con el cabecero de su cama. -¿No crees que quiera hacerme auror por la búsqueda de justicia y mantener la paz en el mundo mágico?

Le lanzo una mirada cargada de escepticismo a lo que él sonríe ligeramente.

-Me hice auror porque me dijeron que no podía.

Parpadeo, sorprendido de la respuesta.

-¿Te metiste en una profesión peligrosa sólo porque te dijeron que no podías?

-No llevo bien que me digan que no, Cullen.

Nuestras miradas se entrecruzan y el aire se llena de una electricidad que no estaba ahí hace un segundo. Soy yo el que rompe el contacto visual, forzando una sonrisa en mis labios.

Colaboración. | Draco Malfoy x Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora